19 de Octubre
Santos Juan de Brébeuf e Isaac Jogues,
presbíteros
y compañeros,
mártires
A todas partes llevamos en nuestro cuerpo
los sufrimientos de la muerte de Jesús
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 4, 7-15
Hermanos:
Nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que
este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios.
Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no
desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados.
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la
muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro
cuerpo. Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa
de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne
mortal. De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida.
Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: "Creí, y por
eso hablé", también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos. Y nosotros
sabemos que Aquél que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con Él y nos
reunirá a su lado junto con ustedes. Todo esto es por ustedes: para que al
abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción
de gracias para gloria de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 125, 1-6 (R.: 5)
R. Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones. R.
Hasta los mismos paganos decían:
«¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!»
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría! R.
¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones. R.
El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas. R.
ALELUIA Mt 28, 19a. 20b
Aleluia.
«Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos.
Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo»,
dice el Señor.
Aleluia.
EVANGELIO
Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos
+
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 28, 16-20O bien:
San Pablo de la Cruz
presbítero
Dios quiso salvar a los que creen
por la locura de la predicación
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto
1, 18-25
Hermanos:
El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los
que se salvan -para nosotros- es fuerza de Dios. Porque está escrito: "Destruiré la
sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes". ¿Dónde está el
sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha
demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? En efecto, ya que el mundo, con su
sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso
salvar a los que creen por la locura de la predicación.
Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría,
nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y
locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados,
tanto judíos como griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los
hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 116, 1-2 (R.: Mc 16, 15)
R. ¡Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio!
¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos! R.
Porque es inquebrantable su amor por nosotros,
y su fidelidad permanece para siempre. R.
ALELUIA Mt 5, 6
Aleluia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Aleluia.
EVANGELIO
El que pierda su vida a causa de mí la encontrará
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
16, 24-27
Jesús dijo a sus discípulos:
El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí,
la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?
¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles,
y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
Palabra del Señor.