6 de febrero
San Pablo Miki, presbítero, y compañeros, mártires
Memoria

Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia     2, 19-20

Hermanos:
En virtud de la Ley, he muerto a la Ley, a fin de vivir para Dios.
Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 30, 3c-4. 6 y 7b-8a. 16bc y 17 (R.: 6a)

R.
Señor, yo pongo mi vida en tus manos.

Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme. R.

Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
Confío en el Señor.
¡Tu amor será mi gozo y mi alegría! R.

Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia. R.


ALELUIA     Mt 28, 19a. 20b

Dice el Señor:
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos.
Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.


EVANGELIO

Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     28, 16-20

Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de él; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.»

Palabra del Señor.