6 de octubre
San Bruno
presbítero

Corro en dirección a la meta,
para alcanzar el premio del llamado celestial
que Dios me ha hecho en Cristo Jesús

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos     3, 8-14
 
    Hermanos:
    Todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por Él, he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a Él, no con mi propia justicia -la que procede de la Ley- sino con aquélla que nace de la fe en Cristo, la que viene de Dios y se funda en la fe. Así podré conocerlo a Él, conocer el poder de su resurrección y participar de sus sufrimientos, hasta hacerme semejante a Él en la muerte, a fin de llegar, si es posible, a la resurrección de entre los muertos.
    Esto no quiere decir que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús.
    Hermanos, yo no pretendo haberlo alcanzado. Digo solamente esto: olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia adelante y corro en dirección a la meta, para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús.
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
    Sal 1, 1-4. 6 (R.: 2a; o bien: Sal 39, 5a; o bien: Sal 91, 13a-14b)
 
R.
¡Feliz el que pone en el Señor su confianza!
 
¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.
 
Él es como un árbol plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien. R.
 
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento,
porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. R.
 
 
ALELUIA     Jn 8, 12
 
Aleluia.
«Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue tendrá la luz de la vida», dice el Señor.
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

Te seguiré adonde vayas

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 57-62
 
    Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!»
    Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
    Y dijo a otro: «Sígueme». Él respondió: «Señor, Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre». Pero Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios».
    Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos». Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios».
 
Palabra del Señor.