31 de julio
San Ignacio de Loyola
Presbítero
Memoria

Hacedlo todo para la gloria de Dios

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto     10, 31-11, 1

Hermanos:
    Sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.
    No sean motivo de escándalo ni para los judíos ni para los paganos ni tampoco para la Iglesia de Dios.
    Hagan como yo, que me esfuerzo por complacer a todos en todas las cosas, no buscando mi interés personal, sino el del mayor número, para que puedan salvarse.
    Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a; o bien: 9a)

R.
Bendeciré al Señor en todo tiempo.

O bien:

¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el señor:
que lo oigan los humildes y se alegren. R.

Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: él me respondió
y me libró de todos mis temores. R.

Miren hacia él y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.

El Ángel del Señor acampa
en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en él se refugian! R.

Teman al Señor, todos sus santos,
porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se empobrecen y sufren hambre,
pero los que buscan al Señor no carecen de nada. R.


ALELUIA     Mt 5, 3

Felices los que tienen alma de pobres,
porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.


EVANGELIO

El que no renuncie a todo lo que posee
no puede ser mi discípulo

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     14, 25-33

    Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: «Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
    ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: "Este comenzó a edificar y no pudo terminar."
    ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.
    De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.»

Palabra del Señor.