Catecismo de la Iglesia Católica
COMPENDIO
«Motu Proprio»
Introducción
PRIMERA PARTE - LA PROFESIÓN DE LA FE
Primera sección: «Creo» - «Creemos»
Capítulo primero: El hombre es «capaz» de Dios
Capítulo segundo: Dios viene al encuentro del hombre
La Revelación de Dios
La transmisión de la divina Revelación
La Sagrada Escritura
Capítulo tercero: La respuesta del hombre a Dios
Creo
Creemos
Segunda sección: La profesión de la fe cristiana
El Credo
Capítulo primero: Creo en Dios Padre
Los símbolos de la fe
«Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del ciclo y de la tierra»
El cielo y la tierra
El hombre
La caída
Capítulo segundo: Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro
Señor
Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de santa
María Virgen
«Jesucristo padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado»
Jesucristo descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos
«Jesucristo subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso»
«Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos
Capítulo tercero: «Creo en el Espíritu Santo»
«Creo en la Santa Iglesia Católica».
La Iglesia en el designio de Dios
La Iglesia: Pueblo de Dios, cuerpo de Cristo, templo del Espíritu Santo
La Iglesia es una, santa, católica y apostólica
Los fieles: jerarquía, laicos, vida consagrada
«Creo en la comunión de los santos»
María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia
«Creo en el perdón de los pecados»
«Creo en la resurrección de la carne»
«Creo en la vida eterna»
«Amén»
SEGUNDA PARTE - LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
Primera sección: La economía
sacramental
Capítulo
primero: El Misterio pascua en el tiempo de la Iglesia
La Liturgia, obra de la Santísima Trinidad
El Misterio pascual en los sacramentos de la Iglesia
Capítulo
segundo: La celebración sacramental del Misterio pascual
Celebrar la Liturgia de la Iglesia
¿Quién celebra?
¿Cómo celebrar?
¿Cuándo celebrar?
¿Dónde celebrar?
Diversidad litúrgica y unidad del misterio
Segunda sección: Los
siete Sacramentos de la Iglesia
Capítulo primero
Los Sacramentos de la iniciación cristiana
El Sacramento del Bautismo
El Sacramento de la Confirmación
El Sacramento de la Eucaristía
Capítulo segundo: Los Sacramentos
de curación
El Sacramento de la Penitencia y la
Reconciliación
El Sacramento de la Unción de los Enfermos
Capítulo tercero: Los Sacramentos al servicio de la comunión y de la
misión
El Sacramento del Orden
El Sacramento del Matrimonio
Capítulo cuarto: Otras
celebraciones litúrgicas
Los sacramentales
Las exequias cristianas
TERCERA PARTE - LA VIDA EN CRISTO
Primera
sección: La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
Capítulo primero: La
dignidad de la persona humana
El hombre, imagen de Dios
Nuestra vocación a la bienaventuranza
La libertad del hombre
La moralidad de las pasiones
La conciencia moral
Las virtudes
El pecado
Capítulo segundo: La comunidad humana
La persona y la sociedad
La participación en la vida social
La justicia social
Capítulo tercero: La
salvación de Dios: la ley y la gracia
La ley moral
Gracia y justificación
La Iglesia, Madre y Maestra
Segunda sección: Los diez
Mandamientos
Los diez Mandamientos
Capítulo primero: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda
tu alma y con todas tus fuerzas»
Primer Mandamiento: Yo soy el Señor tu Dios.
Amarás a Dios sobre todas las cosas
Segundo Mandamiento: No tomarás el Nombre de Dios en vano
Tercer Mandamiento: Santificarás las fiestas
Capítulo
segundo:«Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
Cuarto Mandamiento: Honrarás a tu padre y a tu
madre
Quinto Mandamiento: No matarás
Sexto Mandamiento: No cometerás actos impuros
Séptimo Mandamiento: No robarás
Octavo Mandamiento: No darás falso testimonio ni mentirás
Noveno Mandamiento: No consentirás pensamientos ni deseos impuros
Décimo Mandamiento: No codiciarás los bienes ajenos
CUARTA PARTE - LA ORACIÓN CRISTIANA
Primera sección: La
oración en la vida cristiana
Capítulo primero: La revelación
de la oración
La revelación de la oración en el Antiguo
Testamento
La oración es plenamente revelada y realizada en Jesús
La oración en el tiempo de la Iglesia
Capítulo segundo: La tradición de
la oración
Fuentes de la oración
El camino de la oración
Maestros de oración
Capítulo tercero: La vida de oración
Las expresiones de la oración
El combate de la oración
Segunda sección: La
oración del Señor: «Padre nuestro»
El Padre nuestro
«La síntesis de todo el Evangelio»
«Padre nuestro que estás en el cielo»
Las siete Peticiones
APÉNDICE
Oraciones comunes
Fórmulas de Doctrina
católica
ABREVIATURAS BÍBLICAS
MOTU PROPRIO
para la aprobación y publicación
del Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica
A los Venerables Hermanos Cardenales, Patriarcas, Arzobispos, Obispos,
Presbíteros, Diáconos y a todos los Miembros del Pueblo de Dios
Hace ya veinte años se iniciaba la preparación del
Catecismo de la Iglesia Católica, a petición de la Asamblea
extraordinaria del Sínodo de los Obispos, celebrada con ocasión del
vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Agradezco infinitamente a Dios Nuestro Señor el haber
dado a la Iglesia este Catecismo, promulgado en 1992 por mi
venerado y amado Predecesor, el Papa Juan Pablo II.
La gran utilidad y valor de este don han sido
confirmados, ante todo, por la positiva y amplia acogida que el
Catecismo ha tenido entre los obispos, a quienes se dirigía en
primer lugar, como texto de referencia segura y auténtica para la
enseñanza de la doctrina católica y, en particular, para la elaboración
de catecismos locales. Pero una ulterior confirmación ha venido de la
favorable y gran acogida dispensada al mismo por todos los sectores del
Pueblo de Dios, que lo han podido conocer y apreciar en las más de
cincuenta lenguas a las que, hasta el momento, ha sido traducido.
Ahora, con gran gozo, apruebo y promulgo el Compendio
de este Catecismo.
Dicho Compendio había sido vivamente deseado por
los participantes al Congreso Catequético Internacional de octubre de
2002, que se hacían así intérpretes de una exigencia muy extendida en la
Iglesia. Acogiendo este deseo, mi difunto Predecesor decidió su
preparación en febrero de 2003, confiando la redacción del mismo a una
restringida Comisión de Cardenales, presidida por mí y ayudada por un
grupo de expertos colaboradores. Durante el desarrollo de los trabajos,
el proyecto de este Compendio fue sometido al juicio de los
Eminentísimos Cardenales y los Presidentes de las Conferencias
Episcopales, que en su inmensa mayoría lo han acogido y valorado
favorablemente.
El Compendio, que ahora presento a la Iglesia
Universal, es una síntesis fiel y segura del Catecismo de la Iglesia
Católica. Contiene, de modo conciso, todos los elementos esenciales
y fundamentales de la fe de la Iglesia, de manera tal que constituye,
como deseaba mi Predecesor, una especie de vademécum, a través
del cual las personas, creyentes o no, pueden abarcar con una sola
mirada de conjunto el panorama completo de la fe católica.
El Compendio refleja fielmente, en su estructura,
contenidos y lenguaje, el Catecismo de la Iglesia Católica, que
podrá ser mejor conocido y comprendido gracias a la ayuda y estímulo de
esta síntesis.
Entrego, por tanto, con confianza este Compendio,
ante todo a la Iglesia entera y a cada cristiano en particular, para
que, por medio de él, cada cual pueda encontrar, en este tercer milenio,
nuevo impulso para renovar el compromiso de evangelización y educación
de la fe que debe caracterizar a toda comunidad eclesial y a cada
creyente en Cristo de cualquier edad y nación.
Pero este Compendio, por su brevedad, claridad e
integridad, se dirige asimismo a toda persona que, viviendo en un mundo
dispersivo y lleno de los más variados mensajes, quiera conocer el
Camino de la Vida y la Verdad, entregado por Dios a la Iglesia de su
Hijo.
Leyendo este valioso instrumento que es el Compendio,
gracias especialmente a la intercesión de María Santísima, Madre de
Cristo y de la Iglesia, puedan todos reconocer y acoger cada vez mejor
la inagotable belleza, unicidad y actualidad del Don por excelencia que
Dios ha hecho a la humanidad: Su Hijo único, Jesucristo, que es «el
Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6).
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 28 de Junio de
2005, víspera de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo,
año primero de mi Pontificado.
BENEDICTUS PP. XVI
INTRODUCCIÓN
1. El 11 de Octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II
entregaba a los fieles de todo el mundo el Catecismo de la Iglesia
Católica, presentándolo como «texto de referencia»[1]
para una catequesis renovada en las fuentes vivas de la fe. A treinta
años de la apertura del Concilio Vaticano II (1962-1965), se cumplía de
este modo felizmente el deseo expresado en 1985 por la Asamblea
extraordinaria del Sínodo de los Obispos de que se compusiera un
catecismo de toda la doctrina católica, tanto de la fe como de la moral.
Cinco años después, el 15 de Agosto de 1997, al promulgar la editio
typica del Catechismus Ecclesiae Catholicae,
el Sumo Pontífice confirmaba la finalidad fundamental de
la obra: «Presentarse como una exposición completa e íntegra de la
doctrina católica, que permite que todos conozcan lo que la Iglesia
misma profesa, celebra, vive y ora en su vida diaria».[2]
2. En orden a un mayor aprovechamiento de los valores
del Catecismo y para responder a la petición del Congreso
Catequético Internacional de 2002, Juan Pablo II instituía en 2003 una
Comisión especial, presidida por mí, como Prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, con el encargo de elaborar un Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica, que recogiera una
formulación más sintética de los mismos contenidos de la fe. Tras dos
años de trabajo se preparó un proyecto de compendio, que
fue enviado a consulta a los Cardenales y a los Presidentes de las
Conferencias Episcopales. El proyecto, en su conjunto, obtuvo una
valoración positiva por parte de la absoluta mayoría de cuantos
respondieron. La Comisión, por tanto, procedió a la revisión del
mencionado proyecto y, teniendo en cuenta las propuestas de
mejora recibidas, redactó el texto final de la obra.
3. Tres son las características principales del
Compendio: la estrecha dependencia del Catecismo de la Iglesia
Católica, el estilo dialogal y el uso de imágenes en la catequesis.
Ante todo, el Compendio no es una obra autónoma
ni pretende de ningún modo sustituir al Catecismo de la Iglesia
Católica: más bien remite a él constantemente, tanto con la puntual
indicación de los números de referencia como con el continuo llamamiento
a su estructura, desarrollo y contenidos. El Compendio, además,
pretende despertar un renovado interés y aprecio por el Catecismo,
que, con su sabiduría expositiva y unción espiritual, continua siendo el
texto de base de la catequesis eclesial de hoy.
Como el Catecismo, también el Compendio se
articula en cuatro partes, correspondientes a las leyes fundamentales de
la vida en Cristo.
La primera parte, titulada «La profesión de la fe»,
contiene una oportuna síntesis de la lex credendi, es decir, de
la fe profesada por la Iglesia Católica, tomada del Símbolo Apostólico,
ulteriormente explicitado y detallado por el Símbolo
Niceno-Constantinopolitano, cuya constante proclamación en la asamblea
cristiana mantiene viva la memoria de las principales verdades de la fe.
La segunda parte, titulada «La celebración del misterio
cristiano», presenta los elementos esenciales de la lex celebrandi.
El anuncio del Evangelio encuentra, efectivamente, su respuesta
privilegiada en la vida sacramental. En ella los fieles experimentan y
dan testimonio en cada momento de su existencia, de la eficacia
salvífica del misterio pascual, por medio del cual Cristo ha consumado
la obra de nuestra redención.
La tercera parte, titulada «La vida en Cristo», presenta
la lex vivendi, es decir, el compromiso que tienen los bautizados
de manifestar en sus comportamientos y en sus decisiones éticas la
fidelidad a la fe profesada y celebrada. Los fieles, en efecto, están
llamados por el Señor Jesús a realizar las obras que se corresponden con
su dignidad de hijos del Padre en la caridad del Espíritu Santo.
La cuarta parte, titulada «La oración cristiana», ofrece una síntesis
de la lex orandi, es decir, de la vida de oración. A ejemplo de
Jesús, modelo perfecto de orante, también el cristiano está llamado al
diálogo con Dios en la oración, de la que es expresión privilegiada el
Padre Nuestro, la oración que nos enseñó el mismo Jesús.
4. Una segunda característica del Compendio es su forma
dialogal, que recupera un antiguo género catequético basado en
preguntas y respuestas. Se trata de volver a proponer un diálogo ideal
entre el maestro y el discípulo, mediante una apremiante secuencia de
preguntas, que implican al lector, invitándole a proseguir en el
descubrimiento de aspectos siempre nuevos de la verdad de su fe. Este
género ayuda también a abreviar notablemente el texto, reduciéndolo a lo
esencial, y favoreciendo de este modo la asimilación y eventual
memorización de los contenidos.
5. Una tercera característica es la presencia de algunas imágenes,
que acompañan a la articulación del Compendio. Provienen del
riquísimo patrimonio de la iconografía cristiana. De la secular
tradición conciliar aprendemos que también la imagen es predicación
evangélica. Los artistas de todos los tiempos han ofrecido, para
contemplación y asombro de los fieles, los hechos más sobresalientes del
misterio de la salvación, presentándolo en el esplendor del color y la
perfección de la belleza. Es éste un indicio de cómo hoy más que nunca,
en la civilización de la imagen, la imagen sagrada puede expresar mucho
más que la misma palabra, dada la gran eficacia de su dinamismo de
comunicación y de transmisión del mensaje evangélico.
6. Cuarenta años después de la conclusión del Concilio Vaticano II
y en el año de la Eucaristía, el Compendio puede constituir un
ulterior instrumento para satisfacer tanto el hambre de verdad de los
fieles de toda edad y condición, como la necesidad de todos aquellos
que, sin serlo, tienen sed de verdad y de justicia. Su publicación
tendrá lugar en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo,
columnas de la Iglesia universal y evangelizadores ejemplares en el
mundo antiguo. Estos apóstoles vieron lo que predicaron, y dieron
testimonio de la verdad de Cristo hasta el martirio. Imitémosles en su
impulso misionero, y roguemos al Señor para que la Iglesia siga siempre
las enseñanzas de los Apóstoles, de quienes ha recibido el primer
anuncio gozoso de la fe.
Domingo de Ramos, 20 de marzo de 2005.
Joseph Card. Ratzinger
Presidente de la Comisión especial
Notas
[1]Juan
Pablo II, Const. ap.
Fidei depositum, 11 de octubre de 1992.
[2]Juan Pablo II, Carta ap.
Laetamur magnopere, 15 de agosto de 1997.
PRIMERA PARTE
LA PROFESIÓN DE LA FE
PRIMERA SECCIÓN
«CREO» – «CREEMOS»
1. ¿Cuál es el designio de Dios para el hombre?
1-25
Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí
mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para
hacerle partícipe de su vida bienaventurada. En la plenitud de los
tiempos, Dios Padre envió a su Hijo como Redentor y Salvador de los
hombres caídos en el pecado, convocándolos en su Iglesia, y haciéndolos
hijos suyos de adopción por obra del Espíritu Santo y herederos de su
eterna bienaventuranza.
CAPÍTULO PRIMERO
EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS
30
«Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza
(…). Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras
no descansa en ti» (San Agustín).
2. ¿Por qué late en el hombre el deseo de Dios?
27-30
44-45
Dios mismo, al crear al hombre a su propia imagen,
inscribió en el corazón de éste el deseo de verlo. Aunque el hombre a
menudo ignore tal deseo, Dios no cesa de atraerlo hacia sí, para que
viva y encuentre en Él aquella plenitud de verdad y felicidad a la que
aspira sin descanso. En consecuencia, el hombre, por naturaleza y
vocación, es un ser esencialmente religioso, capaz de entrar en comunión
con Dios. Esta íntima y vital relación con Dios otorga al hombre su
dignidad fundamental.
3. ¿Cómo se puede conocer a Dios con la sola luz de la razón?
31-36
46-47
A partir de la Creación, esto es, del mundo y de la
persona humana, el hombre, con la sola razón, puede con certeza conocer
a Dios como origen y fin del universo y como sumo bien, verdad y belleza
infinita.
4. ¿Basta la sola luz de la razón para conocer el misterio de Dios?
37-38
Para conocer a Dios con la sola luz de la razón, el
hombre encuentra muchas dificultades. Además no puede entrar por sí
mismo en la intimidad del misterio divino. Por ello, Dios ha querido
iluminarlo con su Revelación, no sólo acerca de las verdades que superan
la comprensión humana, sino también sobre verdades religiosas y morales,
que, aun siendo de por sí accesibles a la razón, de esta manera pueden
ser conocidas por todos sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla
de error.
5. ¿Cómo se puede hablar de Dios?
Se puede hablar de Dios a todos y con todos, partiendo
de las perfecciones del hombre y las demás criaturas, las cuales son un
reflejo, si bien limitado, de la infinita perfección de Dios. Sin
embargo, es necesario purificar continuamente nuestro lenguaje de todo
lo que tiene de fantasioso e imperfecto, sabiendo bien que nunca podrá
expresar plenamente el infinito misterio de Dios.
CAPÍTULO SEGUNDO
DIOS VIENE AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
LA REVELACIÓN DE DIOS
6. ¿Qué revela Dios al hombre?
50-53
68-69
Dios, en su bondad y sabiduría, se revela al hombre. Por
medio de acontecimientos y palabras, se revela a sí mismo y el designio
de benevolencia que él mismo ha preestablecido desde la eternidad en
Cristo en favor de los hombres. Este designio consiste en hacer
partícipes de la vida divina a todos los hombres, mediante la gracia del
Espíritu Santo, para hacer de ellos hijos adoptivos en su Hijo
Unigénito.
7. ¿Cuáles son las primeras etapas de la Revelación de Dios?
54-58
70-71
Desde el principio, Dios se manifiesta a Adán y Eva,
nuestros primeros padres, y les invita a una íntima comunión con Él.
Después de la caída, Dios no interrumpe su revelación, y les promete la
salvación para toda su descendencia. Después del diluvio, establece con
Noé una alianza que abraza a todos los seres vivientes.
8. ¿Cuáles son las sucesivas etapas de la Revelación
de Dios?
59-64
72
Dios escogió a Abram llamándolo a abandonar su tierra
para hacer de él «el padre de una multitud de naciones» (Gn 17,
5), y prometiéndole bendecir en él a «todas las naciones de la tierra» (Gn
12,3). Los descendientes de Abraham serán los depositarios de las
promesas divinas hechas a los patriarcas. Dios forma a Israel como su
pueblo elegido, salvándolo de la esclavitud de Egipto, establece con él
la Alianza del Sinaí, y le da su Ley por medio de Moisés. Los Profetas
anuncian una radical redención del pueblo y una salvación que abrazará a
todas las naciones en una Alianza nueva y eterna. Del pueblo de Israel,
de la estirpe del rey David, nacerá el Mesías: Jesús.
9. ¿Cuál es la plena y definitiva etapa de la
Revelación de Dios?
65-66
73
La plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios es
la que Él mismo llevó a cabo en su Verbo encarnado, Jesucristo, mediador
y plenitud de la Revelación. En cuanto Hijo Unigénito de Dios hecho
hombre, Él es la Palabra perfecta y definitiva del Padre. Con la venida
del Hijo y el don del Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido
plenamente, aunque la fe de la Iglesia deberá comprender gradualmente
todo su alcance a lo largo de los siglos.
«Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es
una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de
una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar» (San
Juan de la Cruz)
10. ¿Qué valor tienen las revelaciones privadas?
67
Aunque no pertenecen al depósito de la fe, las
revelaciones privadas pueden ayudar a vivir la misma fe, si mantienen su
íntima orientación a Cristo. El Magisterio de la Iglesia, al que
corresponde el discernimiento de tales revelaciones, no puede aceptar,
por tanto, aquellas “revelaciones” que pretendan superar o corregir la
Revelación definitiva, que es Cristo.
LA TRANSMISIÓN DE LA DIVINA
REVELACIÓN
11. ¿Por qué y de qué modo se transmite la divina
Revelación?
74
Dios «quiere que todos los hombres se salven y lleguen
al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2, 4), es decir, de
Jesucristo. Es preciso, pues, que Cristo sea anunciado a todos los
hombres, según su propio mandato: «Id y haced discípulos de todos los
pueblos» (Mt 28, 19). Esto se lleva a cabo mediante la Tradición
Apostólica.
12. ¿Qué es la Tradición Apostólica?
75-79
83
96.98
La Tradición Apostólica es la transmisión del mensaje de
Cristo llevada a cabo, desde los comienzos del cristianismo, por la
predicación, el testimonio, las instituciones, el culto y los escritos
inspirados. Los Apóstoles transmitieron a sus sucesores, los obispos y,
a través de éstos, a todas las generaciones hasta el fin de los tiempos
todo lo que habían recibido de Cristo y aprendido del Espíritu Santo.
13. ¿De qué modo se realiza la Tradición Apostólica?
76
La Tradición Apostólica se realiza de dos modos: con la
transmisión viva de la Palabra de Dios (también llamada simplemente
Tradición) y con la Sagrada Escritura, que es el mismo anuncio de la
salvación puesto por escrito.
14. ¿Qué relación existe entre Tradición y Sagrada
Escritura?
80-82
97
La Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente
unidas y compenetradas entre sí. En efecto, ambas hacen presente y
fecundo en la Iglesia el Misterio de Cristo, y surgen de la misma fuente
divina: constituyen un solo sagrado depósito de la fe, del cual la
Iglesia saca su propia certeza sobre todas las cosas reveladas.
15. ¿A quién ha sido confiado el depósito de la fe?
84.91
94.99
El depósito de la fe ha sido confiado por los Apóstoles
a toda la Iglesia. Todo el Pueblo de Dios, con el sentido sobrenatural
de la fe, sostenido por el Espíritu Santo y guiado por el Magisterio de
la Iglesia, acoge la Revelación divina, la comprende cada vez mejor, y
la aplica a la vida.
16. ¿A quién corresponde interpretar auténticamente
el depósito de la fe?
85-90
100
La interpretación auténtica del depósito de la fe
corresponde sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, es decir, al Sucesor
de Pedro, el Obispo de Roma, y a los obispos en comunión con él. Al
Magisterio, el cual, en el servicio de la Palabra de Dios, goza del
carisma cierto de la verdad, compete también definir los dogmas, que son
formulaciones de las verdades contenidas en la divina Revelación; dicha
autoridad se extiende también a las verdades necesariamente relacionadas
con la Revelación.
17. ¿Qué relación existe entre Escritura, Tradición y
Magisterio?
95
Escritura, Tradición y Magisterio están tan
estrechamente unidos entre sí, que ninguno de ellos existe sin los
otros. Juntos, bajo la acción del Espíritu Santo, contribuyen
eficazmente, cada uno a su modo, a la salvación de los hombres.
LA SAGRADA ESCRITURA
18. ¿Por qué decimos que la Sagrada Escritura enseña
la verdad?
105-108
135-136
Decimos que la Sagrada Escritura enseña la verdad porque
Dios mismo es su autor: por eso afirmamos que está inspirada y enseña
sin error las verdades necesarias para nuestra salvación. El Espíritu
Santo ha inspirado, en efecto, a los autores humanos de la Sagrada
Escritura, los cuales han escrito lo que el Espíritu ha querido
enseñarnos. La fe cristiana, sin embargo, no es una «religión del
libro», sino de la Palabra de Dios, que no es «una palabra escrita y
muda, sino el Verbo encarnado y vivo» (San Bernardo de Claraval).
19. ¿Cómo se debe leer la Sagrada Escritura?
109-119
137
La Sagrada Escritura debe ser leída e interpretada con
la ayuda del Espíritu Santo y bajo la guía del Magisterio de la Iglesia,
según tres criterios: 1) atención al contenido y a la unidad de toda la
Escritura; 2) lectura de la Escritura en la Tradición viva de la
Iglesia; 3) respeto de la analogía de la fe, es decir, de la cohesión
entre las verdades de la fe.
20. ¿Qué es el canon de las Escrituras?
120
138
El canon de las Escrituras es el elenco completo
de todos los escritos que la Tradición Apostólica ha hecho discernir a
la Iglesia como sagrados. Tal canon comprende cuarenta y seis escritos
del Antiguo Testamento y veintisiete del Nuevo.
21. ¿Qué importancia tiene el Antiguo Testamento para
los cristianos?
121-123
Los cristianos veneran el Antiguo Testamento como
verdadera Palabra de Dios: todos sus libros están divinamente inspirados
y conservan un valor permanente, dan testimonio de la pedagogía divina
del amor salvífico de Dios, y han sido escritos sobre todo para preparar
la venida de Cristo Salvador del mundo.
22. ¿Qué importancia tiene el Nuevo Testamento para
los cristianos?
124-127
139
El Nuevo Testamento, cuyo centro es Jesucristo, nos
transmite la verdad definitiva de la Revelación divina. En él, los
cuatro Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, siendo el principal
testimonio de la vida y doctrina de Jesús, constituyen el corazón de
todas las Escrituras y ocupan un puesto único en la Iglesia.
23. ¿Qué unidad existe entre el Antiguo y el Nuevo
Testamento?
128-130
140
La Escritura es una porque es única la Palabra de Dios,
único el proyecto salvífico de Dios y única la inspiración divina de
ambos Testamentos. El Antiguo Testamento prepara el Nuevo, mientras que
éste da cumplimiento al Antiguo: ambos se iluminan recíprocamente.
24. ¿Qué función tiene la Sagrada Escritura en la
vida de la Iglesia?
131-133
141-142
La Sagrada Escritura proporciona apoyo y vigor a la vida
de la Iglesia. Para sus hijos, es firmeza de la fe, alimento y manantial
de vida espiritual. Es el alma de la teología y de la predicación
pastoral. Dice el Salmista: «lámpara es tu palabra para mis pasos, luz
en mi sendero» (Sal 119, 105). Por esto la Iglesia exhorta a la
lectura frecuente de la Sagrada Escritura, pues «desconocer la Escritura
es desconocer a Cristo» (San Jerónimo).
CAPÍTULO TERCERO
LA RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS
CREO
25. ¿Cómo responde el hombre a Dios que se revela?
142-143
El hombre, sostenido por la gracia divina, responde a la
Revelación de Dios con la obediencia de la fe, que consiste en fiarse
plenamente de Dios y acoger su Verdad, en cuanto garantizada por Él, que
es la Verdad misma.
26. ¿Cuáles son en la Sagrada Escritura los
principales modelos de obediencia en la fe?
144-149
Son muchos los modelos de obediencia en la fe en la
Sagrada Escritura, pero destacan dos particularmente: Abraham,
que, sometido a prueba, «tuvo fe en Dios» (Rm 4, 3) y siempre
obedeció a su llamada; por esto se convirtió en «padre de todos los
creyentes» (Rm 4, 11.18). Y la Virgen María, quien ha
realizado del modo más perfecto, durante toda su vida, la obediencia en
la fe: «Fiat mihi secundum Verbum tuum – hágase en mi según tu
palabra» (Lc 1, 38).
27. En la práctica ¿qué significa para el hombre
creer en Dios?
150-152
176-178
Creer en Dios significa para el hombre adherirse a Dios
mismo, confiando plenamente en Él y dando pleno asentimiento a todas las
verdades por Él reveladas, porque Dios es la Verdad. Significa creer en
un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
28. ¿Cuáles son las características de la fe?
153-165
179-180
183-184
La fe, don gratuito de Dios, accesible a cuantos
la piden humildemente, es la virtud sobrenatural necesaria para
salvarse. El acto de fe es un acto humano, es decir un acto de la
inteligencia del hombre, el cual, bajo el impulso de la voluntad movida
por Dios, asiente libremente a la verdad divina. Además, la fe es
cierta porque se fundamenta sobre la Palabra de Dios; «actúa por
medio de la caridad» (Ga 5,6); y está en continuo crecimiento,
gracias, particularmente, a la escucha de la Palabra de Dios y a la
oración. Ella nos hace pregustar desde ahora el gozo del cielo.
29. ¿Por qué afirmamos que no hay contradicción entre
la fe y la ciencia?
159
Aunque la fe supera a la razón, no puede nunca haber
contradicción entre la fe y la ciencia, ya que ambas tienen su origen en
Dios. Es Dios mismo quien da al hombre tanto la luz de la razón como la
fe.
«Cree para comprender y comprende para creer»
(San Agustín)
CREEMOS
30. ¿Por qué la fe es un acto personal y al mismo
tiempo eclesial?
166-169
181
La fe es un acto personal en cuanto es respuesta libre
del hombre a Dios que se revela. Pero, al mismo tiempo, es un acto
eclesial, que se manifiesta en la expresión «creemos», porque,
efectivamente, es la Iglesia quien cree, de tal modo que Ella, con la
gracia del Espíritu Santo, precede, engendra y alimenta la fe de cada
uno: por esto la Iglesia es Madre y Maestra.
«Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a
la Iglesia por Madre»
(San Cipriano)
31. ¿Por qué son importantes las fórmulas de la fe?
170-171
Las fórmulas de la fe son importantes porque nos
permiten expresar, asimilar, celebrar y compartir con los demás las
verdades de la fe, utilizando un lenguaje común.
32. ¿En qué sentido la fe de la Iglesia es una sola?
172-175
182
La Iglesia, aunque formada por personas diversas por
razón de lengua, cultura y ritos, profesa con voz unánime la única fe,
recibida de un solo Señor y transmitida por la única Tradición
Apostólica. Profesa un solo Dios –Padre, Hijo y Espíritu Santo– e indica
un solo camino de salvación. Por tanto, creemos, con un solo corazón y
una sola alma, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios
escrita o transmitida y es propuesto por la Iglesia para ser creído como
divinamente revelado.
SEGUNDA SECCIÓN
LA PROFESIÓN DE LA FE
CRISTIANA
EL CREDO
Símbolo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre
Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde
allí ha de venir
a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu
Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Credo
Niceno-Constantinopolitano
Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del
cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu
Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe
una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un
solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la
resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
|
Symbolum Apostolicum
Credo in Deum, Patrem
omnipoténtem,
Creatórem caeli et terrae,
et in Iesum Christum, Filium Eius únicum,
Dóminum nostrum,
qui conceptus est de Spiritu Sancto,
natus ex María Virgine,
passus sub Póntio Piláto,
crucifixus, mórtuus, et sepúltus,
descendit ad ínferos, tértia die resurréxit
a mórtuis, ascéndit ad caelos, sedet
ad déxteram Dei Patris omnipoténtis,
inde ventúrus est iudicáre vivos
et mórtuos.
Et in Spíritum
Sanctum,
sanctam Ecclésiam cathólicam,
sanctórum communiónem,
remissiónem peccatórum,
carnis resurrectiónem,
vitam aetérnam.
Amen.
Symbolum
Nicaenum-Constantinopolitanum
Credo in unum Deum,
Patrem omnipoténtem,
Factórem caeli et terrae,
visibílium ómnium et invisibílium.
Et in unum Dóminum lesum Christum,
Filium Dei unigénitum
et ex Patre natum ante ómnia saécula:
Deum de Deo,
Lumen de Lúmine,
Deum verum de Deo vero,
génitum, non factum,
consubstantiálem Patri:
per quem ómnia facta sunt;
qui propter nos hómines et proper nostram
salútem, descéndit de caelis,
et incarnátus est de Spíritu Sancto
ex María Virgine et homo factus est,
crucifixus etiam pro nobis
sub Póntio Piláto,
passus et sepúltus est,
et resurréxit tértia die secúndum Scriptúras,
et déxteram Patris,
et íterum ventúrus est cum glória,
iudicáre vivos et mórtuos,
cuius regni non erit finis.
Credo in Spíritum
Sanctum,
Dóminum et vivificántem,
qui ex Patre Filióque procédit,
qui cum Patre et Fílio simul
adorátur et conglorificátur,
qui locútus est per Prophétas.
Et unam sanctam
cathólicam
et apostólicam Ecclésiam.
Confíteor unum
Baptísma in
remissiónem peccatórum.
Et exspécto
resurrectiónem mortuórum,
et vitam ventúri saéculi.
Amen. |
CAPÍTULO PRIMERO
CREO EN DIOS PADRE
LOS SÍMBOLOS DE LA FE
33. ¿Qué son los símbolos de la fe?
185-188
199.197
Los símbolos de la fe, también llamados «profesiones de
fe» o «Credos», son fórmulas articuladas con las que la Iglesia, desde
sus orígenes, ha expresado sintéticamente la propia fe, y la ha
transmitido con un lenguaje común y normativo para todos los fieles.
34. ¿Cuáles son los símbolos de la fe más antiguos?
189-191
Los símbolos de la fe más antiguos son los
bautismales. Puesto que el Bautismo se administra «en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19), las verdades
de fe allí profesadas son articuladas según su referencia a las tres
Personas de la Santísima Trinidad.
35. ¿Cuáles son los símbolos de la fe más
importantes?
193-195
Los símbolos de la fe más importantes son: el Símbolo
de los Apóstoles, que es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia
de Roma, y el Símbolo niceno-constantinopolitano, que es fruto de
los dos primeros Concilios Ecuménicos de Nicea (325) y de Constantinopla
(381), y que sigue siendo aún hoy el símbolo común a todas las grandes
Iglesias de Oriente y Occidente.
«CREO EN DIOS, PADRE
TODOPODEROSO,
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA»
36. ¿Por qué la profesión de fe comienza con «Creo en
Dios»?
198-199
La profesión de fe comienza con la afirmación «Creo en
Dios» porque es la más importante: la fuente de todas las demás verdades
sobre el hombre y sobre el mundo y de toda la vida del que cree en Dios.
37. ¿Por qué profesamos un solo Dios?
200-202
228
Profesamos un solo Dios porque Él se ha revelado
al pueblo de Israel como el Único, cuando dice: «escucha Israel, el
Señor nuestro Dios es el Único Señor» (Dt 6, 4), «no existe
ningún otro» (Is 45, 22). Jesús mismo lo ha confirmado: Dios «es
el único Señor» (Mc 12, 29). Profesar que Jesús y el Espíritu
Santo son también Dios y Señor no introduce división alguna en el Dios
Único.
38. ¿Con qué nombre se revela Dios?
203-205
230-231
Dios se revela a Moisés como el Dios vivo: «Yo soy el
Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob» (Ex 3, 6). Al mismo Moisés Dios le revela su Nombre
misterioso: «Yo soy el que soy (YHWH)» (Ex 3, 14). El nombre
inefable de Dios, ya en los tiempos del Antiguo Testamento, fue
sustituido por la palabra Señor. De este modo en el Nuevo
Testamento, Jesús, llamado el Señor, aparece como verdadero Dios.
39. ¿Sólo Dios «es»?
212-213
Mientras las criaturas han recibido de Él todo su ser y
su poseer, sólo Dios es en sí mismo la plenitud del ser y de toda
perfección. Él es «el que es», sin origen y sin fin. Jesús revela que
también Él lleva el Nombre divino, «Yo soy» (Jn 8, 28).
40. ¿Por qué es importante la revelación del nombre
de Dios?
206-213
Al revelar su Nombre, Dios da a conocer las riquezas
contenidas en su misterio inefable: sólo Él es, desde siempre y por
siempre, el que transciende el mundo y la historia. Él es quien ha hecho
cielo y tierra. Él es el Dios fiel, siempre cercano a su pueblo para
salvarlo. Él es el Santo por excelencia, «rico en misericordia» (Ef
2, 4), siempre dispuesto al perdón. Dios es el Ser espiritual,
trascendente, omnipotente, eterno, personal y perfecto. Él es la verdad
y el amor.
«Dios es el ser infinitamente perfecto que es la
Santísima Trinidad» (Santo Toribio de Mogrovejo)
41. ¿En qué sentido Dios es la verdad?
214-217
231
Dios es la Verdad misma y como tal ni se engaña ni puede
engañar. «Dios es luz, en Él no hay tiniebla alguna» (1 Jn 1, 5).
El Hijo eterno de Dios, sabiduría encarnada, ha sido enviado al mundo
«para dar testimonio de la Verdad» (Jn 18, 37).
42. ¿De qué modo Dios revela que Él es amor?
218-221
Dios se revela a Israel como Aquel que tiene un amor más
fuerte que el de un padre o una madre por sus hijos o el de un esposo
por su esposa. Dios en sí mismo «es amor» (1 Jn 4, 8.16), que se
da completa y gratuitamente; que «tanto amó al mundo que dio a su Hijo
único para que el mundo se salve por él» (Jn 3, 16-17). Al mandar
a su Hijo y al Espíritu Santo, Dios revela que Él mismo es eterna
comunicación de amor.
43. ¿Qué consecuencias tiene creer en un solo Dios?
222-227
229
Creer en Dios, el Único, comporta: conocer su grandeza y
majestad; vivir en acción de gracias; confiar siempre en Él, incluso en
la adversidad; reconocer la unidad y la verdadera dignidad de todos los
hombres, creados a imagen de Dios; usar rectamente de las cosas creadas
por Él.
44. ¿Cuál es el misterio central de la fe y de la
vida cristiana?
232-237
El misterio central de la fe y de la vida cristiana es
el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
45. ¿Puede la razón humana conocer, por sí sola, el
misterio de la Santísima Trinidad?
237
Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la
creación y en el Antiguo Testamento, pero la intimidad de su ser como
Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón humana
e incluso a la fe de Israel, antes de la Encarnación del Hijo de Dios y
del envío del Espíritu Santo. Este misterio ha sido revelado por
Jesucristo, y es la fuente de todos los demás misterios.
46. ¿Qué nos revela Jesucristo acerca del misterio
del Padre?
240-243
Jesucristo nos revela que Dios es «Padre», no sólo en
cuanto es Creador del universo y del hombre sino, sobre todo, porque
engendra eternamente en su seno al Hijo, que es su Verbo, «resplandor de
su gloria e impronta de su sustancia» (Hb 1, 3).
47. ¿Quién es el Espíritu Santo, que Jesucristo nos
ha revelado?
243-248
El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Santísima
Trinidad. Es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo; «procede del Padre» (Jn
15, 26), que es principio sin principio y origen de toda la vida
trinitaria. Y procede también del Hijo (Filioque), por el don
eterno que el Padre hace al Hijo. El Espíritu Santo, enviado por el
Padre y por el Hijo encarnado, guía a la Iglesia hasta el conocimiento
de la «verdad plena» (Jn 16, 13).
48. ¿Cómo expresa la Iglesia su fe trinitaria?
249-256
266
La Iglesia expresa su fe trinitaria confesando un solo
Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divinas
Personas son un solo Dios porque cada una de ellas es idéntica a la
plenitud de la única e indivisible naturaleza divina. Las tres son
realmente distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas: el Padre
engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo.
49. ¿Cómo obran las tres divinas Personas?
257-260
267
Inseparables en su única sustancia, las divinas Personas
son también inseparables en su obrar: la Trinidad tiene una sola y misma
operación. Pero en el único obrar divino, cada Persona se hace presente
según el modo que le es propio en la Trinidad.
«Dios mío, Trinidad a quien adoro... pacifica mi
alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo.
Que yo no te deje jamás solo en ella, sino que yo esté allí
enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada
sin reservas a tu acción creadora» (Beata Isabel de la Trinidad)
50. ¿Qué significa que Dios es Todopoderoso?
268-278
Dios se ha revelado como «el Fuerte, el Valeroso» (Sal
24, 8), aquel para quien «nada es imposible» (Lc 1, 37). Su
omnipotencia es universal, misteriosa y se manifiesta en la creación del
mundo de la nada y del hombre por amor, pero sobre todo en la
Encarnación y en la Resurrección de su Hijo, en el don de la adopción
filial y en el perdón de los pecados. Por esto la Iglesia en su oración
se dirige a «Dios todopoderoso y eterno» («Omnipotens sempiterne
Deus...»).
51. ¿Por qué es importante afirmar que «en el
principio Dios creó el cielo y la tierra» (Gn 1, 1)?
279-289
315
Es importante afirmar que en el principio Dios creó el
cielo y la tierra porque la creación es el fundamento de todos los
designios salvíficos de Dios; manifiesta su amor omnipotente y lleno de
sabiduría; es el primer paso hacia la Alianza del Dios único con su
pueblo; es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en
Cristo; es la primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre
nuestro origen y nuestro fin.
52. ¿Quién ha creado el mundo?
290-292
316
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son el principio
único e indivisible del mundo, aunque la obra de la Creación se atribuye
especialmente a Dios Padre.
53. ¿Para qué ha sido creado el mundo?
293-294
319
El mundo ha sido creado para gloria de Dios, el cual ha
querido manifestar y comunicar su bondad, verdad y belleza. El fin
último de la Creación es que Dios, en Cristo, pueda ser «todo en todos»
(1 Co 15, 28), para gloria suya y para nuestra felicidad.
«Porque la gloria de Dios es el que el hombre
viva, y la vida del hombre es la visión de Dios» (San Ireneo de
Lyon)
54. ¿Cómo ha creado Dios el universo?
295-301
317-320
Dios ha creado el universo libremente con sabiduría y
amor. El mundo no es el fruto de una necesidad, de un destino ciego o
del azar. Dios crea «de la nada» (–ex nihilo–: 2 M 7, 28)
un mundo ordenado y bueno, que Él transciende de modo infinito. Dios
conserva en el ser el mundo que ha creado y lo sostiene, dándole la
capacidad de actuar y llevándolo a su realización, por medio de su Hijo
y del Espíritu Santo.
55. ¿En qué consiste la Providencia divina?
302-306
321
La divina Providencia consiste en las disposiciones con
las que Dios conduce a sus criaturas a la perfección última, a la que Él
mismo las ha llamado. Dios es el autor soberano de su designio. Pero
para realizarlo se sirve también de la cooperación de sus criaturas,
otorgando al mismo tiempo a éstas la dignidad de obrar por sí mismas, de
ser causa unas de otras.
56. ¿Cómo colabora el hombre con la Providencia
divina?
307-308
323
Dios otorga y pide al hombre, respetando su libertad,
que colabore con la Providencia mediante sus acciones, sus oraciones,
pero también con sus sufrimientos, suscitando en el hombre «el querer y
el obrar según sus misericordiosos designios» (Flp 2, 13).
57. Si Dios es todopoderoso y providente ¿por qué
entonces existe el mal?
309-310
324. 400
Al interrogante, tan doloroso como misterioso, sobre la
existencia del mal solamente se puede dar respuesta desde el conjunto
de la fe cristiana. Dios no es, en modo alguno, ni directa ni
indirectamente, la causa del mal. Él ilumina el misterio del mal en su
Hijo Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal
moral, que es el pecado de los hombres y que es la raíz de los restantes
males.
58. ¿Por qué Dios permite el mal?
311-314
324
La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal
si no hiciera salir el bien del mal mismo. Esto Dios lo ha realizado ya
admirablemente con ocasión de la muerte y resurrección de Cristo: en
efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha sacado el
mayor de los bienes, la glorificación de Cristo y nuestra redención.
El cielo y la
tierra
59. ¿Qué ha creado Dios?
325-327
La Sagrada Escritura dice: «en el principio creó Dios el
cielo y la tierra» (Gn 1, 1). La Iglesia, en su profesión de fe,
proclama que Dios es el creador de todas las cosas visibles e
invisibles: de todos los seres espirituales y materiales, esto es, de
los ángeles y del mundo visible y, en particular, del hombre.
60. ¿Quiénes son los ángeles?
328-333
350-351
Los ángeles son criaturas puramente espirituales,
incorpóreas, invisibles e inmortales; son seres personales dotados de
inteligencia y voluntad. Los ángeles, contemplando cara a cara
incesantemente a Dios, lo glorifican, lo sirven y son sus mensajeros en
el cumplimiento de la misión de salvación para todos los hombres.
61. ¿De qué modo los ángeles están presentes en la
vida de la Iglesia?
334-336
352
La Iglesia se une a los ángeles para adorar a Dios,
invoca la asistencia de los ángeles y celebra litúrgicamente la memoria
de algunos de ellos.
«Cada fiel tiene a su lado un ángel como
protector y pastor para conducirlo a la vida» (San Basilio
Magno)
62. ¿Qué enseña la Sagrada Escritura sobre la Creación del mundo
visible?
337-344
A través del relato de los «seis días» de la Creación,
la Sagrada Escritura nos da a conocer el valor de todo lo creado y su
finalidad de alabanza a Dios y de servicio al hombre. Todas las cosas
deben su propia existencia a Dios, de quien reciben la propia bondad y
perfección, sus leyes y lugar en el universo.
63. ¿Cuál es el lugar del hombre en la Creación?
343-344
353
El hombre es la cumbre de la Creación visible, pues ha
sido creado a imagen y semejanza de Dios.
64. ¿Qué tipo de relación existe entre las cosas
creadas?
342
354
Entre todas las criaturas existe una interdependencia y
jerarquía, queridas por Dios. Al mismo tiempo, entre las criaturas
existe una unidad y solidaridad, porque todas ellas tienen el mismo
Creador, son por Él amadas y están ordenadas a su gloria. Respetar las
leyes inscritas en la creación y las relaciones que dimanan de la
naturaleza de las cosas es, por lo tanto, un principio de sabiduría y un
fundamento de la moral.
65. ¿Qué relación existe entre la obra de la Creación
y la de la Redención?
345-349
La obra de la Creación culmina en la obra aún más grande
de la Redención. Con ésta, de hecho, se inicia la nueva Creación, en la
cual todo hallará de nuevo su pleno sentido y cumplimiento.
El hombre
66. ¿En qué sentido el hombre es creado «a imagen de
Dios?»
355-357
El hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido
de que es capaz de conocer y amar libremente a su propio Creador. Es la
única criatura sobre la tierra a la que Dios ama por sí misma, y a la
que llama a compartir su vida divina, en el conocimiento y en el amor.
El hombre, en cuanto creado a imagen de Dios, tiene la dignidad de
persona: no es solamente algo, sino alguien capaz de conocerse, de darse
libremente y de entrar en comunión con Dios y las otras personas.
67. ¿Para qué fin ha creado Dios al hombre?
358-359
Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha
sido creado para conocer, servir y amar a Dios, para ofrecer en este
mundo toda la Creación a Dios en acción de gracias, y para ser elevado a
la vida con Dios en el cielo. Solamente en el misterio del Verbo
encarnado encuentra verdadera luz el misterio del hombre, predestinado a
reproducir la imagen del Hijo de Dios hecho hombre, que es la perfecta
«imagen de Dios invisible» (Col 1, 15).
68. ¿Por qué los hombres forman una unidad?
360-361
Todos los hombres forman la unidad del género humano por
el origen común que les viene de Dios. Además Dios ha creado «de un solo
principio, todo el linaje humano» (Hch 17, 26). Finalmente, todos
tienen un único Salvador y todos están llamados a compartir la eterna
felicidad de Dios.
69. ¿De qué manera el cuerpo y el alma forman en el
hombre una unidad?
362-365
382
La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y
espiritual. En el hombre el espíritu y la materia forman una única
naturaleza. Esta unidad es tan profunda que, gracias al principio
espiritual, que es el alma, el cuerpo, que es material, se hace humano y
viviente, y participa de la dignidad de la imagen de Dios.
70. ¿Quién da el alma al hombre?
366-368
382
El alma espiritual no viene de los progenitores, sino
que es creada directamente por Dios, y es inmortal. Al separarse del
cuerpo en el momento de la muerte, no perece; se unirá de nuevo al
cuerpo en el momento de la resurrección final.
71. ¿Qué relación ha establecido Dios entre el hombre
y la mujer?
369-373
383
El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual
dignidad en cuanto personas humanas y, al mismo tiempo, con una
recíproca complementariedad en cuanto varón y mujer. Dios los ha querido
el uno para el otro, para una comunión de personas. Juntos están también
llamados a transmitir la vida humana, formando en el matrimonio «una
sola carne» (Gn 2, 24), y a dominar la tierra como
«administradores» de Dios.
72. ¿Cuál era la condición original del hombre según
el designio de Dios?
374-379
384
Al crear al hombre y a la mujer, Dios les había dado una
especial participación de la vida divina, en un estado de santidad y
justicia. En este proyecto de Dios, el hombre no habría debido sufrir ni
morir. Igualmente reinaba en el hombre una armonía perfecta consigo
mismo, con el Creador, entre hombre y mujer, así como entre la primera
pareja humana y toda la Creación.
La caída
73. ¿Cómo se comprende la realidad del pecado?
385-389
En la historia del hombre está presente el pecado. Esta
realidad se esclarece plenamente sólo a la luz de la divina Revelación
y, sobre todo, a la luz de Cristo, el Salvador de todos, que ha hecho
que la gracia sobreabunde allí donde había abundado el pecado.
74. ¿Qué es la caída de los ángeles?
391-395
414
Con la expresión «la caída de los ángeles» se indica que
Satanás y los otros demonios, de los que hablan la Sagrada Escritura y
la Tradición de la Iglesia, eran inicialmente ángeles creados buenos por
Dios, que se transformaron en malvados porque rechazaron a Dios y a su
Reino, mediante una libre e irrevocable elección, dando así origen al
infierno. Los demonios intentan asociar al hombre a su rebelión contra
Dios, pero Dios afirma en Cristo su segura victoria sobre el Maligno.
75. ¿En qué consiste el primer pecado del hombre?
396-403
415-417
El hombre, tentado por el diablo, dejó apagarse en su
corazón la confianza hacia su Creador y, desobedeciéndole, quiso «ser
como Dios» (Gn 3, 5), sin Dios, y no según Dios. Así Adán y Eva
perdieron inmediatamente, para sí y para todos sus descendientes, la
gracia de la santidad y de la justicia originales.
76. ¿Qué es el pecado original?
404
419
El pecado original, en el que todos los hombres nacen,
es el estado de privación de la santidad y de la justicia originales. Es
un pecado «contraído» no «cometido» por nosotros; es una condición de
nacimiento y no un acto personal. A causa de la unidad de origen de
todos los hombres, el pecado original se transmite a los descendientes
de Adán con la misma naturaleza humana, «no por imitación sino por
propagación». Esta transmisión es un misterio que no podemos comprender
plenamente.
77. ¿Qué otras consecuencias provoca el pecado
original?
405-409
418
Como consecuencia del pecado original, la naturaleza
humana, aun sin estar totalmente corrompida, se halla herida en sus
propias fuerzas naturales, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al
poder de la muerte, e inclinada al pecado. Esta inclinación al mal se
llama concupiscencia.
78. ¿Qué ha hecho Dios después del primer pecado del
hombre?
410-412
420
Después del primer pecado, el mundo ha sido inundado de
pecados, pero Dios no ha abandonado al hombre al poder de la muerte,
antes al contrario, le predijo de modo misterioso –en el
«Protoevangelio» (Gn 3, 15)– que el mal sería vencido y el hombre
levantado de la caída. Se trata del primer anuncio del Mesías Redentor.
Por ello, la caída será incluso llamada feliz culpa, porque «ha
merecido tal y tan grande Redentor» (Liturgia de la Vigilia pascual).
CAPÍTULO SEGUNDO
CREO EN JESUCRISTO,
HIJO ÚNICO DE DIOS
79. ¿Cuál es la Buena Noticia para el hombre?
422-424
La Buena Noticia es el anuncio de Jesucristo, «el Hijo
de Dios vivo» (Mt 16, 16), muerto y resucitado. En tiempos del
rey Herodes y del emperador César Augusto, Dios cumplió las promesas
hechas a Abraham y a su descendencia, enviando «a su Hijo, nacido de
mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la
Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Ga 4, 4-5).
80. ¿Cómo se difunde esta Buena Noticia?
425-429
Desde el primer momento, los discípulos desearon
ardientemente anunciar a Cristo, a fin de llevar a todos los hombres a
la fe en Él. También hoy, el deseo de evangelizar y catequizar, es
decir, de revelar en la persona de Cristo todo el designio de Dios, y de
poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este conocimiento
amoroso de Cristo.
CREO EN JESUCRISTO, SU ÚNICO
HIJO, NUESTRO SEÑOR
81. ¿Qué significa el nombre de Jesús?
430-435
452
El nombre de Jesús, dado por el ángel en el momento de
la Anunciación, significa «Dios salva». Expresa, a la vez, su identidad
y su misión, «porque él salvará al pueblo de sus pecados» (Mt 1,
21). Pedro afirma que «bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que
pueda salvarnos» (Hch 4, 12).
82. ¿Por qué Jesús es llamado Cristo?
436-440
453
«Cristo», en griego, y «Mesías», en hebreo, significan
«ungido». Jesús es el Cristo porque ha sido consagrado por Dios, ungido
por el Espíritu Santo para la misión redentora. Él es el Mesías esperado
por Israel y enviado al mundo por el Padre. Jesús ha aceptado el título
de Mesías, precisando, sin embargo, su sentido: «bajado del cielo» (Jn
3, 13), crucificado y después resucitado, Él es el siervo sufriente «que
da su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28). Del nombre de
Cristo nos viene el nombre de cristianos.
83. ¿En qué sentido Jesús es el «Hijo unigénito de
Dios»?
441-445
454
Jesús es el Hijo unigénito de Dios en un sentido único y
perfecto. En el momento del Bautismo y de la Transfiguración, la voz del
Padre señala a Jesús como su «Hijo predilecto». Al presentarse a sí
mismo como el Hijo, que «conoce al Padre» (Mt 11, 27), Jesús
afirma su relación única y eterna con Dios su Padre. Él es «el Hijo
unigénito de Dios» (1 Jn 4, 9), la segunda Persona de la
Trinidad. Es el centro de la predicación apostólica: los Apóstoles han
visto su gloria, «que recibe del Padre como Hijo único» (Jn 1,
14).
84. ¿Qué significa el título de «Señor»?
446-451
455
En la Biblia, el título de «Señor» designa
ordinariamente al Dios soberano. Jesús se lo atribuye a sí mismo, y
revela su soberanía divina mediante su poder sobre la naturaleza, sobre
los demonios, sobre el pecado y sobre la muerte, y sobre todo con su
Resurrección. Las primeras confesiones de fe cristiana proclaman que el
poder, el honor y la gloria que se deben a Dios Padre se le deben
también a Jesús: Dios «le ha dado el nombre sobre todo nombre» (Flp
2, 9). Él es el Señor del mundo y de la historia, el único a quien el
hombre debe someter de modo absoluto su propia libertad personal.
JESUCRISTO FUE CONCEBIDO
POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN
85. ¿Por qué el Hijo de Dios se hizo hombre?
456-460
El Hijo de Dios se encarnó en el seno de la Virgen
María, por obra del Espíritu Santo, por nosotros los hombres y por
nuestra salvación: es decir, para reconciliarnos a nosotros pecadores
con Dios, darnos a conocer su amor infinito, ser nuestro modelo de
santidad y hacernos «partícipes de la naturaleza divina» (2 P 1,
4).
86. ¿Qué significa la palabra «Encarnación»?
461-463
483
La Iglesia llama «Encarnación» al misterio de la unión
admirable de la naturaleza divina y la naturaleza humana de Jesús en la
única Persona divina del Verbo. Para llevar a cabo nuestra salvación, el
Hijo de Dios se ha hecho «carne» (Jn 1, 14), haciéndose
verdaderamente hombre. La fe en la Encarnación es signo distintivo de la
fe cristiana.
87. ¿De qué modo Jesucristo es verdadero Dios y
verdadero hombre?
464-467
469
En la unidad de su Persona divina, Jesucristo es
verdadero Dios y verdadero hombre, de manera indivisible. Él, Hijo de
Dios, «engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre», se ha
hecho verdaderamente hombre, hermano nuestro, sin dejar con ello de ser
Dios, nuestro Señor.
88. ¿Qué enseña a este propósito el Concilio de
Calcedonia (año 451)?
467
El Concilio de Calcedonia enseña que «hay que confesar a
un solo y mismo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo: perfecto en la divinidad
y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre,
compuesto de alma racional y de cuerpo; consubstancial con el Padre
según la divinidad, y consubstancial con nosotros según la humanidad;
“en todo semejante a nosotros, menos en el pecado” (Hb 4, 15);
nacido del Padre antes de todos los siglos según la divinidad y, por
nosotros y nuestra salvación, nacido en estos últimos tiempos de la
Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad».
89. ¿Cómo expresa la Iglesia el misterio de la
Encarnación?
464-469
479-481
La Iglesia expresa el misterio de la Encarnación
afirmando que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre; con dos
naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la
Persona del Verbo. Por tanto, todo en la humanidad de Jesús –milagros,
sufrimientos y la misma muerte– debe ser atribuido a su Persona divina,
que obra a través de la naturaleza humana que ha asumido.
«¡Oh Hijo Unigénito y Verbo de Dios! Tú que eres
inmortal, te dignaste, para salvarnos, tomar carne de la santa Madre
de Dios y siempre Virgen María (...) Tú, Uno de la Santísima
Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo, ¡sálvanos!»
(Liturgia bizantina de san Juan Crisóstomo).
90. ¿Tenía el Hijo de Dios hecho hombre un alma con
inteligencia humana?
470-474
482
El Hijo de Dios asumió un cuerpo dotado de un alma
racional humana. Con su inteligencia humana Jesús aprendió muchas cosas
mediante la experiencia. Pero, también como hombre, el Hijo de Dios
tenía un conocimiento íntimo e inmediato de Dios su Padre. Penetraba
asimismo los pensamientos secretos de los hombres y conocía plenamente
los designios eternos que Él había venido a revelar.
91. ¿Cómo concordaban las dos voluntades del Verbo
encarnado?
475
482
Jesús tenía una voluntad divina y una voluntad humana.
En su vida terrena, el Hijo de Dios ha querido humanamente lo que Él ha
decidido divinamente junto con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra
salvación. La voluntad humana de Cristo sigue, sin oposición o
resistencia, su voluntad divina, y está subordinada a ella.
92. ¿Tenía Cristo un verdadero cuerpo humano?
476-477
Cristo asumió un verdadero cuerpo humano, mediante el
cual Dios invisible se hizo visible. Por esta razón, Cristo puede ser
representado y venerado en las sagradas imágenes.
93. ¿Qué representa el Corazón de Jesús?
478
Cristo nos ha conocido y amado con un corazón humano. Su
Corazón traspasado por nuestra salvación es el símbolo del amor infinito
que Él tiene al Padre y a cada uno de los hombres.
94. ¿Qué significa la expresión «concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo»?
484-486
Que Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo significa que la Virgen María concibió al Hijo eterno en su seno
por obra del Espíritu Santo y sin la colaboración de varón: «El Espíritu
Santo vendrá sobre ti» (Lc 1, 35), le dijo el ángel en la
Anunciación.
95. «...Nacido de la Virgen María...»: ¿por qué María
es verdaderamente Madre de Dios?
495
509
María es verdaderamente Madre de Dios porque es
la madre de Jesús (Jn 2, 1; 19, 25). En efecto, aquél que fue
concebido por obra del Espíritu Santo y fue verdaderamente Hijo suyo, es
el Hijo eterno de Dios Padre. Es Dios mismo.
96. ¿Qué significa «Inmaculada Concepción»?
487-492
508
Dios eligió gratuitamente a María desde toda la
eternidad para que fuese la Madre de su Hijo; para cumplir esta misión
fue concebida inmaculada. Esto significa que, por la gracia de
Dios y en previsión de los méritos de Jesucristo, María fue preservada
del pecado original desde el primer instante de su concepción.
97. ¿Cómo colabora María al plan divino de la
salvación?
493-494
508-511
Por la gracia de Dios, María permaneció inmune de todo
pecado personal durante toda su existencia. Ella es la «llena de gracia»
(Lc 1, 28), la «toda Santa». Y cuando el ángel le anuncia que va
a dar a luz «al Hijo del Altísimo» (Lc 1, 32), ella da libremente
su consentimiento «por obediencia de la fe» (Rm 1, 5). María se
ofrece totalmente a la Persona y a la obra de Jesús, su Hijo, abrazando
con toda su alma la voluntad divina de salvación.
98. ¿Qué significa la concepción virginal de Jesús?
496-498
503
La concepción virginal de Jesús significa que éste fue
concebido en el seno de la Virgen María sólo por el poder del Espíritu
Santo, sin concurso de varón. Él es Hijo del Padre celestial según la
naturaleza divina, e Hijo de María según la naturaleza humana, pero es
propiamente Hijo de Dios según las dos naturalezas, al haber en Él una
sola Persona, la divina.
99. ¿En qué sentido María es «siempre Virgen»?
499-507
510
María es siempre virgen en el sentido de que ella «fue
Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, Virgen durante el
embarazo, Virgen después del parto, Virgen siempre» (San Agustín). Por
tanto, cuando los Evangelios hablan de «hermanos y hermanas de Jesús»,
se refieren a parientes próximos de Jesús, según una expresión empleada
en la Sagrada Escritura.
100. ¿De qué modo la maternidad espiritual de María
es universal?
501-507
511
María tuvo un único Hijo, Jesús, pero en Él su
maternidad espiritual se extiende a todos los hombres, que Jesús vino a
salvar. Obediente junto a Jesucristo, el nuevo Adán, la Virgen es la
nueva Eva, la verdadera madre de los vivientes, que coopera con amor
de madre al nacimiento y a la formación de todos en el orden de la
gracia. Virgen y Madre, María es la figura de la Iglesia, su más
perfecta realización.
101. ¿En qué sentido toda la vida de Cristo es
Misterio?
512-521
561-562
Toda la vida de Cristo es acontecimiento de revelación:
lo que es visible en la vida terrena de Jesús conduce a su Misterio
invisible, sobre todo al Misterio de su filiación divina:
«quien me ve a mí ve al Padre» (Jn 14, 9). Asimismo, aunque la
salvación nos viene plenamente con la Cruz y la Resurrección, la vida
entera de Cristo es misterio de salvación, porque todo lo que
Jesús ha hecho, dicho y sufrido tenía como fin salvar al hombre caído y
restablecerlo en su vocación de hijo de Dios.
102. ¿Cuáles han sido las preparaciones históricas a
los Misterios de Jesús?
522-524
Ante todo hay una larga esperanza de muchos siglos, que
revivimos en la celebración litúrgica del tiempo de Adviento. Además de
la oscura espera que ha puesto en el corazón de los paganos, Dios ha
preparado la venida de su Hijo mediante la Antigua Alianza, hasta
Juan el Bautista, que es el último y el mayor de los Profetas.
103. ¿Qué nos enseña el Evangelio sobre los Misterios
del nacimiento y la infancia de Jesús?
525-530
563-564
En el Nacimiento de Jesús, la gloria del cielo se
manifiesta en la debilidad de un niño; la circuncisión es signo
de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración de nuestro Bautismo;
la Epifanía es la manifestación del Rey-Mesías de Israel a todos
los pueblos; durante la presentación en el Templo, en Simeón y
Ana se concentra toda la expectación de Israel, que viene al
encuentro de su Salvador; la huida a Egipto y la matanza de
los inocentes anuncian que toda la vida de Cristo estará bajo el signo
de la persecución; su retorno de Egipto recuerda el Éxodo y
presenta a Jesús como el nuevo Moisés: Él es el verdadero y definitivo
liberador.
104. ¿Qué nos enseña la vida oculta de Jesús en
Nazaret?
533-534
564
Durante la vida oculta en Nazaret, Jesús permanece en el
silencio de una existencia ordinaria. Nos permite así entrar en comunión
con Él en la santidad de la vida cotidiana, hecha de oración, sencillez,
trabajo y amor familiar. La sumisión a María y a José, su padre legal,
es imagen de la obediencia filial de Jesús al Padre. María y José, con
su fe, acogen el misterio de Jesús, aunque no siempre lo comprendan.
105. ¿Por qué Jesús recibe de Juan el «Bautismo de
conversión para el perdón de los pecados» (Lc 3, 3)?
535-537
565
Jesús recibe de Juan el Bautismo de conversión para
inaugurar su vida pública y anticipar el «Bautismo» de su Muerte; y
aunque no había en Él pecado alguno, Jesús, «el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo» (Jn 1, 29), acepta ser contado entre
los pecadores. El Padre lo proclama su «Hijo predilecto» (Mt 3,
17), y el Espíritu viene a posarse sobre Él. El Bautismo de Jesús es la
prefiguración de nuestro bautismo.
106. ¿Qué nos revelan las tentaciones de Jesús en el
desierto?
538-540
566
Las tentaciones de Jesús en el desierto recapitulan la
de Adán en el paraíso y las de Israel en el desierto. Satanás tienta a
Jesús en su obediencia a la misión que el Padre le ha confiado. Cristo,
nuevo Adán, resiste, y su victoria anuncia la de su Pasión, en la que su
amor filial dará suprema prueba de obediencia. La Iglesia se une
particularmente a este Misterio en el tiempo litúrgico de la Cuaresma.
107. ¿Quién es invitado a formar parte del Reino de
Dios, anunciado y realizado por Jesús?
541-546
567
Jesús invita a todos los hombres a entrar en el Reino de
Dios; aún el peor de los pecadores es llamado a convertirse y aceptar la
infinita misericordia del Padre. El Reino pertenece, ya aquí en la
tierra, a quienes lo acogen con corazón humilde. A ellos les son
revelados los misterios del Reino de Dios.
108. ¿Por qué Jesús manifiesta el Reino mediante
signos y milagros?
547-550
567
Jesús acompaña su palabra con signos y milagros para
atestiguar que el Reino está presente en Él, el Mesías. Si bien cura a
algunas personas, Él no ha venido para abolir todos los males de esta
tierra, sino ante todo para liberarnos de la esclavitud del pecado. La
expulsión de los demonios anuncia que su Cruz se alzará victoriosa sobre
«el príncipe de este mundo» (Jn 12, 31).
109. ¿Qué autoridad confiere Jesús a sus Apóstoles en
el Reino?
551-553
567
Jesús elige a los Doce, futuros testigos de su
Resurrección, y los hace partícipes de su misión y de su autoridad para
enseñar, absolver los pecados, edificar y gobernar la Iglesia. En este
colegio, Pedro recibe «las llaves del Reino» (Mt 16, 19) y ocupa
el primer puesto, con la misión de custodiar la fe en su integridad y de
confirmar en ella a sus hermanos.
110. ¿Cuál es el significado de la Transfiguración?
554-556
568
En la Transfiguración de Jesús aparece ante todo la
Trinidad: «el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la
nube luminosa» (Santo Tomás de Aquino). Al evocar, junto a Moisés y
Elías, su «partida» (Lc 9, 31), Jesús muestra que su gloria pasa
a través de la cruz, y otorga un anticipo de su resurrección y de su
gloriosa venida, «que transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un
cuerpo glorioso como el suyo» (Flp 3, 21).
«En el monte te transfiguraste, Cristo Dios, y
tus discípulos contemplaron tu gloria, en cuanto podían
comprenderla. Así, cuando te viesen crucificado entenderían que
padecías libremente y anunciarían al mundo que tú eres en verdad el
resplandor del Padre» (Liturgia bizantina).
111. ¿Cómo tuvo lugar la entrada mesiánica de Jesús
en Jerusalén?
557-560
569-570
En el tiempo establecido, Jesús decide subir a Jerusalén
para sufrir su Pasión, morir y resucitar. Como Rey-Mesías que manifiesta
la venida del Reino, entra en la ciudad montado sobre un asno; y es
acogido por los pequeños, cuya aclamación es recogida por el Sanctus
de la Misa: «¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna!
(¡sálvanos!)» (Mt 21, 9). Con la celebración de esta
entrada en Jerusalén la liturgia de la Iglesia da inicio cada año a la
Semana Santa.
«JESUCRISTO PADECIÓ BAJO EL
PODER DE PONCIO PILATO,
FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO»
112. ¿Por qué es tan importante el Misterio pascual
de Jesús?
571-573
El misterio pascual de Jesús, que comprende su Pasión,
Muerte, Resurrección y Glorificación, está en el centro de la fe
cristiana, porque el designio salvador de Dios se ha cumplido de una vez
por todas con la muerte redentora de su Hijo, Jesucristo.
113. ¿Bajo qué acusaciones fue condenado Jesús?
574-576
Algunos jefes de Israel acusaron a Jesús de actuar
contra la Ley, contra el Templo de Jerusalén y, particularmente, contra
la fe en el Dios único, porque se proclamaba Hijo de Dios. Por ello lo
entregaron a Pilato para que lo condenase a muerte.
114. ¿Cómo se comportó Jesús con la Ley de Israel?
577-582
592
Jesús no abolió la Ley dada por Dios a Moisés en el
Sinaí, sino que la perfeccionó, dándole su interpretación definitiva. Él
es el Legislador divino que ejecuta íntegramente esta Ley. Aún más, es
el siervo fiel que, con su muerte expiatoria, ofrece el único sacrificio
capaz de redimir todas «las transgresiones cometidas por los hombres
contra la Primera Alianza» (Hb 9, 15).
115. ¿Cuál fue la actitud de Jesús hacia el Templo de
Jerusalén?
583-586
593
Jesús fue acusado de hostilidad hacia al Templo. Sin
embargo, lo veneró como «la casa de su Padre» (Jn 2, 16), y allí
impartió gran parte de sus enseñanzas. Pero también predijo la
destrucción del Templo, en relación con su propia muerte, y se presentó
a sí mismo como la morada definitiva de Dios en medio de los hombres.
116. ¿Contradijo Jesús la fe de Israel en el Dios
Único y Salvador?
587-591
594
Jesús nunca contradijo la fe en un Dios único, ni
siquiera cuando cumplía la obra divina por excelencia, que realizaba las
promesas mesiánicas y lo revelaba como igual a Dios: el perdón de los
pecados. La exigencia de Jesús de creer en Él y convertirse permite
entender la trágica incomprensión del Sanedrín, que juzgó que Jesús
merecía la muerte como blasfemo.
117. ¿Quién es responsable de la muerte de Jesús?
595-598
La pasión y muerte de Jesús no pueden ser imputadas
indistintamente al conjunto de los judíos que vivían entonces, ni a los
restantes judíos venidos después. Todo pecador, o sea todo hombre, es
realmente causa e instrumento de los sufrimientos del Redentor; y aún
más gravemente son culpables aquellos que más frecuentemente caen en
pecado y se deleitan en los vicios, sobre todo si son cristianos.
118. ¿Por qué la muerte de Cristo forma parte del
designio de Dios?
599-605
619
Al fin de reconciliar consigo a todos los hombres,
destinados a la muerte a causa del pecado, Dios tomó la amorosa
iniciativa de enviar a su Hijo para que se entregara a la muerte por los
pecadores. Anunciada ya en el Antiguo Testamento, particularmente como
sacrificio del Siervo doliente, la muerte de Jesús tuvo lugar según
las Escrituras.
119. ¿De qué modo Cristo se ofreció a sí mismo al
Padre?
606-609
620
Toda la vida de Cristo es una oblación libre al Padre
para dar cumplimiento a su designio de salvación. Él da «su vida como
rescate por muchos» (Mc 10, 45), y así reconcilia a toda la
humanidad con Dios. Su sufrimiento y su muerte manifiestan cómo su
humanidad fue el instrumento libre y perfecto del Amor divino, que
quiere la salvación de todos los hombres.
120. ¿Cómo se manifiesta en la última Cena la
oblación de Jesús?
610-611
621
En la última Cena con los Apóstoles, la víspera de su
Pasión, Jesús anticipa, es decir, significa y realiza anticipadamente la
oblación libre de sí mismo: «Esto es mi Cuerpo que será entregado
por vosotros», «ésta es mi sangre que será derramada...» (Lc
22, 19-20). De este modo, Jesús instituye, al mismo tiempo, la
Eucaristía como «memorial» (1 Co 11, 25) de su sacrificio, y a
sus Apóstoles como sacerdotes de la nueva Alianza.
121. ¿Qué sucede en la agonía del huerto de
Getsemaní?
612
En el huerto de Getsemaní, a pesar del horror que
suponía la muerte para la humanidad absolutamente santa de Aquél que es
«el autor de la vida» (Hch 3, 15), la voluntad humana del Hijo de
Dios se adhiere a la voluntad del Padre; para salvarnos acepta soportar
nuestros pecados en su cuerpo, «haciéndose obediente hasta la muerte» (Flp
2, 8).
122. ¿Cuáles son los efectos del sacrificio de Cristo
en la Cruz?
613-617
622-623
Jesús ofreció libremente su vida en sacrificio
expiatorio, es decir, ha reparado nuestras culpas con la plena
obediencia de su amor hasta la muerte. Este amor hasta el extremo (cf.
Jn 13, 1) del Hijo de Dios reconcilia a la humanidad entera con
el Padre. El sacrificio pascual de Cristo rescata, por tanto, a los
hombres de modo único, perfecto y definitivo, y les abre a la comunión
con Dios.
123. ¿Por qué llama Jesús a sus discípulos a cargar
con la propia Cruz?
618
Al llamar a sus discípulos a tomar su cruz y seguirle
(cf. Mt 16, 24), Jesús quiere asociar a su sacrificio redentor a
aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios.
124. ¿En qué condiciones se encontraba el cuerpo de
Cristo mientras estaba en el sepulcro?
624-630
Cristo sufrió una verdadera muerte, y verdaderamente fue
sepultado. Pero la virtud divina preservó su cuerpo de la corrupción.
JESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS,
AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS
125. ¿Qué eran «los infiernos» a los que Jesús descendió»?
632-637
Los «infiernos» –distintos del «infierno» de la condenación– constituían
el estado de todos aquellos, justos e injustos, que habían muerto antes
de Cristo. Con el alma unida a su Persona divina, Jesús tomó en los
infiernos a los justos que aguardaban a su Redentor para poder acceder
finalmente a la visión de Dios. Después de haber vencido, mediante su
propia muerte, a la muerte y al diablo «que tenía el poder de la muerte»
(Hb 2, 14), Jesús liberó a los justos, que esperaban al Redentor,
y les abrió las puertas del Cielo.
126. ¿Qué lugar ocupa la Resurrección de Cristo en nuestra fe?
631. 638
La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo,
y representa, con la Cruz, una parte esencial del Misterio pascual.
127. ¿Qué «signos» atestiguan la Resurrección de Cristo?
Además del signo esencial, que es el sepulcro vacío, la
Resurrección de Jesús es atestiguada por las mujeres, las primeras que
encontraron a Jesús resucitado y lo anunciaron a los Apóstoles. Jesús
después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los Doce, más tarde se
apareció a más de quinientos hermanos a la vez» (1 Co 15, 5-6), y
aún a otros. Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto
que les parecía imposible: en efecto, Jesús les echó en cara su
incredulidad.
128. ¿Por qué la Resurrección es también un
acontecimiento trascendente?
647
656-657
La Resurrección de Cristo es un acontecimiento
trascendente porque, además de ser un evento histórico, verificado y
atestiguado mediante signos y testimonios, transciende y sobrepasa la
historia como misterio de la fe, en cuanto implica la entrada de la
humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo
resucitado no se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de
ellos sus testigos ante el pueblo.
129. ¿Cuál es el estado del cuerpo resucitado de Jesús?
645-646
La Resurrección de Cristo no es un retorno a la vida
terrena. Su cuerpo resucitado es el mismo que fue crucificado, y lleva
las huellas de su pasión, pero ahora participa ya de la vida divina, con
las propiedades de un cuerpo glorioso. Por esta razón Jesús resucitado
es soberanamente libre de aparecer a sus discípulos donde quiere y bajo
diversas apariencias.
130. ¿De qué modo la Resurrección es obra de la
Santísima Trinidad?
648-650
La Resurrección de Cristo es una obra trascendente de
Dios. Las tres Personas divinas actúan conjuntamente, según lo que es
propio de cada una: el Padre manifiesta su poder, el Hijo «recobra la
vida, porque la ha dado libremente» (Jn 10, 17), reuniendo su
alma y su cuerpo, que el Espíritu Santo vivifica y glorifica.
131. ¿Cuál es el sentido y el alcance salvífico de la
Resurrección?
651-655
658
La Resurrección de Cristo es la culminación de la
Encarnación. Es una prueba de la divinidad de Cristo, confirma cuanto
hizo y enseñó y realiza todas las promesas divinas en nuestro favor.
Además, el Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, es el
principio de nuestra justificación y de nuestra resurrección: ya desde
ahora nos procura la gracia de la adopción filial, que es real
participación de su vida de Hijo unigénito; más tarde, al final de los
tiempos, Él resucitará nuestro cuerpo.
«JESUCRISTO SUBIÓ A LOS
CIELOS, Y ESTÁ SENTADO
A LA DERECHA DE DIOS, PADRE TODOPODEROSO»
132. ¿Qué representa la Ascensión?
659-667
Cuarenta días después de haberse mostrado a los
Apóstoles bajo los rasgos de una humanidad ordinaria, que velaban su
gloria de Resucitado, Cristo subió a los cielos y se sentó a la derecha
del Padre. Desde entonces el Señor reina con su humanidad en la gloria
eterna de Hijo de Dios, intercede incesantemente ante el Padre en favor
nuestro, nos envía su Espíritu y nos da la esperanza de llegar un día
junto a Él, al lugar que nos tiene preparado.
«DESDE ALLÍ HA DE VENIR A
JUZGAR
A VIVOS Y MUERTOS»
133. ¿Cómo reina ahora el Señor Jesús?
668-674
680
Como Señor del cosmos y de la historia, Cabeza de su
Iglesia, Cristo glorificado permanece misteriosamente en la tierra,
donde su Reino está ya presente, como germen y comienzo, en la Iglesia.
Un día volverá en gloria, pero no sabemos el momento. Por esto, vivimos
vigilantes, pidiendo: «¡Ven, Señor Jesús!» (Ap 22, 20).
134. ¿Cómo se realizará la venida del Señor en la
gloria?
675-677
680
Después del último estremecimiento cósmico de este mundo
que pasa, la venida gloriosa de Cristo acontecerá con el triunfo
definitivo de Dios en la Parusía y con el Juicio final. Así se consumará
el Reino de Dios.
135. ¿Cómo juzgará Cristo a los vivos y a los
muertos?
678-679
681-682
Cristo juzgará a los vivos y a los muertos con el poder
que ha obtenido como Redentor del mundo, venido para salvar a los
hombres. Los secretos de los corazones serán desvelados, así como la
conducta de cada uno con Dios y el prójimo. Todo hombre será colmado de
vida o condenado para la eternidad, según sus obras. Así se realizará
«la plenitud de Cristo» (Ef 4, 13), en la que «Dios será todo en
todos» (1 Co 15, 28).
CAPÍTULO TERCERO
«CREO EN EL
ESPÍRITU SANTO»
136. ¿Qué quiere decir la Iglesia cuando confiesa:
«Creo en el Espíritu Santo»?
683-686
Creer en el Espíritu Santo es profesar la fe en la
tercera Persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del
Hijo y «que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria».
El Espíritu Santo «ha sido enviado a nuestros corazones» (Ga 4,
6), a fin de que recibamos la nueva vida de hijos de Dios.
137. ¿Por qué la misión del Hijo y la del Espíritu
son inseparables?
687-690
742-743
La misión del Hijo y la del Espíritu son inseparables
porque en la Trinidad indivisible, el Hijo y el Espíritu son distintos,
pero inseparables. En efecto, desde el principio hasta el fin de los
tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía también su Espíritu, que nos
une a Cristo en la fe, a fin de que podamos, como hijos adoptivos,
llamar a Dios «Padre» (Rm 8, 15). El Espíritu es invisible, pero
lo conocemos por medio de su acción, cuando nos revela el Verbo y cuando
obra en la Iglesia.
138. ¿Cuáles son los apelativos del Espíritu Santo?
691-693
«Espíritu Santo» es el nombre propio de la tercera
Persona de la Santísima Trinidad. Jesús lo llama también Espíritu
Paráclito (Consolador, Abogado) y Espíritu de Verdad. El Nuevo
Testamento lo llama Espíritu de Cristo, del Señor, de Dios, Espíritu de
la gloria y de la promesa.
139. ¿Con qué símbolos se representa al Espíritu
Santo?
694-701
Son numerosos los símbolos con los que se representa al
Espíritu Santo: el agua viva, que brota del corazón traspasado de
Cristo y sacia la sed de los bautizados; la unción con el óleo,
que es signo sacramental de la Confirmación; el fuego, que
transforma cuanto toca; la nube oscura y luminosa, en la que se
revela la gloria divina; la imposición de manos, por la cual se
nos da el Espíritu; y la paloma, que baja sobre Cristo en su
bautismo y permanece en Él.
140. ¿Qué significa que el Espíritu «habló por los
Profetas»?
687-688
702-706
743
Con el término «Profetas» se entiende a cuantos fueron
inspirados por el Espíritu Santo para hablar en nombre de Dios. La obra
reveladora del Espíritu en las profecías del Antiguo Testamento halla su
cumplimiento en la revelación plena del misterio de Cristo en el Nuevo
Testamento.
141. ¿Cuál es la obra del Espíritu Santo en Juan el
Bautista?
717-720
El Espíritu colma con sus dones a Juan el Bautista, el
último profeta del Antiguo Testamento, quien, bajo la acción del
Espíritu, es enviado para que «prepare al Señor un pueblo bien
dispuesto» (Lc 1, 17) y anunciar la venida de Cristo, Hijo de
Dios: aquel sobre el que ha visto descender y permanecer el Espíritu,
«aquel que bautiza en el Espíritu» (Jn 1, 33).
142. ¿Cuál es la obra del Espíritu Santo en María?
721-726
744
El Espíritu Santo culmina en María las expectativas y la
preparación del Antiguo Testamento para la venida de Cristo. De manera
única la llena de gracia y hace fecunda su virginidad, para dar a luz al
Hijo de Dios encarnado. Hace de Ella la Madre del «Cristo total», es
decir, de Jesús Cabeza y de la Iglesia su cuerpo. María está presente
entre los Doce el día de Pentecostés, cuando el Espíritu inaugura los
«últimos tiempos» con la manifestación de la Iglesia.
143. ¿Qué relación existe entre el Espíritu y
Jesucristo, en su misión en la tierra?
727-730
745-746
Desde el primer instante de la Encarnación, el Hijo de
Dios, por la unción del Espíritu Santo, es consagrado Mesías en su
humanidad. Jesucristo revela al Espíritu con su enseñanza, cumpliendo la
promesa hecha a los Padres, y lo comunica a la Iglesia naciente,
exhalando su aliento sobre los Apóstoles después de su Resurrección.
144. ¿Qué sucedió el día de Pentecostés?
731-732
738
En Pentecostés, cincuenta días después de su
Resurrección, Jesucristo glorificado infunde su Espíritu en abundancia y
lo manifiesta como Persona divina, de modo que la Trinidad Santa queda
plenamente revelada. La misión de Cristo y del Espíritu se convierte en
la misión de la Iglesia, enviada para anunciar y difundir el misterio de
la comunión trinitaria.
«Hemos visto la verdadera Luz, hemos recibido el
Espíritu celestial,
hemos encontrado la verdadera fe: adoramos la Trinidad indivisible
porque
Ella nos ha salvado» (Liturgia bizantina. Tropario de las
vísperas de Pentecostés).
145. ¿Qué hace el Espíritu Santo en la Iglesia?
733-741
747
El Espíritu Santo edifica, anima y santifica a la
Iglesia; como Espíritu de Amor, devuelve a los bautizados la semejanza
divina, perdida a causa del pecado, y los hace vivir en Cristo la vida
misma de la Trinidad Santa. Los envía a dar testimonio de la Verdad de
Cristo y los organiza en sus respectivas funciones, para que todos den
«el fruto del Espíritu» (Ga 5, 22).
146. ¿Cómo actúan Cristo y su Espíritu en el corazón
de los bautizados?
738-741
Por medio de los sacramentos, Cristo comunica su
Espíritu a los miembros de su Cuerpo, y la gracia de Dios, que da frutos
de vida nueva, según el Espíritu. El Espíritu Santo, finalmente,
es el Maestro de la oración.
«CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA»
La Iglesia en el designio de Dios
147. ¿Qué designamos con la palabra «Iglesia»?
751-752
777. 804
Con el término «Iglesia» se designa al pueblo que Dios
convoca y reúne desde todos los confines de la tierra, para constituir
la asamblea de todos aquellos que, por la fe y el Bautismo, han sido
hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo.
148. ¿Hay otros nombres e imágenes con los que la
Biblia designe a la Iglesia?
753-757
En la Sagrada Escritura encontramos muchas imágenes que
ponen de relieve aspectos complementarios del misterio de la Iglesia. El
Antiguo Testamento prefiere imágenes ligadas al Pueblo de Dios;
el Nuevo Testamento aquellas vinculadas a Cristo como Cabeza de este
pueblo, que es su Cuerpo, y las imágenes sacadas de la vida pastoril
(redil, grey, ovejas), agrícola (campo, olivo, viña), de la construcción
(morada, piedra, templo) y familiar (esposa, madre, familia).
149. ¿Cuál es el origen y la consumación de la
Iglesia?
758-766
778
La Iglesia tiene su origen y realización en el designio
eterno de Dios. Fue preparada en la Antigua Alianza con la elección de
Israel, signo de la reunión futura de todas las naciones. Fundada por
las palabras y las acciones de Jesucristo, fue realizada, sobre todo,
mediante su muerte redentora y su Resurrección. Más tarde, se manifestó
como misterio de salvación mediante la efusión del Espíritu Santo en
Pentecostés. Al final de los tiempos, alcanzará su consumación como
asamblea celestial de todos los redimidos.
150. ¿Cuál es la misión de la Iglesia?
767-769
La misión de la Iglesia es la de anunciar e instaurar
entre todos los pueblos el Reino de Dios inaugurado por Jesucristo. La
Iglesia es el germen e inicio sobre la tierra de este Reino de
salvación.
151. ¿En qué sentido la Iglesia es Misterio?
770-773
779
La Iglesia es Misterio en cuanto que en su
realidad visible se hace presente y operante una realidad espiritual y
divina, que se percibe solamente con los ojos de la fe.
152. ¿Qué significa que la Iglesia es sacramento
universal de salvación?
774-776
780
La Iglesia es sacramento universal de salvación en
cuanto es signo e instrumento de la reconciliación y la comunión de toda
la humanidad con Dios, así como de la unidad de todo el género humano.
La Iglesia: Pueblo de
Dios, cuerpo de Cristo,
templo del Espíritu Santo
153. ¿Por qué la Iglesia es el Pueblo de Dios?
781
802-804
La Iglesia es el Pueblo de Dios porque Él quiso
santificar y salvar a los hombres no aisladamente, sino constituyéndolos
en un solo pueblo, reunido en la unidad del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
154. ¿Cuáles son las características del Pueblo de
Dios?
782
Este pueblo, del que se llega a ser miembro mediante la
fe en Cristo y el Bautismo, tiene por origen a Dios Padre, por
cabeza a Jesucristo, por condición la dignidad y la libertad
de los hijos de Dios, por ley el mandamiento nuevo del amor, por
misión la de ser sal de la tierra y luz del mundo, por destino
el Reino de Dios, ya iniciado en la Tierra.
155. ¿En qué sentido el Pueblo de Dios participa de
las tres funciones de Cristo: Sacerdote, Profeta y Rey?
783-786
El Pueblo de Dios participa del oficio sacerdotal
de Cristo en cuanto los bautizados son consagrados por el Espíritu Santo
para ofrecer sacrificios espirituales; participa de su oficio
profético cuando, con el sentido sobrenatural de la fe, se adhiere
indefectiblemente a ella, la profundiza y la testimonia; participa de su
función regia con el servicio, imitando a Jesucristo, quien
siendo rey del universo, se hizo siervo de todos, sobre todo de los
pobres y los que sufren.
156. ¿De qué modo la Iglesia es cuerpo de Cristo?
787-791
805-806
La Iglesia es cuerpo de Cristo porque, por medio del
Espíritu, Cristo muerto y resucitado une consigo íntimamente a sus
fieles. De este modo los creyentes en Cristo, en cuanto íntimamente
unidos a Él, sobre todo en la Eucaristía, se unen entre sí en la
caridad, formando un solo cuerpo, la Iglesia. Dicha unidad se realiza en
la diversidad de miembros y funciones.
157. ¿Quién es la cabeza de este Cuerpo?
792-795
807
Cristo «es la Cabeza del Cuerpo, que es la Iglesia» (Col
1, 18). La Iglesia vive de Él, en Él y por Él. Cristo y la Iglesia
forman el «Cristo total» (San Agustín); «la Cabeza y los miembros, como
si fueran una sola persona mística» (Santo Tomás de Aquino).
158. ¿Por qué llamamos a la Iglesia esposa de Cristo?
796
808
Llamamos a la Iglesia esposa de Cristo porque el mismo
Señor se definió a sí mismo como «el esposo» (Mc 2, 19), que ama
a la Iglesia uniéndola a sí con una Alianza eterna. Cristo se ha
entregado por ella para purificarla con su sangre, «santificarla» (Ef
5, 26) y hacerla Madre fecunda de todos los hijos de Dios. Mientras el
término «cuerpo» manifiesta la unidad de la «cabeza» con los miembros,
el término «esposa» acentúa la distinción de ambos en la relación
personal.
159. ¿Por qué la Iglesia es llamada templo del
Espíritu Santo?
797-798
809-810
La Iglesia es llamada templo del Espíritu Santo porque
el Espíritu vive en el cuerpo que es la Iglesia: en su Cabeza y en sus
miembros; Él además edifica la Iglesia en la caridad con la Palabra de
Dios, los sacramentos, las virtudes y los carismas.
«Lo que nuestro espíritu, es decir, nuestra alma,
es para nuestros miembros,
eso mismo es el Espíritu Santo para los miembros de Cristo, para el
Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia» (San Agustín).
160. ¿Qué son los carismas?
799-801
Los carismas son dones especiales del Espíritu Santo
concedidos a cada uno para el bien de los hombres, para las necesidades
del mundo y, en particular, para la edificación de la Iglesia, a cuyo
Magisterio compete el discernimiento sobre ellos.
La Iglesia es una, santa,
católica y apostólica
161. ¿Por qué la Iglesia es una?
813-815
866
La Iglesia es una porque tiene como origen y
modelo la unidad de un solo Dios en la Trinidad de las Personas; como
fundador y cabeza a Jesucristo, que restablece la unidad de todos los
pueblos en un solo cuerpo; como alma al Espíritu Santo que une a todos
los fieles en la comunión en Cristo. La Iglesia tiene una sola fe, una
sola vida sacramental, una única sucesión apostólica, una común
esperanza y la misma caridad.
162. ¿Dónde subsiste la única Iglesia de Cristo?
816
870
La única Iglesia de Cristo, como sociedad constituida y
organizada en el mundo, subsiste (subsistit in) en la Iglesia
católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en
comunión con él. Sólo por medio de ella se puede obtener la plenitud de
los medios de salvación, puesto que el Señor ha confiado todos los
bienes de la Nueva Alianza únicamente al colegio apostólico, cuya cabeza
es Pedro.
163. ¿Cómo se debe considerar entonces a los
cristianos no católicos?
817-819
En las Iglesias y comunidades eclesiales que se
separaron de la plena comunión con la Iglesia católica, se hallan muchos
elementos de santificación y verdad. Todos estos bienes proceden de
Cristo e impulsan hacia la unidad católica. Los miembros de estas
Iglesias y comunidades se incorporan a Cristo en el Bautismo, por ello
los reconocemos como hermanos.
164. ¿Cómo comprometerse en favor de la unidad de los
cristianos?
820-822
866
El deseo de restablecer la unión de todos los cristianos
es un don de Cristo y un llamamiento del Espíritu; concierne a toda la
Iglesia y se actúa mediante la conversión del corazón, la oración, el
recíproco conocimiento fraterno y el diálogo teológico.
165. ¿En qué sentido la Iglesia es santa?
823-829
867
La Iglesia es santa porque Dios santísimo es su
autor; Cristo se ha entregado a sí mismo por ella, para santificarla y
hacerla santificante; el Espíritu Santo la vivifica con la caridad. En
la Iglesia se encuentra la plenitud de los medios de salvación. La
santidad es la vocación de cada uno de sus miembros y el fin de toda su
actividad. Cuenta en su seno con la Virgen María e innumerables santos,
como modelos e intercesores. La santidad de la Iglesia es la fuente de
la santificación de sus hijos, los cuales, aquí en la tierra, se
reconocen todos pecadores, siempre necesitados de conversión y de
purificación.
166. ¿Por qué decimos que la Iglesia es católica?
830-831
868
La Iglesia es católica, es decir universal,
en cuanto en ella Cristo está presente: «Allí donde está Cristo Jesús,
está la Iglesia Católica» (San Ignacio de Antioquía). La Iglesia anuncia
la totalidad y la integridad de la fe; lleva en sí y administra la
plenitud de los medios de salvación; es enviada en misión a todos los
pueblos, pertenecientes a cualquier tiempo o cultura.
167. ¿Es católica la Iglesia particular?
832-835
Es católica toda Iglesia particular, (esto es la
diócesis y la eparquía), formada por la comunidad de los
cristianos que están en comunión, en la fe y en los sacramentos, con su
obispo ordenado en la sucesión apostólica y con la Iglesia de Roma, «que
preside en la caridad» (San Ignacio de Antioquía).
168. ¿Quién pertenece a la Iglesia católica?
836-838
Todos los hombres, de modos diversos, pertenecen o están
ordenados a la unidad católica del Pueblo de Dios. Está plenamente
incorporado a la Iglesia Católica quien, poseyendo el Espíritu de
Cristo, se encuentra unido a la misma por los vínculos de la profesión
de fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión.
Los bautizados que no realizan plenamente dicha unidad católica están en
una cierta comunión, aunque imperfecta, con la Iglesia católica.
169. ¿Cuál es la relación de la Iglesia católica con
el pueblo judío?
839-840
La Iglesia católica se reconoce en relación con el
pueblo judío por el hecho de que Dios eligió a este pueblo, antes que a
ningún otro, para que acogiera su Palabra. Al pueblo judío pertenecen
«la adopción como hijos, la gloria, las alianzas, la legislación, el
culto, las promesas, los patriarcas; de él procede Cristo según la
carne» (Rm 9, 4-5). A diferencia de las otras religiones no
cristianas, la fe judía es ya una respuesta a la Revelación de Dios en
la Antigua Alianza.
170. ¿Qué vínculo existe entre la Iglesia católica y
las religiones no cristianas?
841-845
El vínculo entre la Iglesia católica y las religiones no
cristianas proviene, ante todo, del origen y el fin comunes de todo el
género humano. La Iglesia católica reconoce que cuanto de bueno y
verdadero se encuentra en las otras religiones viene de Dios, es reflejo
de su verdad, puede preparar para la acogida del Evangelio y conducir
hacia la unidad de la humanidad en la Iglesia de Cristo.
171. ¿Qué significa la afirmación «fuera de la
Iglesia no hay salvación»?
846-848
La afirmación «fuera de la Iglesia no hay salvación»
significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por medio de la
Iglesia, que es su Cuerpo. Por lo tanto no pueden salvarse quienes,
conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la
salvación, no entran y no perseveran en ella. Al mismo tiempo, gracias a
Cristo y a su Iglesia, pueden alcanzar la salvación eterna todos
aquellos que, sin culpa alguna, ignoran el Evangelio de Cristo y su
Iglesia, pero buscan sinceramente a Dios y, bajo el influjo de la
gracia, se esfuerzan en cumplir su voluntad, conocida mediante el
dictamen de la conciencia.
172. ¿Por qué la Iglesia debe anunciar el Evangelio a
todo el mundo?
849-851
La Iglesia debe anunciar el Evangelio a todo el mundo
porque Cristo ha ordenado: «Id, pues, y haced discípulos a todas las
gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo» (Mt 28, 19). Este mandato misionero del Señor tiene su
fuente en el amor eterno de Dios, que ha enviado a su Hijo y a su
Espíritu porque «quiere que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad» (1 Tm 2, 4)
173. ¿De qué modo la Iglesia es misionera?
852-856
La Iglesia es misionera porque, guiada por el Espíritu
Santo, continúa a lo largo de los siglos la misión del mismo Cristo. Por
tanto, los cristianos deben anunciar a todos la Buena Noticia traída por
Jesucristo, siguiendo su camino y dispuestos incluso al sacrificio de sí
mismos hasta el martirio.
174. ¿Por qué la Iglesia es apostólica?
857
869
La Iglesia es apostólica por su origen, ya
que fue construida «sobre el fundamento de los Apóstoles» (Ef 2,
20); por su enseñanza, que es la misma de los Apóstoles; por su
estructura, en cuanto es instruida, santificada y gobernada, hasta la
vuelta de Cristo, por los Apóstoles, gracias a sus sucesores, los
obispos, en comunión con el sucesor de Pedro.
175. ¿En qué consiste la misión de los Apóstoles?
858-861
La palabra Apóstol significa enviado. Jesús, el
Enviado del Padre, llamó consigo a doce de entre sus discípulos, y los
constituyó como Apóstoles suyos, convirtiéndolos en testigos escogidos
de su Resurrección y en fundamentos de su Iglesia. Jesús les dio el
mandato de continuar su misión, al decirles: «Como el Padre me ha
enviado, así también os envío yo» (Jn 20, 21) y al prometerles
que estaría con ellos hasta el fin del mundo.
176. ¿Qué es la sucesión apostólica?
861-865
La sucesión apostólica es la transmisión, mediante el sacramento del
Orden, de la misión y la potestad de los Apóstoles a sus sucesores, los obispos.
Gracias a esta transmisión, la Iglesia se mantiene en comunión de fe y de vida
con su origen, mientras a lo largo de los siglos ordena todo su apostolado a la
difusión del Reino de Cristo sobre la tierra.
Los fieles: jerarquía,
laicos, vida consagrada
177. ¿Quiénes son los fieles?
871-872
Los fieles son aquellos que, incorporados a Cristo
mediante el Bautismo, han sido constituidos miembros del Pueblo de Dios;
han sido hecho partícipes, cada uno según su propia condición, de la
función sacerdotal, profética y real de Cristo, y son llamados a llevar
a cabo la misión confiada por Dios a la Iglesia. Entre ellos hay una
verdadera igualdad en su dignidad de hijos de Dios.
178. ¿Cómo está formado el Pueblo de Dios?
873
934
En la Iglesia, por institución divina, hay ministros
sagrados, que han recibido el sacramento del Orden y forman la
jerarquía de la Iglesia. A los demás fieles se les llama laicos.
De unos y otros provienen fieles que se consagran de modo
especial a Dios por la profesión de los consejos evangélicos: castidad
en el celibato, pobreza y obediencia.
179. ¿Por qué Cristo instituyó la jerarquía
eclesiástica?
874-876
935
Cristo instituyó la jerarquía eclesiástica con la misión
de apacentar al Pueblo de Dios en su nombre, y para ello le dio
autoridad. La jerarquía está formada por los ministros sagrados:
obispos, presbíteros y diáconos. Gracias al sacramento del Orden, los
obispos y presbíteros actúan, en el ejercicio de su ministerio, en
nombre y en la persona de Cristo cabeza; los diáconos sirven al Pueblo
de Dios en la diaconía (servicio) de la palabra, de la liturgia y
de la caridad.
180. ¿En qué consiste la dimensión colegial del
ministerio de la Iglesia?
877
A ejemplo de los doce Apóstoles, elegidos y enviados
juntos por Cristo, la unión de los miembros de la jerarquía eclesiástica
está al servicio de la comunión de todos los fieles. Cada obispo ejerce
su ministerio como miembro del colegio episcopal, en comunión con el
Papa, haciéndose partícipe con él de la solicitud por la Iglesia
universal. Los sacerdotes ejercen su ministerio en el presbiterio de la
Iglesia particular, en comunión con su propio obispo y bajo su guía.
181. ¿Por qué el ministerio eclesial tiene también un
carácter personal?
878-879
El ministerio eclesial tiene también un carácter
personal, en cuanto que, en virtud del sacramento del Orden, cada uno es
responsable ante Cristo, que lo ha llamado personalmente, confiriéndole
la misión.
182. ¿Cuál es la misión del Papa?
881-882
936-937
El Papa, Obispo de Roma y sucesor de san Pedro, es el
perpetuo y visible principio y fundamento de la unidad de la Iglesia. Es
el Vicario de Cristo, cabeza del colegio de los obispos y pastor de toda
la Iglesia, sobre la que tiene, por institución divina, la potestad
plena, suprema, inmediata y universal.
183. ¿Cuál es la función del colegio de los obispos?
883-885
El colegio de los obispos, en comunión con el Papa y
nunca sin él, ejerce también él la potestad suprema y plena sobre la
Iglesia.
184. ¿Cómo ejercen los obispos la misión de enseñar?
886-890
939
Los obispos, en comunión con el Papa, tienen el deber de
anunciar a todos el Evangelio, fielmente y con autoridad, como testigos
auténticos de la fe apostólica, revestidos de la autoridad de Cristo.
Mediante el sentido sobrenatural de la fe, el Pueblo de Dios se adhiere
indefectiblemente a la fe, bajo la guía del Magisterio vivo de la
Iglesia.
185. ¿Cuándo se ejerce la infalibilidad del
Magisterio?
891
La infalibilidad del Magisterio se ejerce cuando el
Romano Pontífice, en virtud de su autoridad de Supremo Pastor de la
Iglesia, o el colegio de los obispos en comunión con el Papa, sobre todo
reunido en un Concilio Ecuménico, proclaman con acto definitivo una
doctrina referente a la fe o a la moral; y también cuando el Papa y los
obispos, en su Magisterio ordinario, concuerdan en proponer una doctrina
como definitiva. Todo fiel debe adherirse a tales enseñanzas con el
obsequio de la fe.
186. ¿Cómo ejercen los obispos la misión de
santificar?
893
Los obispos ejercen su función de santificar a la
Iglesia cuando dispensan la gracia de Cristo, mediante el ministerio de
la palabra y de los sacramentos, en particular de la Eucaristía; y
también con su oración, su ejemplo y su trabajo.
187. ¿Cómo ejercen los obispos la misión de gobernar?
894-896
Cada obispo, en cuanto miembro del colegio episcopal,
ejerce colegialmente la solicitud por todas las Iglesias particulares y
por toda la Iglesia, junto con los demás obispos unidos al Papa. El
obispo, a quien se ha confiado una Iglesia particular, la gobierna con
la autoridad de su sagrada potestad propia, ordinaria e inmediata,
ejercida en nombre de Cristo, Buen Pastor, en comunión con toda la
Iglesia y bajo la guía del sucesor de Pedro.
188. ¿Cuál es la vocación de los fieles laicos?
897-900
940
Los fieles laicos tienen como vocación propia la de
buscar el Reino de Dios, iluminando y ordenando las realidades
temporales según Dios. Responden así a la llamada a la santidad y al
apostolado, que se dirige a todos los bautizados.
189. ¿Cómo participan los fieles laicos en la misión
sacerdotal de Cristo?
901-903
Los laicos participan en la misión sacerdotal de Cristo
cuando ofrecen como sacrificio espiritual «agradable a Dios por
mediación de Jesucristo» (1 P 2, 5), sobre todo en la Eucaristía,
la propia vida con todas las obras, oraciones e iniciativas apostólicas,
la vida familiar y el trabajo diario, las molestias de la vida
sobrellevadas con paciencia, así como los descansos físicos y consuelos
espirituales. De esta manera, también los laicos, dedicados a Cristo y
consagrados por el Espíritu Santo, ofrecen a Dios el mundo mismo.
190. ¿Cómo participan los fieles laicos en la misión
profética de Cristo?
904-907
942
Los laicos participan en la misión profética de Cristo
cuando acogen cada vez mejor en la fe la Palabra de Cristo, y la
anuncian al mundo con el testimonio de la vida y de la palabra, mediante
la evangelización y la catequesis. Este apostolado «adquiere una
eficacia particular porque se realiza en las condiciones generales de
nuestro mundo» (Lumen
Gentium 35).
191. ¿Cómo participan los fieles laicos en la misión
regia de Cristo?
908-913
943
Los laicos participan en la misión regia de Cristo porque reciben de Él
el poder de vencer el pecado en sí mismos y en el mundo, por medio de la
abnegación y la santidad de la propia vida. Los laicos ejercen diversos
ministerios al servicio de la comunidad, e impregnan de valores morales las
actividades temporales del hombre y las instituciones de la sociedad.
192. ¿Qué es la vida consagrada?
914-916
944
La vida consagrada es un estado de vida reconocido por
la Iglesia; una respuesta libre a una llamada particular de Cristo,
mediante la cual los consagrados se dedican totalmente a Dios y tienden
a la perfección de la caridad, bajo la moción del Espíritu Santo. Esta
consagración se caracteriza por la práctica de los consejos evangélicos.
193. ¿Qué aporta la vida consagrada a la misión de la
Iglesia?
931-933
945
La vida consagrada participa en la misión de la Iglesia
mediante una plena entrega a Cristo y a los hermanos, dando testimonio
de la esperanza del Reino de los Cielos.
«CREO EN LA COMUNIÓN
DE LOS SANTOS»
194. ¿Qué significa la expresión «comunión de los
santos»?
946-953
960
La expresión «comunión de los santos» indica, ante todo,
la común participación de todos los miembros de la Iglesia en las cosas
santas (sancta): la fe, los sacramentos, en particular en la
Eucaristía, los carismas y otros dones espirituales. En la raíz de la
comunión está la caridad que «no busca su propio interés» (1 Co
13, 5), sino que impulsa a los fieles a «poner todo en común» (Hch
4, 32), incluso los propios bienes materiales, para el servicio de los
más pobres.
195. ¿Qué otra significación tiene la expresión
«comunión de los santos»?
954-959
961-962
La expresión «comunión de los santos» designa también la
comunión entre las personas santas (sancti), es decir, entre
quienes por la gracia están unidos a Cristo muerto y resucitado. Unos
viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos, se purifican,
ayudados también por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan ya de
la gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos juntos forman en
Cristo una sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la
Trinidad.
María, Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia
196. ¿En qué sentido la Bienaventurada Virgen María
es Madre de la Iglesia?
963-966
973
La Bienaventurada Virgen María es Madre de la Iglesia en
el orden de la gracia, porque ha dado a luz a Jesús, el Hijo de Dios,
Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia. Jesús, agonizante en la cruz, la
dio como madre al discípulo con estas palabras: «Ahí tienes a tu madre»
(Jn 19, 27).
197. ¿Cómo ayuda la Virgen María a la Iglesia?
967-970
Después de la Ascensión de su Hijo, la Virgen María
ayudó con su oración a los comienzos de la Iglesia. Incluso tras su
Asunción al cielo, ella continúa intercediendo por sus hijos, siendo
para todos un modelo de fe y de caridad y ejerciendo sobre ellos un
influjo salvífico, que mana de la sobreabundancia de los méritos de
Cristo. Los fieles ven en María una imagen y un anticipo de la
resurrección que les espera, y la invocan como abogada, auxiliadora,
socorro y mediadora.
198. ¿Qué tipo de culto se rinde a la Virgen María?
971
A la Virgen María se le rinde un culto singular, que se
diferencia esencialmente del culto de adoración, que se rinde sólo a la
Santísima Trinidad. Este culto de especial veneración encuentra su
particular expresión en las fiestas litúrgicas dedicadas a la Madre de
Dios y en la oración mariana, como el santo Rosario, compendio de todo
el Evangelio.
199. ¿De qué modo la Virgen María es icono
escatológico de la Iglesia?
972
974-975
Contemplando a María, la toda santa, ya glorificada en
cuerpo y alma, la Iglesia ve en ella lo que la propia Iglesia está
llamada a ser sobre la tierra y aquello que será en la patria celestial.
«CREO EN EL PERDÓN
DE LOS PECADOS»
200. ¿Cómo se perdonan los pecados?
976-980
984-985
El primero y principal sacramento para el perdón de los
pecados es el Bautismo. Para los pecados cometidos después del Bautismo,
Cristo instituyó el sacramento de la Reconciliación o Penitencia, por
medio del cual el bautizado se reconcilia con Dios y con la Iglesia.
201. ¿Por qué la Iglesia tiene el poder de perdonar
los pecados?
981-983
986-987
La Iglesia tiene la misión y el poder de perdonar los
pecados porque el mismo Cristo se lo ha dado: «Recibid el Espíritu
Santo, a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes
se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23).
«CREO EN LA
RESURRECCIÓN DE LA CARNE»
202. ¿Qué se indica con el término «carne» y cuál es
su importancia?
976-980
984-985
El término «carne» designa al hombre en su condición de
debilidad y mortalidad. «La carne es soporte de la salvación»
(Tertuliano). En efecto, creemos en Dios que es el Creador de la carne;
creemos en el Verbo hecho carne para rescatar la carne; creemos en la
resurrección de la carne, perfección de la Creación y de la redención de
la carne.
203. ¿Qué significa la expresión «resurrección de la
carne»?
990
La expresión «resurrección de la carne» significa que el
estado definitivo del hombre no será solamente el alma espiritual
separada del cuerpo, sino que también nuestros cuerpos mortales un día
volverán a tener vida.
204. ¿Qué relación existe entre la resurrección de
Cristo y la nuestra?
988-991
1002-1003
Así como Cristo ha resucitado verdaderamente de entre
los muertos y vive para siempre, así también Él resucitará a todos en el
último día, con un cuerpo incorruptible: «los que hayan hecho el bien
resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la
condenación» (Jn 5, 29).
205. ¿Qué sucede con la muerte a nuestro cuerpo y a
nuestra alma?
Con la muerte, que es separación del alma y del cuerpo,
éste cae en la corrupción, mientras el alma, que es inmortal, va al
encuentro del juicio de Dios y espera volverse a unir al cuerpo, cuando
éste resurja transformado en la segunda venida del Señor. Comprender
cómo tendrá lugar la resurrección sobrepasa la posibilidad de
nuestra imaginación y entendimiento.
206. ¿Qué significa morir en Cristo Jesús?
1005-1014
1019
Morir en Cristo Jesús significa morir en gracia de Dios,
sin pecado mortal. Así el creyente en Cristo, siguiendo su ejemplo,
puede transformar la propia muerte en un acto de obediencia y de amor al
Padre. «Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con Él, también
viviremos con Él» (2 Tm 2, 11).
«CREO EN LA VIDA
ETERNA»
207. ¿Qué es la vida eterna?
1020
1051
La vida eterna es la que comienza inmediatamente después
de la muerte. Esta vida no tendrá fin; será precedida para cada uno por
un juicio particular por parte de Cristo, juez de vivos y muertos, y
será ratificada en el juicio final.
208. ¿Qué es el juicio particular?
1021-1022
1051
Es el juicio de retribución inmediata, que, en el
momento de la muerte, cada uno recibe de Dios en su alma inmortal, en
relación con su fe y sus obras. Esta retribución consiste en el acceso a
la felicidad del cielo, inmediatamente o después de una adecuada
purificación, o bien de la condenación eterna al infierno.
209. ¿Qué se entiende por cielo?
1023-1026
1053
Por cielo se entiende el estado de felicidad suprema y
definitiva. Todos aquellos que mueren en gracia de Dios y no tienen
necesidad de posterior purificación, son reunidos en torno a Jesús, a
María, a los ángeles y a los santos, formando así la Iglesia del cielo,
donde ven a Dios «cara a cara» (1 Co 13, 12), viven en comunión
de amor con la Santísima Trinidad e interceden por nosotros.
«La vida subsistente y verdadera es el Padre que,
por el Hijo y en el Espíritu Santo, derrama sobre todos sin
excepción los dones celestiales. Gracias a su misericordia, nosotros
también, hombres, hemos recibido la promesa indefectible de la vida
eterna» (San Cirilo de Jerusalén).
210 ¿Qué es el purgatorio?
1030-1031
1054
El purgatorio es el estado de los que mueren en amistad
con Dios pero, aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan
aún de purificación para entrar en la eterna bienaventuranza.
211. ¿Cómo podemos ayudar en la purificación de las
almas del purgatorio?
1032
En virtud de la comunión de los santos, los fieles que
peregrinan aún en la tierra pueden ayudar a las almas del purgatorio
ofreciendo por ellas oraciones de sufragio, en particular el sacrificio
de la Eucaristía, pero también limosnas, indulgencias y obras de
penitencia.
212. ¿En qué consiste el infierno?
1033-1035
1056-1057
Consiste en la condenación eterna de todos aquellos que
mueren, por libre elección, en pecado mortal. La pena principal del
infierno consiste en la separación eterna de Dios, en quien únicamente
encuentra el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y
a las que aspira. Cristo mismo expresa esta realidad con las palabras
«Alejaos de mí, malditos al fuego eterno» (Mt 25, 41).
213. ¿Cómo se concilia la existencia del infierno con
la infinita bondad de Dios?
1036-1037
Dios quiere que «todos lleguen a la conversión» (2 P
3, 9), pero, habiendo creado al hombre libre y responsable, respeta sus
decisiones. Por tanto, es el hombre mismo quien, con plena autonomía, se
excluye voluntariamente de la comunión con Dios si, en el momento de la
propia muerte, persiste en el pecado mortal, rechazando el amor
misericordioso de Dios.
214. ¿En qué consistirá el juicio final?
1038-1041
1058-1059
El juicio final (universal) consistirá en la sentencia
de vida bienaventurada o de condena eterna que el Señor Jesús,
retornando como juez de vivos y muertos, emitirá respecto «de los justos
y de los pecadores» (Hch 24, 15), reunidos todos juntos delante
de sí. Tras del juicio final, el cuerpo resucitado participará de la
retribución que el alma ha recibido en el juicio particular.
215. ¿Cuándo tendrá lugar este juicio?
1040
El juicio final sucederá al fin del mundo, del que sólo
Dios conoce el día y la hora.
216. ¿Qué es la esperanza de los cielos nuevos y de
la tierra nueva?
1042-1050
1060
Después del juicio final, el universo entero, liberado
de la esclavitud de la corrupción, participará de la gloria de Cristo,
inaugurando «los nuevos cielos y la tierra nueva» (2 P 3, 13).
Así se alcanzará la plenitud del Reino de Dios, es decir, la realización
definitiva del designio salvífico de Dios de «hacer que todo tenga a
Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra»
(Ef 1, 10). Dios será entonces «todo en todos» (1 Co 15,
28), en la vida eterna.
«AMÉN»
217. ¿Qué significa el Amén, con el que
concluye nuestra profesión de fe?
1061-1065
La palabra hebrea Amén, con la que se termina
también el último libro de la Sagrada Escritura, algunas oraciones del
Nuevo Testamento y las oraciones litúrgicas de la Iglesia, significa
nuestro «sí» confiado y total a cuanto confesamos creer, confiándonos
totalmente en Aquel que es el «Amén» (Ap 3, 14) definitivo:
Cristo el Señor.
SEGUNDA PARTE
LA
CELEBRACIÓN
DEL MISTERIO CRISTIANO
PRIMERA SECCIÓN
LA ECONOMÍA
SACRAMENTAL
218. ¿Qué es la liturgia?
1066-1070
La liturgia es la celebración del Misterio de Cristo y
en particular de su Misterio Pascual. Mediante el ejercicio de la
función sacerdotal de Jesucristo, se manifiesta y realiza en ella, a
través de signos, la santificación de los hombres; y el Cuerpo Místico
de Cristo, esto es la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público que
se debe a Dios.
219. ¿Qué lugar ocupa la liturgia en la vida de la
Iglesia?
1071-1075
La liturgia, acción sagrada por excelencia, es la cumbre
hacia la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la
fuente de la que emana su fuerza vital. A través de la liturgia, Cristo
continúa en su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra de nuestra
redención.
220. ¿En qué consiste la economía sacramental?
1076
La economía sacramental consiste en la comunicación de
los frutos de la redención de Cristo, mediante la celebración de los
sacramentos de la Iglesia, de modo eminente la Eucaristía, «hasta que él
vuelva» (1 Co 11, 26)
CAPÍTULO PRIMERO
EL MISTERIO
PASCUAL
EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
LA LITURGIA, OBRA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
221. ¿De qué modo el Padre es fuente y fin de la
liturgia?
1077-1083
1110
En la liturgia el Padre nos colma de sus bendiciones en
el Hijo encarnado, muerto y resucitado por nosotros, y derrama en
nuestros corazones el Espíritu Santo. Al mismo tiempo, la Iglesia
bendice al Padre mediante la adoración, la alabanza y la acción de
gracias, e implora el don de su Hijo y del Espíritu Santo.
222. ¿Cuál es la obra de Cristo en la Liturgia?
1084-1090
En la liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza
principalmente su misterio pascual. Al entregar el Espíritu Santo a los
Apóstoles, les ha concedido, a ellos y a sus sucesores, el poder de
actualizar la obra de la salvación por medio del sacrificio eucarístico
y de los sacramentos, en los cuales Él mismo actúa para comunicar su
gracia a los fieles de todos los tiempos y en todo el mundo.
223. ¿Cómo actúa el Espíritu Santo en la liturgia
respecto de la Iglesia?
1091-1109
1112
En la liturgia se realiza la más estrecha cooperación
entre el Espíritu Santo y la Iglesia. El Espíritu Santo prepara a la
Iglesia para el encuentro con su Señor, recuerda y manifiesta a Cristo a
la fe de la asamblea de creyentes, hace presente y actualiza el Misterio
de Cristo, une la Iglesia a la vida y misión de Cristo y hace
fructificar en ella el don de la comunión.
EL MISTERIO PASCUAL EN LOS
SACRAMENTOS DE LA IGLESIA
224. ¿Qué son los sacramentos y cuántos hay?
1113-1131
Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la
gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, a través de los
cuales se nos otorga la vida divina. Son siete: Bautismo, Confirmación,
Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden y Matrimonio.
225. ¿Qué relación existe entre los sacramentos y
Cristo?
1114-1116
Los misterios de la vida de Cristo constituyen el
fundamento de lo que ahora, por medio de los ministros de su Iglesia, el
mismo Cristo dispensa en los sacramentos.
«Lo que era visible en nuestro Salvador ha pasado
a sus sacramentos»
(San León Magno).
226. ¿Cuál es el vínculo de los sacramentos con la
Iglesia?
1117-1119
Cristo ha confiado los sacramentos a su Iglesia. Son «de
la Iglesia» en un doble sentido: «de ella», en cuanto son acciones de la
Iglesia, la cual es sacramento de la acción de Cristo; y «para ella», en
el sentido de que edifican la Iglesia.
227. ¿Qué es el «carácter» sacramental?
1121
El carácter sacramental es un sello
espiritual, conferido por los sacramentos del Bautismo, de la
Confirmación y del Orden. Constituye promesa y garantía de la protección
divina. En virtud de este sello, el cristiano queda configurado a
Cristo, participa de diversos modos en su sacerdocio y forma parte de la
Iglesia según estados y funciones diversos. Queda, por tanto, consagrado
al culto divino y al servicio de la Iglesia. Puesto que el carácter es
indeleble, los sacramentos que lo imprimen sólo pueden recibirse una vez
en la vida.
228. ¿Qué relación tienen los sacramentos con la fe?
1122-1126
1133
Los sacramentos no sólo suponen la fe, sino que con las
palabras y los elementos rituales la alimentan, fortalecen y expresan.
Celebrando los sacramentos la Iglesia confiesa la fe apostólica. De ahí
la antigua sentencia: «lex orandi, lex credendi», esto es, la
Iglesia cree tal como reza.
229. ¿Por qué los sacramentos son eficaces?
1127-1128
1131
Los sacramentos son eficaces ex opere operato
(«por el hecho mismo de que la acción sacramental se realiza»), porque
es Cristo quien actúa en ellos y quien da la gracia que significan,
independientemente de la santidad personal del ministro. Sin embargo,
los frutos de los sacramentos dependen también de las disposiciones del
que los recibe.
230. ¿Por qué los sacramentos son necesarios para la
salvación?
1129
Para los creyentes en Cristo, los sacramentos, aunque no
todos se den a cada uno de los fieles, son necesarios para la salvación,
porque otorgan la gracia sacramental, el perdón de los pecados, la
adopción como hijos de Dios, la configuración con Cristo Señor y la
pertenencia a la Iglesia. El Espíritu Santo cura y transforma a quienes
los reciben.
231. ¿Qué es la gracia sacramental?
1129. 1131
1134. 2003
La gracia sacramental es la gracia del Espíritu Santo,
dada por Cristo y propia de cada sacramento. Esta gracia ayuda al fiel
en su camino de santidad, y también a la Iglesia en su crecimiento de
caridad y testimonio.
232. ¿Qué relación existe entre los sacramentos y la
vida eterna?
1130
En los sacramentos la Iglesia recibe ya un anticipo de
la vida eterna, mientras vive «aguardando la feliz esperanza y la
manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo»
(Tt 2, 13).
CAPÍTULO SEGUNDO
LA
CELEBRACIÓN SACRAMENTAL
DEL MISTERIO PASCUAL
CELEBRAR LA LITURGIA DE LA IGLESIA
¿Quién celebra?
233. ¿Quién actúa en la liturgia?
1135-1137
1187
En la liturgia actúa el «Cristo total» (Christus
totus), Cabeza y Cuerpo. En cuanto sumo Sacerdote, Él celebra la
liturgia con su Cuerpo, que es la Iglesia del cielo y de la tierra.
234. ¿Quién celebra la liturgia del cielo?
1138-1139
La liturgia del cielo la celebran los ángeles, los
santos de la Antigua y de la Nueva Alianza, en particular la Madre de
Dios, los Apóstoles, los mártires y «una muchedumbre inmensa, que nadie
podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas» (Ap 7,
9). Cuando celebramos en los sacramentos el misterio de la salvación,
participamos de esta liturgia eterna.
235. ¿De qué modo la Iglesia en la tierra celebra la
liturgia?
1140-1144
1188
La Iglesia en la tierra celebra la liturgia como pueblo
sacerdotal, en el cual cada uno obra según su propia función, en la
unidad del Espíritu Santo: los bautizados se ofrecen como sacrificio
espiritual; los ministros ordenados celebran según el Orden recibido
para el servicio de todos los miembros de la Iglesia; los obispos y
presbíteros actúan en la persona de Cristo Cabeza.
¿Cómo celebrar?
236. ¿Cómo se celebra la liturgia?
1145
La celebración litúrgica está tejida de signos y
símbolos, cuyo significado, enraizado en la creación y en las culturas
humanas, se precisa en los acontecimientos de la Antigua Alianza y se
revela en plenitud en la Persona y la obra de Cristo.
237. ¿De dónde proceden los signos sacramentales?
1146-1152
1189
Algunos signos sacramentales provienen del mundo creado
(luz, agua, fuego, pan, vino, aceite); otros, de la vida social (lavar,
ungir, partir el pan); otros de la historia de la salvación en la
Antigua Alianza (los ritos pascuales, los sacrificios, la imposición de
manos, las consagraciones). Estos signos, algunos de los cuales son
normativos e inmutables, asumidos por Cristo, se convierten en
portadores de la acción salvífica y de santificación
238. ¿Qué relación existe entre las acciones y las
palabras en la celebración sacramental?
1153-1155
1190
En la celebración sacramental las acciones y las
palabras están estrechamente unidas. En efecto, aunque las acciones
simbólicas son ya por sí mismas un lenguaje, es preciso que las palabras
del rito acompañen y vivifiquen estas acciones. Indisociables en cuanto
signos y enseñanza, las palabras y las acciones litúrgicas lo son
también en cuanto realizan lo que significan.
239. ¿Con qué criterios el canto y la música tienen
una función propia dentro de la celebración litúrgica?
1156-1158
1191
Puesto que la música y el canto están estrechamente
vinculados a la acción litúrgica, deben respetar los siguientes
criterios: la conformidad de los textos a la doctrina católica, y con
origen preferiblemente en la Sagrada Escritura y en las fuentes
litúrgicas; la belleza expresiva de la oración; la calidad de la música;
la participación de la asamblea; la riqueza cultural del Pueblo de Dios
y el carácter sagrado y solemne de la celebración.
«El que canta, reza dos veces» (San Agustín).
240. ¿Cuál es la finalidad de las sagradas imágenes?
1159-1161
1192
La imagen de Cristo es el icono litúrgico por
excelencia. Las demás, que representan a la Madre de Dios y a los
santos, significan a Cristo, que en ellos es glorificado. Las imágenes
proclaman el mismo mensaje evangélico que la Sagrada Escritura transmite
mediante la palabra, y ayudan a despertar y alimentar la fe de los
creyentes.
¿Cuándo celebrar?
241. ¿Cuál es el centro del tiempo litúrgico?
1163-1167
1193
El centro del tiempo litúrgico es el domingo ,
fundamento y núcleo de todo el año litúrgico, que tiene su culminación
en la Pascua anual, fiesta de las fiestas.
242. ¿Cuál es la función del año litúrgico?
1168-1173
1194-1195
La función del año litúrgico es celebrar todo el
Misterio de Cristo, desde la Encarnación hasta su retorno glorioso. En
días determinados, la Iglesia venera con especial amor a María, la
bienaventurada Madre de Dios, y hace también memoria de los santos, que
vivieron para Cristo, con Él padecieron y con Él han sido glorificados.
243. ¿Qué es la Liturgia de las Horas?
1174-1178
1196
La Liturgia de las Horas, oración pública y común de la
Iglesia, es la oración de Cristo con su Cuerpo, la Iglesia. Por su
medio, el Misterio de Cristo, que celebramos en la Eucaristía, santifica
y transfigura el tiempo de cada día. Se compone principalmente de salmos
y de otros textos bíblicos, y también de lecturas de los santos Padres y
maestros espirituales.
¿Dónde celebrar?
244. ¿Tiene la Iglesia necesidad de lugares para
celebrar la liturgia?
1179-1181
1197-1198
El culto «en espíritu y en verdad» (Jn 4, 24) de
la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo, porque Cristo es
el verdadero templo de Dios, por medio del cual también los cristianos y
la Iglesia entera se convierten, por la acción del Espíritu Santo, en
templos del Dios vivo. Sin embargo, el Pueblo de Dios, en su condición
terrenal, tiene necesidad de lugares donde la comunidad pueda reunirse
para celebrar la liturgia.
245. ¿Qué son los edificios sagrados?
1181
1198-1199
Los edificios sagrados son las casas de Dios, símbolo de
la Iglesia que vive en aquel lugar e imágenes de la morada celestial.
Son lugares de oración, en los que la Iglesia celebra sobre todo la
Eucaristía y adora a Cristo realmente presente en el tabernáculo.
246. ¿Cuáles son los lugares principales dentro de
los edificios sagrados?
1182-1186
Los lugares principales dentro de los edificios sagrados
son éstos: el altar, el sagrario o tabernáculo, el receptáculo donde se
conservan el santo crisma y los otros santos óleos, la sede del obispo
(cátedra) o del presbítero, el ambón, la pila bautismal y el
confesionario.
DIVERSIDAD LITÚRGICA Y UNIDAD
DEL MISTERIO
247. ¿Por qué el único Misterio de Cristo se celebra
en la Iglesia según diversas tradiciones litúrgicas?
1200-1204
1207-1209
El Misterio de Cristo, aunque es único, se celebra según
diversas tradiciones litúrgicas porque su riqueza es tan insondable que
ninguna tradición litúrgica puede agotarla. Desde los orígenes de la
Iglesia, por tanto, esta riqueza ha encontrado en los distintos pueblos
y culturas expresiones caracterizadas por una admirable variedad y
complementariedad.
248. ¿Qué criterio asegura la unidad dentro de la
multiformidad?
1209
El criterio para asegurar la unidad en la multiformidad
es la fidelidad a la Tradición Apostólica, es decir, la comunión en la
fe y en los sacramentos recibidos de los Apóstoles, significada y
garantizada por la sucesión apostólica. La Iglesia es católica: puede,
por tanto, integrar en su unidad todas las riquezas verdaderas de las
distintas culturas.
249. ¿Es todo inmutable en la liturgia?
1205-1206
En la liturgia, sobre todo en la de los sacramentos,
existen elementos inmutables por ser de institución divina, que la
Iglesia custodia fielmente. Hay después otros elementos, susceptibles de
cambio, que la Iglesia puede y a veces debe incluso adaptar a las
culturas de los diversos pueblos.
SEGUNDA SECCIÓN
LOS
SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA
Los siete
Sacramentos de la Iglesia
Bautismo
Confirmación
Eucaristía
Penitencia
Unción de los enfermos
Orden
Matrimonio |
Septem
Ecclesiae Sacramenta
Baptismum
Confirmátio
Eucarístia
Paeniténtia
Únctio infirmórum
Ordo
Matrimónium |
250. ¿Cómo se distinguen los sacramentos de la Iglesia?
1210-1211
Los sacramentos de la Iglesia se distinguen en
sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y
Eucaristía); sacramentos de la curación (Penitencia y Unción de los
enfermos); y sacramentos al servicio de la comunión y de la misión
(Orden y Matrimonio). Todos corresponden a momentos importantes de la
vida cristiana, y están ordenados a la Eucaristía «como a su fin
específico» (Santo Tomás de Aquino).
CAPÍTULO PRIMERO
LOS SACRAMENTOS DE
LA INICIACIÓN CRISTIANA
251. ¿Cómo se realiza la iniciación cristiana?
1212
1275
La Iniciación cristiana se realiza mediante los
sacramentos que ponen los fundamentos de la vida cristiana: los
fieles, renacidos en el Bautismo, se fortalecen con la Confirmación, y
son alimentados en la Eucaristía.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO
252. ¿Con qué nombres se conoce el primer Sacramento
de la iniciación?
1213-1216
1276-1277
El primer sacramento de la iniciación recibe, ante todo,
el nombre de Bautismo, en razón del rito central con el cual se
celebra: bautizar significa «sumergir» en el agua; quien recibe el
bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucita con Él «como una
nueva criatura» (2 Co 5, 17). Se llama también «baño de
regeneración y renovación en el Espíritu Santo» (Tt 3, 5), e
«iluminación», porque el bautizado se convierte en «hijo de la luz» (Ef
5, 8).
253. ¿Cómo se prefigura el Bautismo en la Antigua
Alianza?
1217-1222
En la Antigua Alianza se encuentran varias
prefiguraciones del Bautismo: el agua, fuente de vida y de
muerte; el arca de Noé, que salva por medio del agua; el paso
del Mar Rojo, que libera al pueblo de Israel de la esclavitud de
Egipto; el paso del Jordán, que hace entrar a Israel en la tierra
prometida, imagen de la vida eterna.
254. ¿Quién hace que se cumplan estas
prefiguraciones?
1223-1224
Estas prefiguraciones del bautismo las cumple
Jesucristo, el cual, al comienzo de su vida pública, se hace bautizar
por Juan Bautista en el Jordán; levantado en la cruz, de su costado
abierto brotan sangre y agua, signos del Bautismo y de la Eucaristía, y
después de su Resurrección confía a los Apóstoles esta misión: «Id y
haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19-20).
255. ¿Desde cuándo y a quién administra la Iglesia el
Bautismo?
1226-1228
Desde el día de Pentecostés, la Iglesia administra el
Bautismo al que cree en Jesucristo.
256. ¿En qué consiste el rito esencial del Bautismo?
1229-1245
1278
El rito esencial del Bautismo consiste en sumergir en el
agua al candidato o derramar agua sobre su cabeza, mientras se invoca el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
257. ¿Quién puede recibir el Bautismo?
246-1522
Puede recibir el Bautismo cualquier persona que no esté
aún bautizada.
258. ¿Por qué la Iglesia bautiza a los niños?
1250
La Iglesia bautiza a los niños puesto que, naciendo con
el pecado original, necesitan ser liberados del poder del maligno y
trasladados al reino de la libertad de los hijos de Dios.
259. ¿Qué se requiere para ser bautizado?
1253-1255
A todo aquel que va a ser bautizado se le exige la
profesión de fe, expresada personalmente, en el caso del adulto, o por
medio de sus padres y de la Iglesia, en el caso del niño. El padrino o
la madrina y toda la comunidad eclesial tienen también una parte de
responsabilidad en la preparación al Bautismo (catecumenado), así como
en el desarrollo de la fe y de la gracia bautismal.
260. ¿Quién puede bautizar?
1256
1284
Los ministros ordinarios del Bautismo son el obispo y el
presbítero; en la Iglesia latina, también el diácono. En caso de
necesidad, cualquiera puede bautizar, siempre que tenga la intención de
hacer lo que hace la Iglesia. Éste derrama agua sobre la cabeza del
candidato y pronuncia la fórmula trinitaria bautismal: «Yo te bautizo en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
261. ¿Es necesario el Bautismo para la salvación?
1257
El Bautismo es necesario para la salvación de todos
aquellos a quienes el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la
posibilidad de pedir este sacramento.
262. ¿Hay salvación posible sin el Bautismo?
1258-1261
1281-1283
Puesto que Cristo ha muerto para la salvación de todos,
pueden salvarse también sin el Bautismo todos aquellos que mueren a
causa de la fe (Bautismo de sangre), los catecúmenos, y todo
aquellos que, bajo el impulso de la gracia, sin conocer a Cristo y a la
Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su
voluntad (Bautismo de deseo). En cuanto a los niños que mueren
sin el Bautismo, la Iglesia en su liturgia los confía a la misericordia
de Dios.
263. ¿Cuáles son los efectos del Bautismo?
1262-1274
1279-1280
El Bautismo perdona el pecado original, todos los
pecados personales y todas las penas debidas al pecado; hace participar
de la vida divina trinitaria mediante la gracia santificante, la gracia
de la justificación que incorpora a Cristo y a su Iglesia; hace
participar del sacerdocio de Cristo y constituye el fundamento de la
comunión con los demás cristianos; otorga las virtudes teologales y los
dones del Espíritu Santo. El bautizado pertenece para siempre a Cristo:
en efecto, queda marcado con el sello indeleble de Cristo (carácter).
264. ¿Cuál es el significado del nombre cristiano
recibido en el Bautismo?
2156-2159
2167
El nombre es importante porque Dios conoce a cada uno
por su nombre, es decir, en su unicidad. Con el Bautismo, el cristiano
recibe en la Iglesia el nombre propio, preferiblemente de un santo, de
modo que éste ofrezca al bautizado un modelo de santidad y le asegure su
intercesión ante Dios.
EL SACRAMENTO DE LA
CONFIRMACIÓN
265. ¿Qué lugar ocupa la Confirmación en el designio
divino de salvación?
1285-1288
1315
En la Antigua Alianza, los profetas anunciaron que el
Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado y sobre todo el
pueblo mesiánico. Toda la vida y la misión de Jesús se desarrollan en
una total comunión con el Espíritu Santo. Los Apóstoles reciben el
Espíritu Santo en Pentecostés y anuncian «las maravillas de Dios» (Hch
2,11). Comunican a los nuevos bautizados, mediante la imposición de las
manos, el don del mismo Espíritu. A lo largo de los siglos, la Iglesia
ha seguido viviendo del Espíritu y comunicándolo a sus hijos.
266. ¿Por qué se llama Confirmación o Crismación?
1289
Se llama Confirmación, porque confirma y refuerza
la gracia bautismal. Se llama Crismación, puesto que un rito
esencial de este sacramento es la unción con el Santo Crisma (en las
Iglesias Orientales, unción con el Santo Myron).
267. ¿Cuál es el rito esencial de la Confirmación?
1290-1301
1318
1320-1321
El rito esencial de la Confirmación es la unción con el
Santo Crisma (aceite de oliva mezclado con perfumes, consagrado por el
Obispo), que se hace con la imposición de manos por parte del ministro,
el cual pronuncia las palabras sacramentales propias del rito. En
Occidente, esta unción se hace sobre la frente del bautizado con estas
palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». En las
Iglesias Orientales de rito bizantino, la unción se hace también en
otras partes del cuerpo, con la fórmula: «Sello del don del Espíritu
Santo».
268. ¿Cuál es el efecto de la Confirmación?
1302-1305
1316-1317
El efecto de la Confirmación es la especial efusión del
Espíritu Santo, tal como sucedió en Pentecostés. Esta efusión imprime en
el alma un carácter indeleble y otorga un crecimiento de la gracia
bautismal; arraiga más profundamente la filiación divina; une más
fuertemente con Cristo y con su Iglesia; fortalece en el alma los dones
del Espíritu Santo; concede una fuerza especial para dar testimonio de
la fe cristiana.
269. ¿Quién puede recibir este sacramento?
1306-1311
1319
El sacramento de la Confirmación puede y debe recibirlo,
una sola vez, aquel que ya ha sido bautizado. Para recibirlo con fruto
hay que estar en gracia de Dios.
270. ¿Quién es el ministro de la Confirmación?
1312-1314
El ministro originario de la Confirmación es el obispo:
se manifiesta así el vínculo del confirmado con la Iglesia en su
dimensión apostólica. Cuando el sacramento es administrado por un
presbítero, como sucede ordinariamente en Oriente y en casos
particulares en Occidente, es el mismo presbítero, colaborador del
obispo, y el santo crisma, consagrado por éste, quienes expresan el
vínculo del confirmado con el obispo y con la Iglesia.
EL SACRAMENTO DE LA
EUCARISTÍA
271. ¿Qué es la Eucaristía?
1322-1323
1409
La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la
Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos,
hasta su segunda venida, el sacrificio de la cruz, confiando así a la
Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad,
vínculo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el
alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.
272. ¿Cuándo instituyó Jesucristo la Eucaristía?
1323
1337-1340
Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo, «la
noche en que fue entregado» (1 Co 11, 23), mientras celebraba con
sus Apóstoles la Última Cena.
273. ¿Cómo instituyó la Eucaristía?
1337-1340
1365, 1406
Después de reunirse con los Apóstoles en el Cenáculo,
Jesús tomó en sus manos el pan, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad
y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por
vosotros». Después tomó en sus manos el cáliz con el vino y les dijo:
«Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre
de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por
todos los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en
conmemoración mía».
274. ¿Qué representa la Eucaristía en la vida de la
Iglesia?
1324-1327
1407
La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida
cristiana. En ella alcanzan su cumbre la acción santificante de Dios
sobre nosotros y nuestro culto a Él. La Eucaristía contiene todo el bien
espiritual de la Iglesia: el mismo Cristo, nuestra Pascua. Expresa y
produce la comunión en la vida divina y la unidad del pueblo de Dios.
Mediante la celebración eucarística nos unimos a la liturgia del cielo y
anticipamos la vida eterna.
275. ¿Qué nombres recibe este sacramento?
1328-1332
La inagotable riqueza de este sacramento se expresa con
diversos nombres, que evocan sus aspectos particulares. Los más comunes
son: Eucaristía, Santa Misa, Cena del Señor, Fracción del Pan,
Celebración Eucarística, Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección
del Señor, Santo Sacrificio, Santa y Divina Liturgia, Santos Misterios,
Santísimo Sacramento del Altar, Sagrada Comunión.
276. ¿Qué lugar ocupa la Eucaristía en el designio
divino de salvación?
1333-1334
En la Antigua Alianza, la Eucaristía fue anunciada sobre
todo en la cena pascual, celebrada cada año por los judíos con panes
ázimos, como recuerdo de la salida apresurada y liberadora de Egipto.
Jesús la anunció en sus enseñanzas y la instituyó celebrando con los
Apóstoles la Última Cena durante un banquete pascual. La Iglesia, fiel
al mandato del Señor: «Haced esto en memoria mía» (1 Co 11, 24),
ha celebrado siempre la Eucaristía, especialmente el domingo, día de la
resurrección de Jesús.
277. ¿Cómo se desarrolla la celebración de la
Eucaristía?
1345-1355
1408
La celebración eucarística se desarrolla en dos grandes
momentos, que forman un solo acto de culto: la liturgia de la Palabra,
que comprende la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios; y la
liturgia eucarística, que comprende la presentación del pan y del vino,
la anáfora o plegaria eucarística, con las palabras de la consagración,
y la comunión.
278. ¿Quién es el ministro de la celebración de la
Eucaristía?
1348
1411
El ministro de la celebración de la Eucaristía es el
sacerdote (obispo o presbítero), válidamente ordenado, que actúa en la
persona de Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia.
279. ¿Cuáles son los elementos esenciales y
necesarios para celebrar la Eucaristía?
1412
Los elementos esenciales y necesarios para celebrar la
Eucaristía son el pan de trigo y el vino de vid.
280. ¿En qué sentido la Eucaristía es memorial del
sacrificio de Cristo?
1362-1367
La Eucaristía es memorial del sacrificio de
Cristo, en el sentido de que hace presente y actual el sacrificio que
Cristo ha ofrecido al Padre, una vez por todas, sobre la cruz en favor
de la humanidad. El carácter sacrificial de la Eucaristía se manifiesta
en las mismas palabras de la institución: «Esto es mi Cuerpo, que se
entrega por vosotros» y «Este cáliz es la nueva alianza en mi Sangre,
que se derrama por vosotros» (Lc 22, 19-20). El sacrificio de la
cruz y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio.
Son idénticas la víctima y el oferente, y sólo es distinto el modo de
ofrecerse: de manera cruenta en la cruz, incruenta en la Eucaristía.
281. ¿De qué modo la Iglesia participa del Sacrificio
eucarístico?
1368-1372
1414
En la Eucaristía, el sacrificio de Cristo se hace
también sacrificio de los miembros de su Cuerpo. La vida de los fieles,
su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de
Cristo. En cuanto sacrificio, la Eucaristía se ofrece también por todos
los fieles, vivos y difuntos, en reparación de los pecados de todos los
hombres y para obtener de Dios beneficios espirituales y temporales.
También la Iglesia del cielo está unida a la ofrenda de Cristo.
282. ¿Cómo está Jesucristo presente en la Eucaristía?
1373-1375 1413
Jesucristo está presente en la Eucaristía de modo único
e incomparable. Está presente, en efecto, de modo verdadero, real y
sustancial: con su Cuerpo y con su Sangre, con su Alma y su Divinidad.
Cristo, todo entero, Dios y hombre, está presente en ella de manera
sacramental, es decir, bajo las especies eucarísticas del pan y del
vino.
283. ¿Qué significa transubstanciación?
1376-1377
1413
Transubstanciación significa la conversión de
toda la sustancia del pan en la sustancia del Cuerpo de Cristo, y de
toda la sustancia del vino en la sustancia de su Sangre. Esta conversión
se opera en la plegaria eucarística con la consagración, mediante la
eficacia de la palabra de Cristo y de la acción del Espíritu Santo. Sin
embargo, permanecen inalteradas las características sensibles del pan y
del vino, esto es las «especies eucarísticas».
284. La fracción del pan, ¿divide a Cristo?
1377
La fracción del pan no divide a Cristo: Él está presente
todo e íntegro en cada especie eucarística y en cada una de sus partes.
285. ¿Cuánto dura la presencia eucarística de Cristo?
1377
La presencia eucarística de Cristo continúa mientras
subsistan las especies eucarísticas.
286. ¿Qué tipo de culto se debe rendir al sacramento
de la Eucaristía?
1378-1381
1418
Al sacramento de la Eucaristía se le debe rendir el
culto de latría, es decir la adoración reservada a Dios, tanto
durante la celebración eucarística, como fuera de ella. La Iglesia, en
efecto, conserva con la máxima diligencia las Hostias consagradas, las
lleva a los enfermos y a otras personas imposibilitadas de participar en
la Santa Misa, las presenta a la solemne adoración de los fieles, las
lleva en procesión e invita a la frecuente visita y adoración del
Santísimo Sacramento, reservado en el Sagrario.
287. ¿Por qué la Eucaristía es el banquete pascual?
1382-1384
1391-1396
La Eucaristía es el banquete pascual porque Cristo,
realizando sacramentalmente su Pascua, nos entrega su Cuerpo y su
Sangre, ofrecidos como comida y bebida, y nos une con Él y entre
nosotros en su sacrificio.
288. ¿Qué significa el altar?
1383
1410
El altar es el símbolo de Cristo mismo, presente como
víctima sacrificial (altar-sacrificio de la Cruz), y como alimento
celestial que se nos da a nosotros (altar-mesa eucarística).
289. ¿Cuándo obliga la Iglesia a participar de la
Santa Misa?
1389
1417
La Iglesia establece que los fieles tienen obligación de
participar de la Santa Misa todos los domingos y fiestas de precepto, y
recomienda que se participe también en los demás días.
290. ¿Cuándo se debe recibir la sagrada Comunión?
1389
La Iglesia recomienda a los fieles que participan de la
Santa Misa recibir también, con las debidas disposiciones, la sagrada
Comunión, estableciendo la obligación de hacerlo al menos en Pascua.
291. ¿Qué se requiere para recibir la sagrada
Comunión?
1385-1389
1415
Para recibir la sagrada Comunión se debe estar
plenamente incorporado a la Iglesia Católica y hallarse en gracia de
Dios, es decir sin conciencia de pecado mortal. Quien es consciente de
haber cometido un pecado grave debe recibir el sacramento de la
Reconciliación antes de acercarse a comulgar. Son también importantes el
espíritu de recogimiento y de oración, la observancia del ayuno
prescrito por la Iglesia y la actitud corporal (gestos, vestimenta), en
señal de respeto a Cristo.
292. ¿Cuáles son los frutos de la sagrada Comunión?
1391-1397
1416
La sagrada Comunión acrecienta nuestra unión con Cristo
y con su Iglesia, conserva y renueva la vida de la gracia, recibida en
el Bautismo y la Confirmación y nos hace crecer en el amor al prójimo.
Fortaleciéndonos en la caridad, nos perdona los pecados veniales y nos
preserva de los pecados mortales para el futuro.
293. ¿Cuándo se puede administrar la sagrada Comunión
a los otros cristianos?
1398-1401
Los ministros católicos administran lícitamente la
sagrada Comunión a los miembros de las Iglesias orientales que no están
en plena comunión con la Iglesia católica, siempre que éstos lo
soliciten espontáneamente y tengan las debidas disposiciones.
Asimismo, los ministros católicos administran
lícitamente la sagrada Comunión a los miembros de otras comunidades
eclesiales que, en presencia de una grave necesidad, la pidan
espontáneamente, estén bien dispuestos y manifiesten la fe católica
respecto al sacramento.
294. ¿Por qué se dice que la Eucaristía es «prenda de
la gloria futura»?
1402-1405
La Eucaristía es prenda de la gloria futura porque nos
colma de toda gracia y bendición del cielo, nos fortalece en la
peregrinación de nuestra vida terrena y nos hace desear la vida eterna,
uniéndonos a Cristo, sentado a la derecha del Padre, a la Iglesia del
cielo, a la Santísima Virgen y a todos los santos.
«En la Eucaristía, nosotros partimos "un mismo
pan que es remedio de inmortalidad, antídoto no para morir, sino
para vivir en Jesucristo para siempre"» (San Ignacio de
Antioquía).
CAPÍTULO SEGUNDO
LOS SACRAMENTOS DE CURACIÓN
295. ¿Por qué Cristo instituyó los sacramentos de la Penitencia y de
la Unción de los enfermos?
1420-1421
1426
Cristo, médico del alma y del cuerpo, instituyó los
sacramentos de la Penitencia y de la Unción de los enfermos, porque la
vida nueva que nos fue dada por Él en los sacramentos de la iniciación
cristiana puede debilitarse y perderse para siempre a causa del pecado.
Por ello, Cristo ha querido que la Iglesia continuase su obra de
curación y de salvación mediante estos dos sacramentos.
EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA
Y LA RECONCILIACIÓN
296. ¿Qué nombres recibe este sacramento?
1422-1424
Este sacramento es llamado sacramento de la Penitencia,
de la Reconciliación, del Perdón, de la Confesión, de la Conversión.
297. ¿Por qué hay un sacramento de la Reconciliación
después del Bautismo?
1425-1426
1484
Puesto que la vida nueva de la gracia, recibida en el
Bautismo, no suprimió la debilidad de la naturaleza humana ni la
inclinación al pecado (esto es, la concupiscencia), Cristo instituyó
este sacramento para la conversión de los bautizados que se han alejado
de Él por el pecado.
298. ¿Cuándo fue instituido este sacramento?
1485
El Señor resucitado instituyó este sacramento cuando la
tarde de Pascua se mostró a sus Apóstoles y les dijo: «Recibid el
Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados;
a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23).
299. ¿Tienen necesidad los bautizados de conversión?
1427-1429
La llamada de Cristo a la conversión resuena
continuamente en la vida de los bautizados. Esta conversión es una tarea
ininterrumpida para toda la Iglesia, que, siendo santa, recibe en su
propio seno a los pecadores.
300. ¿Qué es la penitencia interior?
1430-1433
1490
La penitencia interior es el dinamismo del «corazón
contrito» (Sal 51, 19), movido por la gracia divina a responder
al amor misericordioso de Dios. Implica el dolor y el rechazo de los
pecados cometidos, el firme propósito de no pecar más, y la confianza en
la ayuda de Dios. Se alimenta de la esperanza en la misericordia divina.
301. ¿De qué modos se expresa la penitencia en la
vida cristiana?
1434-1439
La penitencia puede tener expresiones muy variadas,
especialmente el ayuno, la oración y la limosna. Estas y otras muchas
formas de penitencia pueden ser practicadas en la vida cotidiana del
cristiano, en particular en tiempo de Cuaresma y el viernes, día
penitencial.
302. ¿Cuáles son los elementos esenciales del
sacramento de la Reconciliación?
1440-1449
Los elementos esenciales del sacramento de la
Reconciliación son dos: los actos que lleva a cabo el hombre, que se
convierte bajo la acción del Espíritu Santo, y la absolución del
sacerdote, que concede el perdón en nombre de Cristo y establece el modo
de la satisfacción.
303. ¿Cuáles son los actos propios del penitente?
1450-1460
1487-1492
Los actos propios del penitente son los siguientes: un
diligente examen de conciencia; la contrición (o
arrepentimiento), que es perfecta cuando está motivada por el amor a
Dios, imperfecta cuando se funda en otros motivos, e incluye el
propósito de no volver a pecar; la confesión, que consiste en la
acusación de los pecados hecha delante del sacerdote; la satisfacción,
es decir, el cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que el propio
confesor impone al penitente para reparar el daño causado por el pecado.
304. ¿Qué pecados deben confesarse?
1456
Se deben confesar todos los pecados graves aún no
confesados que se recuerdan después de un diligente examen de
conciencia. La confesión de los pecados graves es el único modo
ordinario de obtener el perdón.
305. ¿Cuándo se está obligado a confesar los pecados
graves?
1457
Todo fiel, que haya llegado al uso de razón, está
obligado a confesar sus pecados graves al menos una vez al año, y de
todos modos antes de recibir la sagrada Comunión.
306. ¿Por qué también los pecados veniales pueden ser
objeto de la confesión sacramental?
1458
La Iglesia recomienda vivamente la confesión de los
pecados veniales aunque no sea estrictamente necesaria, ya que ayuda a
formar una recta conciencia y a luchar contra las malas inclinaciones, a
dejarse curar por Cristo y a progresar en la vida del Espíritu.
307. ¿Quién es el ministro del sacramento de la
Reconciliación?
1461-1466
1495
Cristo confió el ministerio de la reconciliación a sus
Apóstoles, a los obispos, sucesores de los Apóstoles, y a los
presbíteros, colaboradores de los obispos, los cuales se convierten, por
tanto, en instrumentos de la misericordia y de la justicia de Dios.
Ellos ejercen el poder de perdonar los pecados en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo.
308. ¿A quién está reservada la absolución de algunos
pecados particularmente graves?
1463
La absolución de algunos pecados particularmente graves
(como son los castigados con la excomunión) está reservada a la Sede
Apostólica o al Obispo del lugar o a los presbíteros autorizados por
ellos, aunque todo sacerdote puede absolver de cualquier pecado y
excomunión, al que se halla en peligro de muerte.
309. El confesor, ¿está obligado al secreto?
1467
Dada la delicadeza y la grandeza de este ministerio y el
respeto debido a las personas, todo confesor está obligado, sin ninguna
excepción y bajo penas muy severas, a mantener el sigilo sacramental,
esto es, el absoluto secreto sobre los pecados conocidos en confesión.
310. ¿Cuáles son los efectos de este sacramento?
1468-1470
1496
Los efectos del sacramento de la Penitencia son: la
reconciliación con Dios y, por tanto, el perdón de los pecados; la
reconciliación con la Iglesia; la recuperación del estado de gracia, si
se había perdido; la remisión de la pena eterna merecida a causa de los
pecados mortales y, al menos en parte, de las penas temporales que son
consecuencia del pecado; la paz y la serenidad de conciencia y el
consuelo del espíritu; el aumento de la fuerza espiritual para el
combate cristiano.
311. ¿Se puede celebrar en algunos casos este
sacramento con la confesión general y absolución colectiva?
1480-1484
En caso de grave necesidad (como un inminente peligro de
muerte), se puede recurrir a la celebración comunitaria de la
Reconciliación, con la confesión general y la absolución colectiva,
respetando las normas de la Iglesia y haciendo propósito de confesar
individualmente, a su debido tiempo, los pecados graves ya perdonados de
esta forma.
312. ¿Qué son las indulgencias?
1471-1479
1498
Las indulgencias son la remisión ante Dios de la pena
temporal merecida por los pecados ya perdonados en cuanto a la
culpa, que el fiel, cumpliendo determinadas condiciones, obtiene para sí
mismo o para los difuntos, mediante el ministerio de la Iglesia, la
cual, como dispensadora de la redención, distribuye el tesoro de los
méritos de Cristo y de los santos.
EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE
LOS ENFERMOS
313. ¿Cómo es considerada la enfermedad en el Antiguo
Testamento?
1499-1502
En el Antiguo Testamento, el hombre experimenta en la
enfermedad su propia limitación y, al mismo tiempo, percibe que ésta se
halla misteriosamente vinculada al pecado. Los profetas intuyeron que la
enfermedad podía tener también un valor redentor de los pecados propios
y ajenos. Así, la enfermedad se vivía ante Dios, de quien el hombre
imploraba la curación.
314. ¿Qué significado tiene la compasión de Jesús
hacia los enfermos?
1503-1505
La compasión de Jesús hacia los enfermos y las numerosas
curaciones realizadas por él son una clara señal de que con él había
llegado el Reino de Dios y, por tanto, la victoria sobre el pecado, el
sufrimiento y la muerte. Con su pasión y muerte, Jesús da un nuevo
sentido al sufrimiento, el cual, unido al de Cristo, puede convertirse
en medio de purificación y salvación, para nosotros y para los demás.
315. ¿Cómo se comporta la Iglesia con los enfermos?
1506-1513
1526-1527
La Iglesia, habiendo recibido del Señor el mandato de
curar a los enfermos, se empeña en el cuidado de los que sufren,
acompañándolos con oraciones de intercesión. Tiene sobre todo un
sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y
atestiguado por Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los
presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el
nombre del Señor» (St 5, 14-15).
316. ¿Quién puede recibir el sacramento de la Unción
de los enfermos?
1514-1515
1528-1529
El sacramento de la Unción de los enfermos lo puede
recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse en peligro de muerte
por enfermedad o vejez. El mismo fiel lo puede recibir también otras
veces, si se produce un agravamiento de la enfermedad o bien si se
presenta otra enfermedad grave. La celebración de este sacramento debe
ir precedida, si es posible, de la confesión individual del enfermo.
317. ¿Quién administra este sacramento?
1516
1530
El sacramento de la Unción de los enfermos sólo puede
ser administrado por los sacerdotes (obispos o presbíteros).
318. ¿Cómo se celebra este sacramento?
1517-1519
1531
La celebración del sacramento de la Unción de los
enfermos consiste esencialmente en la unción con óleo, bendecido
si es posible por el obispo, sobre la frente y las manos del enfermo (en
el rito romano, o también en otras partes del cuerpo en otros ritos),
acompañada de la oración del sacerdote, que implora la gracia
especial de este sacramento.
319. ¿Cuáles son los efectos de este sacramento?
1520-1523
1532
El sacramento de la Unción confiere una gracia
particular, que une más íntimamente al enfermo a la Pasión de Cristo,
por su bien y por el de toda la Iglesia, otorgándole fortaleza, paz,
ánimo y también el perdón de los pecados, si el enfermo no ha podido
confesarse. Además, este sacramento concede a veces, si Dios lo quiere,
la recuperación de la salud física. En todo caso, esta Unción prepara al
enfermo para pasar a la Casa del Padre.
320. ¿Qué es el Viático?
1524-1525
El viático es la Eucaristía recibida por quienes están
por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna.
Recibida en el momento del tránsito de este mundo al Padre, la Comunión
del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es semilla de
vida eterna y poder de resurrección.
CAPÍTULO TERCERO
LOS
SACRAMENTOS AL SERVICIO
DE LA COMUNIÓN Y DE LA MISIÓN
321. ¿Cuáles son los sacramentos al servicio de la
comunión y de la misión?
1533-1535
Dos sacramentos, el Orden y el Matrimonio, confieren una
gracia especial para una misión particular en la Iglesia, al servicio de
la edificación del pueblo de Dios. Contribuyen especialmente a la
comunión eclesial y a la salvación de los demás.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
322. ¿Qué es el sacramento del Orden?
1536
El sacramento del Orden es aquel mediante el cual, la
misión confiada por Cristo a sus Apóstoles, sigue siendo ejercida en la
Iglesia hasta el fin de los tiempos.
323. ¿Por qué se llama sacramento del Orden?
1537-1538
Orden indica un cuerpo eclesial, del que se entra
a formar parte mediante una especial consagración (Ordenación), que, por
un don singular del Espíritu Santo, permite ejercer una potestad
sagrada al servicio del Pueblo de Dios en nombre y con la autoridad
de Cristo.
324. ¿Cómo se sitúa el sacramento del Orden en el
designio divino de la salvación?
1539-1546
1590-1591
En la Antigua Alianza el sacramento del Orden fue
prefigurado por el servicio de los levitas, el sacerdocio de Aarón y la
institución de los setenta «ancianos» (Nm 11, 25). Estas
prefiguraciones se cumplen en Cristo Jesús, quien, mediante su
sacrificio en la cruz, es «el único [.....] mediador entre Dios y los
hombres» (1 Tm 2, 5), el «Sumo Sacerdote según el orden de
Melquisedec» (Hb 5,10). El único sacerdocio de Cristo se hace
presente por el sacerdocio ministerial.
«Sólo Cristo es el verdadero sacerdote; los demás
son ministros suyos»
(Santo Tomás de Aquino).
325. ¿De cuántos grados se compone el sacramento del
Orden?
1554
1593
El sacramento del Orden se compone de tres grados, que
son insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia: el
episcopado, el presbiterado y el diaconado.
326. ¿Cuál es el efecto de la Ordenación episcopal?
1557-1558
1594
La Ordenación episcopal da la plenitud del sacramento
del Orden, hace al Obispo legítimo sucesor de los Apóstoles, lo
constituye miembro del Colegio episcopal, compartiendo con el Papa y los
demás obispos la solicitud por todas las Iglesias, y le confiere los
oficios de enseñar, santificar y gobernar.
327. ¿Cuál es el oficio del obispo en la Iglesia
particular que se le ha confiado?
1560-1561
El obispo, a quien se confía una Iglesia particular, es
el principio visible y el fundamento de la unidad de esa Iglesia, en la
cual desempeña, como vicario de Cristo, el oficio pastoral, ayudado por
sus presbíteros y diáconos.
328. ¿Cuál es el efecto de la Ordenación presbiteral?
1562-1567
1595
La unción del Espíritu marca al presbítero con un
carácter espiritual indeleble, lo configura a Cristo sacerdote y lo hace
capaz de actuar en nombre de Cristo Cabeza. Como cooperador del Orden
episcopal, es consagrado para predicar el Evangelio, celebrar el culto
divino, sobre todo la Eucaristía, de la que saca fuerza todo su
ministerio, y ser pastor de los fieles.
329. ¿Cómo ejerce el presbítero su ministerio?
1568
Aunque haya sido ordenado para una misión universal, el
presbítero la ejerce en una Iglesia particular, en fraternidad
sacramental con los demás presbíteros que forman el «presbiterio» y que,
en comunión con el obispo y en dependencia de él, tienen la
responsabilidad de la Iglesia particular.
330. ¿Cuál es el efecto de la Ordenación diaconal?
1569-1574
1596
El diácono, configurado con Cristo siervo de todos, es
ordenado para el servicio de la Iglesia, y lo cumple bajo la autoridad
de su obispo, en el ministerio de la Palabra, el culto divino, la guía
pastoral y la caridad.
331. ¿Cómo se celebra el sacramento del Orden?
1572-1574
1597
En cada uno de sus tres grados, el sacramento del Orden
se confiere mediante la imposición de las manos sobre la cabeza
del ordenando por parte del obispo, quien pronuncia la solemne
oración consagratoria. Con ella, el obispo pide a Dios para el
ordenando una especial efusión del Espíritu Santo y de sus dones, en
orden al ejercicio de su ministerio.
332. ¿Quién puede conferir este sacramento?
1575-1576
1600
Corresponde a los obispos válidamente ordenados, en
cuanto sucesores de los Apóstoles, conferir los tres grados del
sacramento del Orden.
333. ¿Quién puede recibir este sacramento?
1577-1578
1598
Sólo el varón bautizado puede recibir válidamente el
sacramento del Orden. La Iglesia se reconoce vinculada por esta decisión
del mismo Señor. Nadie puede exigir la recepción del sacramento del
Orden, sino que debe ser considerado apto para el ministerio por la
autoridad de la Iglesia.
334. ¿Se exige el celibato para recibir el sacramento
del Orden?
1579-1580
1599
Para el episcopado se exige siempre el celibato. Para el
presbiterado, en la Iglesia latina, son ordinariamente elegidos hombres
creyentes que viven como célibes y tienen la voluntad de guardar el
celibato «por el reino de los cielos» (Mt 19, 12); en las
Iglesias orientales no está permitido contraer matrimonio después de
haber recibido la ordenación. Al diaconado permanente pueden acceder
también hombres casados.
335. ¿Qué efectos produce el sacramento del Orden?
1581-1589
1592
El sacramento del Orden otorga una efusión especial del
Espíritu Santo, que configura con Cristo al ordenado en su triple
función de Sacerdote, Profeta y Rey, según los respectivos grados del
sacramento. La ordenación confiere un carácter espiritual indeleble: por
eso no puede repetirse ni conferirse por un tiempo determinado.
336. ¿Con qué autoridad se ejerce el sacerdocio
ministerial?
1547-1553
1592
Los sacerdotes ordenados, en el ejercicio del ministerio
sagrado, no hablan ni actúan por su propia autoridad, ni tampoco por
mandato o delegación de la comunidad, sino en la Persona de Cristo
Cabeza y en nombre de la Iglesia. Por tanto, el sacerdocio ministerial
se diferencia esencialmente, y no sólo en grado, del sacerdocio común de
los fieles, al servicio del cual lo instituyó Cristo.
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
337. ¿Cuál es el designio de Dios sobre el hombre y
la mujer?
1601-1605
Dios, que es amor y creó al hombre por amor, lo ha
llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado en el
Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos, «de manera
que ya no son dos, sino una sola carne» (Mt 19, 6). Al
bendecirlos, Dios les dijo: «Creced y multiplicaos» (Gn 1, 28).
338. ¿Con qué fines ha instituido Dios el Matrimonio?
1659-1660
La alianza matrimonial del hombre y de la mujer, fundada
y estructurada con leyes propias dadas por el Creador, está ordenada por
su propia naturaleza a la comunión y al bien de los cónyuges, y a la
procreación y educación de los hijos. Jesús enseña que, según el
designio original divino, la unión matrimonial es indisoluble: «Lo que
Dios ha unido, que no lo separe el hombre» (Mc 10, 9).
339. ¿De qué modo el pecado amenaza al Matrimonio?
1606-1608
A causa del primer pecado, que ha provocado también la
ruptura de la comunión del hombre y de la mujer, donada por el Creador,
la unión matrimonial está muy frecuentemente amenazada por la discordia
y la infidelidad. Sin embargo, Dios, en su infinita misericordia, da al
hombre y a la mujer su gracia para realizar la unión de sus vidas según
el designio divino original.
340. ¿Qué enseña el Antiguo Testamento sobre el
Matrimonio?
1609-1611
Dios ayuda a su pueblo a madurar progresivamente en la
conciencia de la unidad e indisolubilidad del matrimonio, sobre todo
mediante la pedagogía de la Ley y los profetas. La alianza nupcial entre
Dios e Israel prepara y prefigura la Alianza nueva realizada por el Hijo
de Dios, Jesucristo, con su esposa, la Iglesia.
341. ¿Qué novedad aporta Cristo al Matrimonio?
1612-1617
1661
Jesucristo no sólo restablece el orden original del
matrimonio querido por Dios, sino que otorga la gracia para vivirlo en
su nueva dignidad de sacramento, que es el signo del amor esponsal hacia
la Iglesia: «Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo ama a la
Iglesia» (Ef 5, 25)
342. ¿Es el Matrimonio una obligación para todos?
1618-1620
El Matrimonio no es una obligación para todos. En
particular, Dios llama a algunos hombres y mujeres a seguir a Jesús por
el camino de la virginidad o del celibato por el Reino de los cielos;
éstos renuncian al gran bien del matrimonio para ocupase de las cosas
del Señor tratando de agradarle, y se convierten en signo de la primacía
absoluta del amor de Cristo y de la ardiente esperanza de su vuelta
gloriosa.
343. ¿Cómo se celebra el sacramento del Matrimonio?
1621-1624
1663
Dado que el Matrimonio constituye a los cónyuges en un
estado público de vida en la Iglesia, su celebración litúrgica es
pública, en presencia del sacerdote (o de un testigo cualificado de la
Iglesia) y de otros testigos.
344. ¿Qué es el consentimiento matrimonial?
1625-1632
1662-1663
El consentimiento matrimonial es la voluntad, expresada
por un hombre y una mujer, de entregarse mutua y definitivamente, con el
fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo. Puesto que el
consentimiento hace el Matrimonio, resulta indispensable e
insustituible. Para que el Matrimonio sea válido el consentimiento debe
tener como objeto el verdadero Matrimonio, y ser un acto humano,
consciente y libre, no determinado por la violencia o la coacción.
345. ¿Qué se exige cuando uno de los esposos no es
católico?
1633-1637
Para ser lícitos, los matrimonios mixtos (entre
católico y bautizado no católico) necesitan la licencia de la autoridad
eclesiástica. Los matrimonios con disparidad de culto (entre un
católico y un no bautizado), para ser válidos necesitan una dispensa. En
todo caso, es esencial que los cónyuges no excluyan la aceptación de los
fines y las propiedades esenciales del Matrimonio, y que el cónyuge
católico confirme el compromiso, conocido también por el otro cónyuge,
de conservar la fe y asegurar el Bautismo y la educación católica de los
hijos.
346. ¿Cuáles son los efectos del sacramento del
Matrimonio?
1638-1642
El sacramento del Matrimonio crea entre los cónyuges un
vínculo perpetuo y exclusivo. Dios mismo ratifica el consentimiento de
los esposos. Por tanto, el matrimonio rato y consumado entre bautizados
no podrá ser nunca disuelto. Por otra parte, este sacramento confiere a
los esposos la gracia necesaria para alcanzar la santidad en la vida
conyugal y acoger y educar responsablemente a los hijos.
347. ¿Cuáles son los pecados gravemente contrarios al
sacramento del Matrimonio?
1645-1648
Los pecados gravemente contrarios al sacramento del
Matrimonio son los siguientes: el adulterio, la poligamia, en cuanto
contradice la idéntica dignidad entre el hombre y la mujer y la unidad y
exclusividad del amor conyugal; el rechazo de la fecundidad, que priva a
la vida conyugal del don de los hijos; y el divorcio, que contradice la
indisolubilidad.
348. ¿Cuándo admite la Iglesia la separación física
de los esposos?
1629
1649
La Iglesia admite la separación física de los esposos
cuando la cohabitación entre ellos se ha hecho, por diversas razones,
prácticamente imposible, aunque procura su reconciliación. Pero éstos,
mientras viva el otro cónyuge, no son libres para contraer una nueva
unión, a menos que el matrimonio entre ellos sea nulo y, como tal,
declarado por la autoridad eclesiástica.
349. ¿Cuál es la actitud de la Iglesia hacia los
divorciados vueltos a casar?
1650-1651
Fiel al Señor, la Iglesia no puede reconocer como
matrimonio la unión de divorciados vueltos a casar civilmente. «Quien
repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella;
y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio» (Mc
10, 11-12). Hacia ellos la Iglesia muestra una atenta solicitud,
invitándoles a una vida de fe, a la oración, a las obras de caridad y a
la educación cristiana de los hijos; pero no pueden recibir la
absolución sacramental, acercarse a la comunión eucarística ni ejercer
ciertas responsabilidades eclesiales, mientras dure tal situación, que
contrasta objetivamente con la ley de Dios.
350. ¿Por qué la familia cristiana es llamada
Iglesia doméstica?
1655-1658 1666
La familia cristiana es llamada Iglesia doméstica,
porque manifiesta y realiza la naturaleza comunitaria y familiar de la
Iglesia en cuanto familia de Dios. Cada miembro, según su propio papel,
ejerce el sacerdocio bautismal, contribuyendo a hacer de la familia una
comunidad de gracia y de oración, escuela de virtudes humanas y
cristianas y lugar del primer anuncio de la fe a los hijos.
CAPÍTULO CUARTO
OTRAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS
LOS SACRAMENTALES
351. ¿Qué son los sacramentales?
1667-1672
1677-1678
Los sacramentales son signos sagrados instituidos por la
Iglesia, por medio de los cuales se santifican algunas circunstancias de
la vida. Comprenden siempre una oración acompañada de la señal de la
cruz o de otros signos. Entre los sacramentales, ocupan un lugar
importante las bendiciones, que son una alabanza a Dios y una oración
para obtener sus dones, la consagración de personas y la dedicación de
cosas al culto de Dios.
352. ¿Qué es un exorcismo?
1673
Tiene lugar un exorcismo, cuando la Iglesia pide con su
autoridad, en nombre de Jesús, que una persona o un objeto sea protegido
contra el influjo del Maligno y sustraído a su dominio. Se practica de
modo ordinario en el rito del Bautismo. El exorcismo solemne, llamado
gran exorcismo, puede ser efectuado solamente por un presbítero
autorizado por el obispo.
353. ¿Qué formas de piedad popular acompañan la vida
sacramental de la Iglesia?
1674-1676
1679
El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado
en todo tiempo su expresión en formas variadas de piedad, que acompañan
la vida sacramental de la Iglesia, como son la veneración de las
reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las
procesiones, el «Vía crucis», el Rosario. La Iglesia, a la luz de la fe,
ilumina y favorece las formas auténticas de piedad popular.
LAS EXEQUIAS CRISTIANAS
354. ¿Qué relación existe entre los sacramentos y la
muerte del cristiano?
1680-1683
El cristiano que muere en Cristo alcanza, al final de su
existencia terrena, el cumplimiento de la nueva vida iniciada con el
Bautismo, reforzada con la Confirmación y alimentada en la Eucaristía,
anticipo del banquete celestial. El sentido de la muerte del cristiano
se manifiesta a la luz de la Muerte y Resurrección de Cristo, nuestra
única esperanza; el cristiano que muere en Cristo Jesús va «a vivir con
el Señor» (2 Co 5, 8).
355. ¿Qué expresan las exequias?
1684-1685
Las exequias, aunque se celebren según diferentes ritos,
respondiendo a las situaciones y a las tradiciones de cada región,
expresan el carácter pascual de la muerte cristiana, en la esperanza de
la resurrección, y el sentido de la comunión con el difunto,
particularmente mediante la oración por la purificación de su alma.
356. ¿Cuáles son los momentos principales de las
exequias?
1686-1690
De ordinario, las exequias comprenden cuatro momentos
principales: la acogida de los restos mortales del difunto por parte de
la comunidad, con palabras de consuelo y esperanza para sus familiares;
la liturgia de la Palabra; el sacrificio eucarístico; y «el adiós», con
el que se encomienda el alma del difunto a Dios, fuente de vida eterna,
mientras su cuerpo es sepultado en la esperanza de la resurrección.
TERCERA PARTE
LA VIDA EN CRISTO
PRIMERA SECCIÓN
LA VOCACIÓN DEL
HOMBRE:
LA VIDA EN EL ESPÍRITU
357. ¿De qué modo la vida moral cristiana está
vinculada a la fe y a los sacramentos?
1691-1698
Lo que se profesa en el Símbolo de la fe, los
sacramentos lo comunican. En efecto, con ellos los fieles reciben la
gracia de Cristo y los dones del Espíritu Santo, que les hacen capaces
de vivir la vida nueva de hijos de Dios en Cristo, acogido con fe.
«Cristiano, reconoce tu dignidad» (San León
Magno).
CAPÍTULO PRIMERO
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA
HUMANA
EL HOMBRE, IMAGEN DE DIOS
358. ¿Cuál es la raíz de la dignidad de la persona humana?
1699-1715
La dignidad de la persona humana está arraigada en su
creación a imagen y semejanza de Dios. Dotada de alma espiritual e
inmortal, de inteligencia y de voluntad libre, la persona humana está
ordenada a Dios y llamada, con alma y cuerpo, a la bienaventuranza
eterna.
NUESTRA VOCACIÓN A LA
BIENAVENTURANZA
359. ¿Cómo alcanza el hombre la bienaventuranza?
1716
El hombre alcanza la bienaventuranza en virtud de la
gracia de Cristo, que lo hace partícipe de la vida divina. En el
Evangelio Cristo señala a los suyos el camino que lleva a la felicidad
sin fin: las Bienaventuranzas. La gracia de Cristo obra en todo hombre
que, siguiendo la recta conciencia, busca y ama la verdad y el bien, y
evita el mal.
360. ¿Qué importancia tienen para nosotros las
Bienaventuranzas?
1716-1717
1725-1726
Las Bienaventuranzas son el centro de la predicación de
Jesús; recogen y perfeccionan las promesas de Dios, hechas a partir de
Abraham. Dibujan el rostro mismo de Jesús, y trazan la auténtica vida
cristiana, desvelando al hombre el fin último de sus actos: la
bienaventuranza eterna.
361. ¿Qué relación tienen las Bienaventuranzas con el
deseo de felicidad del hombre?
1718-1719
Las Bienaventuranzas responden al innato deseo de
felicidad que Dios ha puesto en el corazón del hombre, a fin de atraerlo
hacia Él, el único que lo puede satisfacer.
362. ¿Qué es la bienaventuranza eterna?
1720-1724
1727-1729
La bienaventuranza consiste en la visión de Dios en la
vida eterna, cuando seremos en plenitud «partícipes de la naturaleza
divina» (2 P 1, 4), de la gloria de Cristo y del gozo de la vida
trinitaria. La bienaventuranza sobrepasa la capacidad humana; es un don
sobrenatural y gratuito de Dios, como la gracia que nos conduce a ella.
La promesa de la bienaventuranza nos sitúa frente a opciones morales
decisivas respecto de los bienes terrenales, estimulándonos a amar a
Dios sobre todas las cosas.
LA LIBERTAD DEL HOMBRE
363. ¿Qué es la libertad?
1730-1733
1743-1744
La libertad es el poder dado por Dios al hombre de obrar
o no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar de este modo por sí
mismo acciones deliberadas. La libertad es la característica de los
actos propiamente humanos. Cuanto más se hace el bien, más libre se va
haciendo también el hombre. La libertad alcanza su perfección cuando
está ordenada a Dios, Bien supremo y Bienaventuranza nuestra. La
libertad implica también la posibilidad de elegir entre el bien y el
mal. La elección del mal es un abuso de la libertad, que conduce a la
esclavitud del pecado.
364. ¿Qué relación hay entre libertad y
responsabilidad?
1734-1737
1745-1746
La libertad hace al hombre responsable de sus actos, en
la medida en que éstos son voluntarios; aunque tanto la imputabilidad
como la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas o
incluso anuladas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la
violencia soportada, el miedo, los afectos desordenados y los hábitos.
365. ¿Por qué todo hombre tiene derecho al ejercicio
de su libertad?
1738
1747
El derecho al ejercicio de la libertad es propio de todo
hombre, en cuanto resulta inseparable de su dignidad de persona humana.
Este derecho ha de ser siempre respetado, especialmente en el campo
moral y religioso, y debe ser civilmente reconocido y tutelado, dentro
de los límites del bien común y del justo orden público.
366. ¿Dónde se sitúa la libertad humana en el orden
de la salvación?
1739-1742
1748
Nuestra libertad se halla debilitada a causa del pecado
original. El debilitamiento se agrava aún más por los pecados sucesivos.
Pero Cristo «nos liberó para ser libres» (Ga 5, 1). El Espíritu
Santo nos conduce con su gracia a la libertad espiritual, para hacernos
libres colaboradores suyos en la Iglesia y en el mundo.
367. ¿Cuál es la fuente de moralidad de los actos
humanos?
1749-1754
1757-1758
La moralidad de los actos humanos depende de tres
fuentes: del objeto elegido, es decir, un bien real o aparente;
de la intención del sujeto que actúa, es decir, del fin por el
que lleva a cabo su acción; y de las circunstancias de la acción,
incluidas las consecuencias de la misma.
368. ¿Cuándo un acto es moralmente bueno?
1755-1756
1759-1760
El acto es moralmente bueno cuando supone, al mismo
tiempo, la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias. El objeto
elegido puede por sí solo viciar una acción, aunque la intención sea
buena. No es lícito hacer el mal para conseguir un bien. Un fin malo
puede corromper la acción, aunque su objeto sea en sí mismo bueno;
asimismo, un fin bueno no hace buena una acción que de suyo sea en sí
misma mala, porque el fin no justifica los medios. Las circunstancias
pueden atenuar o incrementar la responsabilidad de quien actúa, pero no
puede modificar la calidad moral de los actos mismos, porque no
convierten nunca en buena una acción mala en sí misma.
369. ¿Hay actos que son siempre ilícitos?
1756-1761
Hay actos cuya elección es siempre ilícita en razón de
su objeto (por ejemplo, la blasfemia, el homicidio, el adulterio). Su
elección supone un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral, que
no puede ser justificado en virtud de los bienes que eventualmente
pudieran derivarse de ellos.
LA MORALIDAD DE LAS PASIONES
370. ¿Qué son las pasiones?
1762-1766
1771-1772
Las pasiones son los afectos, emociones o impulsos de la
sensibilidad –componentes naturales de la psicología humana–, que
inclinan a obrar o a no obrar, en vista de lo que se percibe como bueno
o como malo. Las principales son el amor y el odio, el deseo y el temor,
la alegría, la tristeza y la cólera. La pasión fundamental es el amor,
provocado por el atractivo del bien. No se ama sino el bien, real o
aparente.
371. ¿Las pasiones son moralmente buenas o malas?
1767-1770
1773-1775
Las pasiones, en cuanto impulsos de la sensibilidad, no
son en sí mismas ni buenas ni malas; son buenas, cuando contribuyen a
una acción buena; son malas, en caso contrario. Pueden ser asumidas en
las virtudes o pervertidas en los vicios.
LA CONCIENCIA MORAL
372. ¿Qué es la conciencia moral?
1776-1780
1795-1797
La conciencia moral, presente en lo íntimo de la
persona, es un juicio de la razón, que en el momento oportuno, impulsa
al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. Gracias a ella, la persona
humana percibe la cualidad moral de un acto a realizar o ya realizado,
permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo. Cuando escucha la
conciencia moral, el hombre prudente puede sentir la voz de Dios que le
habla.
373. ¿Qué supone la dignidad de la persona en
relación con la conciencia moral?
1780-1782
1798
La dignidad de la persona humana supone la rectitud de
la conciencia moral, es decir que ésta se halle de acuerdo con lo que es
justo y bueno según la razón y la ley de Dios. A causa de la misma
dignidad personal, el hombre no debe ser forzado a obrar contra su
conciencia, ni se le debe impedir obrar de acuerdo con ella, sobre todo
en el campo religioso, dentro de los límites del bien común.
374. ¿Cómo se forma la conciencia moral para que sea
recta y veraz?
1783-1788
1799-1800
La conciencia recta y veraz se forma con la educación,
con la asimilación de la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia.
Se ve asistida por los dones del Espíritu Santo y ayudada con los
consejos de personas prudentes. Además, favorecen mucho la formación
moral tanto la oración como el examen de conciencia.
375. ¿Qué normas debe seguir siempre la conciencia?
1789
Tres son las normas más generales que debe seguir
siempre la conciencia:
1) Nunca está permitido hacer el mal para obtener un
bien.
2) La llamada Regla de oro: «Todo cuanto queráis que os hagan
los hombres, hacédselo también vosotros a ellos» (Mt 7, 12).
3) La caridad supone siempre el respeto del prójimo y de su
conciencia, aunque esto no significa aceptar como bueno lo que
objetivamente es malo.
376. ¿Puede la conciencia moral emitir juicios
erróneos?
1790-1794
1801-1802
La persona debe obedecer siempre al juicio cierto de la
propia conciencia, la cual, sin embargo, puede también emitir juicios
erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad personal. Con
todo, no es imputable a la persona el mal cometido por ignorancia
involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por
tanto, esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.
LAS VIRTUDES
377. ¿Qué es la virtud?
1803. 1833
La virtud es una disposición habitual y firme para hacer
el bien: «El fin de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante
a Dios» (San Gregorio de Nisa). Hay virtudes humanas y virtudes
teologales.
378. ¿Qué son las virtudes humanas?
1804
1810-1811
1834, 1839
Las virtudes humanas son perfecciones habituales y
estables del entendimiento y de la voluntad, que regulan nuestros actos,
ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta en conformidad con la
razón y la fe. Adquiridas y fortalecidas por medio de actos moralmente
buenos y reiterados, son purificadas y elevadas por la gracia divina.
379. ¿Cuáles son las principales virtudes humanas?
1805
1834
Las principales virtudes humanas son las denominadas
cardinales, que agrupan a todas las demás y constituyen las bases de
la vida virtuosa. Son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la
templanza.
380. ¿Qué es la prudencia?
1806
1835
La prudencia dispone la razón a discernir, en cada
circunstancia, nuestro verdadero bien y a elegir los medios adecuados
para realizarlo. Es guía de las demás virtudes, indicándoles su regla y
medida.
381. ¿Qué es la justicia?
1807
1836
La justicia consiste en la constante y firme voluntad de
dar a los demás lo que les es debido. La justicia para con Dios se llama
«virtud de la religión».
382. ¿Qué es la fortaleza?
1808
1838
La fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la
constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de
aceptar el eventual sacrificio de la propia vida por una causa justa.
383. ¿Qué es la templanza?
1809
1838
La templanza modera la atracción de los placeres,
asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y procura el
equilibrio en el uso de los bienes creados.
384. ¿Qué son las virtudes teologales?
1812-1813
1840-1841
Las virtudes teologales son las que tienen como origen,
motivo y objeto inmediato a Dios mismo. Infusas en el hombre con la
gracia santificante, nos hacen capaces de vivir en relación con la
Santísima Trinidad, y fundamentan y animan la acción moral del
cristiano, vivificando las virtudes humanas. Son la garantía de la
presencia y de la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser
humano.
385. ¿Cuáles son las virtudes teologales?
1813
Las virtudes teologales son la fe, la esperanza y la
caridad
386. ¿Qué es la fe?
1814-1816
1842
La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y
en todo lo que Él nos ha revelado, y que la Iglesia nos propone creer,
dado que Dios es la Verdad misma. Por la fe, el hombre se abandona
libremente a Dios; por ello, el que cree trata de conocer y hacer la
voluntad de Dios, ya que «la fe actúa por la caridad» (Ga 5, 6).
387. ¿Qué es la esperanza?
1817-1821
1843
La esperanza es la virtud teologal por la que deseamos y
esperamos de Dios la vida eterna como nuestra felicidad, confiando en
las promesas de Cristo, y apoyándonos en la ayuda de la gracia del
Espíritu Santo para merecerla y perseverar hasta el fin de nuestra vida
terrena.
388. ¿Qué es la caridad?
1822-1829
1844
La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a
Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos
por amor a Dios. Jesús hace de ella el mandamiento nuevo, la plenitud de
la Ley. Ella es «el vínculo de la perfección» (Col 3, 14) y el
fundamento de las demás virtudes, a las que anima, inspira y ordena: sin
ella «no soy nada» y «nada me aprovecha» (1 Co 13, 2-3).
389. ¿Qué son los dones del Espíritu Santo?
1830-1831
1845
Los dones del Espíritu Santo son disposiciones
permanentes que hacen al hombre dócil para seguir las inspiraciones
divinas. Son siete: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza,
ciencia, piedad y temor de Dios.
390. ¿Qué son los frutos del Espíritu Santo?
1832
Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones
plasmadas en nosotros como primicias de la gloria eterna. La tradición
de la Iglesia enumera doce: «caridad, gozo, paz, paciencia,
longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia,
continencia y castidad» (Ga 5, 22-23 [Vulgata]).
EL PECADO
391. ¿Qué supone para nosotros acoger la misericordia
de Dios?
1846-1848
1870
Acoger la misericordia de Dios supone que reconozcamos
nuestras culpas, arrepintiéndonos de nuestros pecados. Dios mismo, con
su Palabra y su Espíritu, descubre nuestros pecados, sitúa nuestra
conciencia en la verdad sobre sí misma y nos concede la esperanza del
perdón.
392. ¿Qué es el pecado?
1849-1851
1871-1872
El pecado es «una palabra, un acto o un deseo contrarios
a la Ley eterna» (San Agustín). Es una ofensa a Dios, a quien
desobedecemos en vez de responder a su amor. Hiere la naturaleza del
hombre y atenta contra la solidaridad humana. Cristo, en su Pasión,
revela plenamente la gravedad del pecado y lo vence con su misericordia.
393. ¿Hay diversidad de pecados?
1852-1853
1873
La variedad de los pecados es grande. Pueden
distinguirse según su objeto o según las virtudes o los mandamientos a
los que se oponen. Pueden referirse directamente a Dios, al prójimo o a
nosotros mismos. Se los puede también distinguir en pecados de
pensamiento, palabra, obra y omisión.
394. ¿Cómo se distinguen los pecados en cuanto a la
gravedad?
1854
En cuanto a la gravedad, el pecado se distingue en
pecado mortal y pecado venial.
395. ¿Cuándo se comete un pecado mortal?
1855-1861
1874
Se comete un pecado mortal cuando se dan, al mismo
tiempo, materia grave, plena advertencia y deliberado consentimiento.
Este pecado destruye en nosotros la caridad, nos priva de la gracia
santificante y, a menos que nos arrepintamos, nos conduce a la muerte
eterna del infierno. Se perdona, por vía ordinaria, mediante los
sacramentos del Bautismo y de la Penitencia o Reconciliación.
396. ¿Cuándo se comete un pecado venial?
1862-1864
1875
El pecado venial, que se diferencia esencialmente del
pecado mortal, se comete cuando la materia es leve; o bien cuando,
siendo grave la materia, no se da plena advertencia o perfecto
consentimiento. Este pecado no rompe la alianza con Dios. Sin embargo,
debilita la caridad, entraña un afecto desordenado a los bienes creados,
impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y en la
práctica del bien moral y merece penas temporales de purificación.
397. ¿Cómo prolifera en nosotros el pecado?
1865, 1876
El pecado prolifera en nosotros pues uno lleva a otro, y
su repetición genera el vicio.
398. ¿Qué son los vicios?
1866-1867
Los vicios, como contrarios a las virtudes, son hábitos
perversos que oscurecen la conciencia e inclinan al mal. Los vicios
pueden ser referidos a los siete pecados llamados capitales:
soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
399. ¿Tenemos responsabilidad en los pecados
cometidos por otros?
1868
Tenemos responsabilidad en los pecados de los otros
cuando cooperamos culpablemente a que se comentan.
400. ¿Qué son las estructuras de pecado?
1869
Las estructuras de pecado son situaciones
sociales o instituciones contrarias a la ley divina, expresión y efecto
de los pecados personales.
CAPÍTULO SEGUNDO
LA COMUNIDAD HUMANA
LA PERSONA Y LA SOCIEDAD
401. ¿En qué consiste la dimensión social del hombre?
1877-1879
1890-1891
Junto a la llamada personal a la bienaventuranza divina,
el hombre posee una dimensión social que es parte esencial de su
naturaleza y de su vocación. En efecto, todos los hombres están llamados
a un idéntico fin, que es el mismo Dios. Hay una cierta semejanza entre
la comunión de las Personas divinas y la fraternidad que los hombres
deben instaurar entre ellos, fundada en la verdad y en la caridad. El
amor al prójimo es inseparable del amor a Dios.
402. ¿Qué relación existe entre persona y sociedad?
1881-1882
1892-1893
La persona es y debe ser principio, sujeto y fin
de todas las instituciones sociales. Algunas sociedades, como la familia
y la comunidad civil, son necesarias para la persona. También son útiles
otras asociaciones, tanto dentro de las comunidades políticas como a
nivel internacional, en el respeto del principio de subsidiaridad
403. ¿Qué indica el principio de subsidiaridad?
1883-1885
1894
El principio de subsidiaridad indica que una estructura
social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un
grupo social de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que
más bien debe sostenerle en caso de necesidad.
404. ¿Qué más requiere una auténtica convivencia
humana?
1886-1889
1895-1896
Una auténtica convivencia humana requiere respetar la
justicia y la recta jerarquía de valores, así como el subordinar las
dimensiones materiales e instintivas a las interiores y espirituales. En
particular, cuando el pecado pervierte el clima social, se necesita
hacer un llamamiento a la conversión del corazón y a la gracia de Dios,
para conseguir los cambios sociales que estén realmente al servicio de
cada persona, considerada en su integridad. La caridad es el más grande
mandamiento social, pues exige y da la capacidad de practicar la
justicia.
LA PARTICIPACIÓN EN LA VIDA
SOCIAL
405. ¿En qué se funda la autoridad de la sociedad?
1897-1902
1918-1920
Toda sociedad humana tiene necesidad de una autoridad
legítima, que asegure el orden y contribuya a la realización del bien
común. Esta autoridad tiene su propio fundamento en la naturaleza
humana, porque corresponde al orden establecido por Dios.
406. ¿Cuándo se ejerce la autoridad de manera
legítima?
1903-1904
1921-1922
1901
La autoridad se ejerce de manera legítima cuando procura
el bien común, y para conseguirlo utiliza medios moralmente lícitos. Por
tanto, los regímenes políticos deben estar determinados por la libertad
de decisión de los ciudadanos y respetar el principio del «Estado de
derecho». Según tal principio, la soberanía es prerrogativa de la ley,
no de la voluntad arbitraria de los hombres. Las leyes injustas y las
medidas contrarias al orden moral no obligan en conciencia.
407. ¿Qué es el bien común? 1905-1906
1924
Por bien común se entiende el conjunto de condiciones de la vida social
que hacen posible, a los grupos y a cada uno de sus miembros, el logro
de la propia perfección.
408. ¿Qué supone el bien común?
1907-1909
1925
El bien común supone: el respeto y la promoción de los
derechos fundamentales de la persona, el desarrollo de los bienes
espirituales y temporales de la persona y la sociedad, y la paz y la
seguridad de todos.
409. ¿Dónde se realiza de manera más completa el bien
común?
1910-1912
1927
La realización más completa del bien común se verifica
en aquellas comunidades políticas que defienden y promueven el bien de
los ciudadanos y de las instituciones intermedias, sin olvidar el bien
universal de la familia humana.
410. ¿Cómo participa el hombre en la realización del
bien común?
1913-1917
1926
Todo hombre, según el lugar que ocupa y el papel que
desempeña, participa en la realización del bien común, respetando las
leyes justas y haciéndose cargo de los sectores en los que tiene
responsabilidad personal, como son el cuidado de la propia familia y el
compromiso en el propio trabajo. Por otra parte, los ciudadanos deben
tomar parte activa en la vida pública, en la medida en que les sea
posible.
LA JUSTICIA SOCIAL
411. ¿Cómo asegura la sociedad la justicia social?
1928-1933
1943-1944
La sociedad asegura la justicia social cuando respeta la
dignidad y los derechos de la persona, finalidad propia de la misma
sociedad. Ésta, además, procura alcanzar la justicia social, vinculada
al bien común y al ejercicio de la autoridad, cuando garantiza las
condiciones que permiten a las asociaciones y a los individuos conseguir
aquello que les corresponde por derecho.
412. ¿En que se fundamenta la igualdad entre los
hombres?
1934-1935
1945
Todos los hombres gozan de igual dignidad y derechos
fundamentales, en cuanto que, creados a imagen del único Dios y dotados
de una misma alma racional, tienen la misma naturaleza y origen, y están
llamados en Cristo, único Salvador, a la misma bienaventuranza divina.
413. ¿Cómo hay que juzgar el hecho de la desigualdad
entre los hombres?
1936-1938
1946-1947
Existen desigualdades económicas y sociales inicuas, que
afectan a millones de seres humanos, que están en total contraste con el
Evangelio, son contrarias a la justicia, a la dignidad de las personas y
a la paz. Pero hay también diferencias entre los hombres, causadas por
diversos factores, que entran en el plan de Dios. En efecto, Dios quiere
que cada uno reciba de los demás lo que necesita, y que quienes disponen
de talentos particulares los compartan con los demás. Estas diferencias
alientan, y con frecuencia obligan, a las personas a la magnanimidad, la
benevolencia y la solidaridad, e incitan a las culturas a enriquecerse
unas a otras.
414. ¿Cómo se expresa la solidaridad humana?
1939-1942
1948
La solidaridad, que emana de la fraternidad humana y
cristiana, se expresa ante todo en la justa distribución de bienes, en
la equitativa remuneración del trabajo y en el esfuerzo en favor de un
orden social más justo. La virtud de la solidaridad se realiza también
en la comunicación de los bienes espirituales de la fe, aún más
importantes que los materiales.
CAPÍTULO TERCERO
LA SALVACIÓN DE DIOS:
LA LEY Y LA GRACIA
LA LEY MORAL
415. ¿Qué es la ley moral?
1950-1953
1975-1978
La ley moral es obra de la Sabiduría divina. Prescribe
al hombre los caminos y las reglas de conducta que llevan a la
bienaventuranza prometida, y prohíbe los caminos que apartan de Dios.
416. ¿En qué consiste la ley moral natural?
1954-1960
1978-1979
La ley natural, inscrita por el Creador en el corazón de
todo hombre, consiste en una participación de la sabiduría y bondad de
Dios, y expresa el sentido moral originario, que permite al hombre
discernir el bien y el mal, mediante la razón. La ley natural es
universal e inmutable, y pone la base de los deberes y derechos
fundamentales de la persona, de la comunidad humana y de la misma ley
civil.
417. ¿Son todos capaces de percibir la ley natural?
1960
A causa del pecado, no siempre ni todos son capaces de
percibir en modo inmediato y con igual claridad la ley natural.
Por esto, «Dios escribió en las tablas de la Ley
lo que los hombres no alcanzaban a leer en sus corazones» (San
Agustín).
418. ¿Qué relación existe entre la ley natural y la
Ley antigua?
1961-1962
1980-1981
La Ley antigua constituye la primera etapa de la Ley
revelada. Expresa muchas verdades naturalmente accesibles a la razón,
que se encuentran afirmadas y convalidadas en las Alianzas de la
salvación. Sus prescripciones morales, recogidas en los Mandamientos del
Decálogo, ponen la base de la vocación del hombre, prohíben lo que es
contrario al amor de Dios y del prójimo y indican lo que les es
esencial.
419. ¿Cómo se sitúa la Ley antigua en el plano de la
salvación?
1963-1964
1982
La Ley antigua permite conocer muchas verdades
accesibles a la razón, señala lo que se debe o no se debe hacer, y sobre
todo, como un sabio pedagogo, prepara y dispone a la conversión y a la
acogida del Evangelio. Sin embargo, aun siendo santa, espiritual y
buena, la Ley antigua es todavía imperfecta, porque no da por sí misma
la fuerza y la gracia del Espíritu para observarla.
420. ¿En qué consiste la nueva Ley o Ley evangélica?
1965-1972
1983-1985
La nueva Ley o Ley evangélica, proclamada y realizada
por Cristo, es la plenitud y el cumplimiento de la ley divina, natural y
revelada. Se resume en el mandamiento de amar a Dios y al prójimo, y de
amarnos como Cristo nos ha amado. Es también una realidad grabada en el
interior del hombre: la gracia del Espíritu Santo, que hace posible tal
amor. Es «la ley de la libertad» (St 1, 25), porque lleva a
actuar espontáneamente bajo el impulso de la caridad.
«La Ley nueva es principalmente la misma gracia
del Espíritu Santo que se da a los que creen en Cristo» (Santo
Tomás de Aquino).
421. ¿Dónde se encuentra la Ley nueva?
1971-1974
1986
La Ley nueva se encuentra en toda la vida y la
predicación de Cristo y en la catequesis moral de los Apóstoles; el
Sermón de la Montaña es su principal expresión.
GRACIA Y JUSTIFICACIÓN
422. ¿Qué es la justificación?
1987-1995
2017-2020
La justificación es la obra más excelente del amor de
Dios. Es la acción misericordiosa y gratuita de Dios, que borra nuestros
pecados, y nos hace justos y santos en todo nuestro ser. Somos
justificados por medio de la gracia del Espíritu Santo, que la Pasión de
Cristo nos ha merecido y se nos ha dado en el Bautismo. Con la
justificación comienza la libre respuesta del hombre, esto es, la fe en
Cristo y la colaboración con la gracia del Espíritu Santo.
423. ¿Qué es la gracia que justifica?
1996-1998
2005, 2021
La gracia es un don gratuito de Dios, por el que nos
hace partícipes de su vida trinitaria y capaces de obrar por amor a Él.
Se le llama gracia habitual, santificante o deificante,
porque nos santifica y nos diviniza. Es sobrenatural, porque
depende enteramente de la iniciativa gratuita de Dios y supera la
capacidad de la inteligencia y de las fuerzas del hombre. Escapa, por
tanto, a nuestra experiencia.
424. ¿Qué otros tipos de gracia existen?
1999-2000
2003-2004
2023-2024
Además de la gracia habitual, existen otros tipos
de gracia: las gracias actuales (dones en circunstancias particulares);
las gracias sacramentales (dones propios de cada sacramento); las
gracias especiales o carismas (que tienen como fin el bien común de la
Iglesia), entre las que se encuentran las gracias de estado, que
acompañan al ejercicio de los ministerios eclesiales y de las
responsabilidades de la vida.
425. ¿Qué relación hay entre la gracia y la libertad
del hombre?
2001-2002
La gracia previene, prepara y suscita la libre respuesta
del hombre; responde a las profundas aspiraciones de la libertad humana,
la invita a cooperar y la conduce a su perfección.
426. ¿Qué es el mérito?
2006-2010
2025-2026
El mérito es lo que da derecho a la recompensa por una
obra buena. Respecto a Dios, el hombre, de suyo, no puede merecer nada,
habiéndolo recibido todo gratuitamente de Él. Sin embargo, Dios da al
hombre la posibilidad de adquirir méritos, mediante la unión a la
caridad de Cristo, fuente de nuestros méritos ante Dios. Por eso, los
méritos de las buenas obras deben ser atribuidos primero a la gracia de
Dios y después a la libre voluntad del hombre.
427. ¿Qué bienes podemos merecer?
2010-2011
2027
Bajo la moción del Espíritu Santo, podemos merecer, para
nosotros mismos o para los demás, las gracias útiles para santificarnos
y para alcanzar la gloria eterna, así como también los bienes temporales
que nos convienen según el designio de Dios. Nadie puede merecer la
primera gracia, que está en el origen de la conversión y de la
justificación.
428. ¿Estamos todos llamados a la santidad cristiana?
2012-2016
2028-2029
Todos los fieles estamos llamados a la santidad
cristiana. Ésta es plenitud de la vida cristiana y perfección de la
caridad, y se realiza en la unión íntima con Cristo y, en Él, con la
Santísima Trinidad. El camino de santificación del cristiano, que pasa
por la cruz, tendrá su cumplimiento en la resurrección final de los
justos, cuando Dios sea todo en todos.
LA IGLESIA, MADRE Y MAESTRA
429. ¿Cómo nutre la Iglesia la vida moral del
cristiano?
2030-2031
2047
La Iglesia es la comunidad donde el cristiano acoge la
Palabra de Dios y las enseñanzas de la «Ley de Cristo» (Ga 6, 2);
recibe la gracia de los sacramentos; se une a la ofrenda eucarística de
Cristo, transformando así su vida moral en un culto espiritual; aprende
del ejemplo de santidad de la Virgen María y de los santos.
430. ¿Por qué el Magisterio de la Iglesia interviene
en el campo moral?
2032-2040
2049-2051
El Magisterio de la Iglesia interviene en el campo
moral, porque es su misión predicar la fe que hay que creer y practicar
en la vida cotidiana. Esta competencia se extiende también a los
preceptos específicos de la ley natural, porque su observancia es
necesaria para la salvación.
431. ¿Qué finalidad tienen los preceptos de la
Iglesia?
2041
2048
Los preceptos de la Iglesia tienen por finalidad
garantizar que los fieles cumplan con lo mínimo indispensable en
relación al espíritu de oración, a la vida sacramental, al esfuerzo
moral y al crecimiento en el amor a Dios y al prójimo.
432. ¿Cuáles son los preceptos de la Iglesia?
2042-2043
Los preceptos de la Iglesia son cinco:
1) Participar en la Misa todos los domingos y
fiestas de guardar, y no realizar trabajos y actividades que puedan
impedir la santificación de estos días.
2) Confesar los propios pecados, mediante el sacramento de la
Reconciliación al menos una vez al año.
3) Recibir el sacramento de la Eucaristía al menos en Pascua.
4) Abstenerse de comer carne y observar el ayuno en los días
establecidos por la Iglesia.
5) Ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, cada uno según
sus posibilidades.
433. ¿Por qué la vida moral de los cristianos es
indispensable para el anuncio del Evangelio?
2044-2046
La vida moral de los cristianos es indispensable para el
anuncio del Evangelio, porque, conformando su vida con la del Señor
Jesús, los fieles atraen a los hombres a la fe en el verdadero Dios,
edifican la Iglesia, impregnan el mundo con el espíritu del Evangelio y
apresuran la venida del Reino de Dios.
SEGUNDA SECCIÓN
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Éxodo 20,
2-17
|
Deuteronomio, 5, 6-21 |
Fórmula
catequética |
«Yo soy el Señor tu Dios
que te ha sacado del país
de Egipto
de la casa de servidumbre.
|
«Yo soy el Señor,
tu Dios, que te ha sacado
de Egipto,
de la servidumbre. |
«Yo soy el Señor
tu Dios: |
No habrá para ti
otros dioses delante de mí.
No te harás escultura
ni imagen alguna,
ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo
en la tierra.
No te postrarás ante ellas
ni les darás culto,
porque yo el Señor, tu Dios,
soy un Dios celoso,
que castigo la iniquidad
de los padres en los hijos,
hasta la tercera generación
de los que me odian,
y tengo misericordia por millares
con los que me aman
y guardan mis mandamientos.
|
No habrá para ti
otros dioses delante de mí. |
1. Amarás a Dios
sobre todas las cosas. |
No tomarás en falso el
nombre del Señor
porque el Señor
no dejará sin castigo
a quien toma
su nombre en falso.
|
No tomarás en falso
el nombre del Señor, tu Dios... |
2. No tomarás
el nombre de Dios
en vano. |
Recuerda el día del sábado
para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos
tus trabajos, pero el séptimo es
día de descanso para el
Señor, tu Dios.
No harás ningún trabajo,
ni tú, ni tu hijo ni tu hija
ni tu siervo ni tu sierva,
ni tu ganado, ni el forastero
que habita en tu ciudad.
Pues en seis días hizo el Señor
el cielo y la tierra,
el mar y todo cuanto contienen,
y el séptimo descansó;
por eso bendijo el Señor
el día del sábado.
|
Guardarás el día del sábado para
santificarlo. |
3. Santificarás las fiestas. |
Honra a tu padre y a tu madre para
que se prolonguen
tus días sobre la tierra
que el Señor, tu Dios,
te va a dar.
|
Honra a tu padre
y a tu madre. |
4. Honrarás a tu padre
y a tu madre. |
No matarás.
|
No matarás. |
5. No matarás. |
No cometerás adulterio.
|
No cometerás adulterio. |
6. No cometerás actos impuros. |
No robarás.
|
No robarás. |
7. No robarás |
No darás falso testimonio
contra tu prójimo.
|
No darás testimonio falso
contra tu prójimo. |
8. No darás falso testimonio ni
mentirás. |
No codiciarás la casa
de tu prójimo. No codiciarás
la mujer de tu prójimo,
ni su siervo, ni su sierva,
ni su buey, ni su asno,
ni nada que sea de tu prójimo»
|
No desearás la mujer
de tu prójimo. |
9. No consentirás pensamientos ni
deseos impuros. |
No codiciarás... nada
que sea de tu prójimo.» |
10. No codiciarás los bienes
ajenos.» |
434. «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para
conseguir la vida eterna?» (Mt 19, 16)
2052- 2054
2075-2076
Al joven que le pregunta «Maestro, ¿qué he de hacer de
bueno para conseguir la vida eterna?», Jesús responde: «Si quieres
entrar en la vida, guarda los mandamientos», y después añade: «Ven y
sígueme» (Mt 19, 16). Seguir a Jesús implica cumplir los
Mandamientos. La Ley no es abolida. Por el contrario, el hombre es
invitado a encontrarla en la persona del divino Maestro, que la realiza
perfectamente en sí mismo, revela su pleno significado y atestigua su
perennidad.
435. ¿Cómo interpreta Jesús la Ley?
2055
Jesús interpreta la Ley a la luz del doble y único
mandamiento de la caridad, que es su plenitud: «Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el
mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y
los Profetas» (Mt 22, 37-40).
436. ¿Qué significa «Decálogo»?
2056-2057
Decálogo significa las «diez palabras» que recogen la
Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la Alianza hecha por medio
de Moisés (Ex 34, 28). El Decálogo, al presentar los mandamientos
del amor a Dios (los tres primeros) y al prójimo (los otros siete),
traza, para el pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino
de una vida liberada de la esclavitud del pecado.
437. ¿Cuál es el vínculo del Decálogo con la Alianza?
2058-2063
2077
El Decálogo se comprende a la luz de la Alianza, en la
que Dios se revela, dando a conocer su voluntad. Al guardar los
Mandamientos, el pueblo expresa su pertenencia a Dios, y responde con
gratitud a su iniciativa de amor.
438. ¿Qué importancia da la Iglesia al Decálogo?
2064-2068
Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la
Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un significado
fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo.
439. ¿Por qué el Decálogo constituye una unidad
orgánica?
2069
2079
Los diez mandamientos constituyen un todo orgánico e
indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a todo el
Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda
la Ley.
440. ¿Por qué el Decálogo obliga gravemente?
2072-2073
2081
El Decálogo obliga gravemente porque enuncia los deberes
fundamentales del hombre para con Dios y para con el prójimo.
441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?
2074
2082
Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin
el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del
Espíritu Santo y de la gracia.
CAPÍTULO PRIMERO
«AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN,
CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS»
PRIMER MANDAMIENTO:
YO SOY EL SEÑOR TU DIOS. AMARÁS A DIOS
SOBRE TODAS LAS COSAS
442. ¿Qué implica la afirmación de Dios: «Yo soy el
Señor tu Dios» (Ex 20, 20)?
2083-2094
2133-2134
La afirmación: «Yo soy el Señor tu Dios» implica para el
fiel guardar y poner en práctica las tres virtudes teologales, y evitar
los pecados que se oponen a ellas. La fe cree en Dios y rechaza
todo lo que le es contrario, como, por ejemplo, la duda voluntaria, la
incredulidad, la herejía, la apostasía y el cisma. La esperanza
aguarda confiadamente la bienaventurada visión de Dios y su ayuda,
evitando la desesperación y la presunción. La caridad ama a Dios
sobre todas las cosas y rechaza la indiferencia, la ingratitud, la
tibieza, la pereza o indolencia espiritual y el odio a Dios, que nace
del orgullo.
443. ¿Qué comporta la Palabra del Señor: «Adorarás al
Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» (Mt 4, 10)?
2095-2105
2135-2136
Las palabras «adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo
darás culto» suponen adorar a Dios como Señor de todo cuanto existe;
rendirle el culto debido individual y comunitariamente; rezarle con
expresiones de alabanza, de acción de gracias y de súplica; ofrecerle
sacrificios, sobre todo el espiritual de nuestra vida, unido al
sacrificio perfecto de Cristo; mantener las promesas y votos que se le
hacen.
444. ¿Cómo ejerce el hombre su derecho a rendir culto
a Dios en verdad y en libertad?
2104-2109
2137
Todo hombre tiene el derecho y el deber moral de buscar
la verdad, especialmente en lo que se refiere a Dios y a la Iglesia, y,
una vez conocida, de abrazarla y guardarla fielmente, rindiendo a Dios
un culto auténtico. Al mismo tiempo, la dignidad de la persona humana
requiere que, en materia religiosa, nadie sea forzado a obrar contra su
conciencia, ni impedido a actuar de acuerdo con la propia conciencia,
tanto pública como privadamente, en forma individual o asociada, dentro
de los justos límites del orden público.
445. ¿Qué es lo que Dios prohíbe cuando manda: «No
tendrás otro Dios fuera de mí» (Ex 20, 2)?
2010-2128
2138-2140
Con el mandamiento «No tendrás otro Dios fuera de mí» se
prohíbe:
el politeísmo y la idolatría, que
diviniza a una criatura, el poder, el dinero, incluso al demonio;
la superstición, que es una desviación del culto debido al
Dios verdadero, y que se expresa también bajo las formas de
adivinación, magia, brujería y espiritismo;
la irreligión, que se manifiesta en tentar a Dios con
palabras o hechos; en el sacrilegio, que profana a las personas y
las cosas sagradas, sobre todo la Eucaristía; en la simonía, que
intenta comprar o vender realidades espirituales;
el ateísmo, que rechaza la existencia de Dios, apoyándose
frecuentemente en una falsa concepción de la autonomía humana;
el agnosticismo, según el cual, nada se puede saber sobre
Dios, y que abarca el indiferentismo y el ateísmo práctico.
446. El mandato de Dios: «No te harás escultura
alguna...» (Ex 20, 3), ¿prohíbe el culto a las imágenes?
2129-2132
2141
En el Antiguo Testamento, el mandato «no te harás
escultura alguna» prohibía representar a Dios, absolutamente
trascendente. A partir de la encarnación del Verbo, el culto cristiano a
las sagradas imágenes está justificado (como afirma el II Concilio de
Nicea del año 787), porque se fundamenta en el Misterio del Hijo de Dios
hecho hombre, en el cual, el Dios trascendente se hace visible. No se
trata de una adoración de la imagen, sino de una veneración de quien en
ella se representa: Cristo, la Virgen, los ángeles y los santos.
SEGUNDO MANDAMIENTO:
NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
447. ¿Cómo se respeta la santidad del nombre de Dios?
2142-2149
2160-2162
Se respeta la santidad del Nombre de Dios invocándolo,
bendiciéndole, alabándole y glorificándole. Ha de evitarse, por tanto,
el abuso de apelar al Nombre de Dios para justificar un crimen, y todo
uso inconveniente de su Nombre, como la blasfemia, que por su
misma naturaleza es un pecado grave; la imprecación y la
infidelidad a las promesas hechas en nombre de Dios.
448. ¿Por qué está prohibido jurar en falso?
2150-2151
2163-2164
Está prohibido jurar en falso, porque ello supone
invocar en una causa a Dios, que es la verdad misma, como testigo de una
mentira.
«No jurar ni por Criador, ni por criatura, si no
fuere con verdad, necesidad y reverencia» (San Ignacio de
Loyola).
449. ¿Qué es el perjurio?
2152-2155
El perjurio es hacer, bajo juramento, una promesa con
intención de no cumplirla, o bien violar la promesa hecha bajo
juramento. Es un pecado grave contra Dios, que siempre es fiel a sus
promesas.
TERCER MANDAMIENTO:
SANTIFICARÁS LAS FIESTAS
450. ¿Por qué Dios «ha bendecido el día del sábado y
lo ha declarado sagrado» (Ex 20,11)?
2168-2172
2189
Dios ha bendecido el sábado y lo ha declarado sagrado,
porque en este día se hace memoria del descanso de Dios el
séptimo día de la creación, así como de la liberación de Israel de la
esclavitud de Egipto y de la Alianza que Dios hizo con su pueblo.
451. ¿Cómo se comporta Jesús en relación con el
sábado?
2173
Jesús reconoce la santidad del sábado, y con su
autoridad divina le da la interpretación auténtica: «El sábado ha sido
instituido para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2,
27).
452. ¿Por qué motivo, para los cristianos, el sábado
ha sido sustituido por el domingo?
2174-2176
2190-2191
Para los cristianos, el sábado ha sido sustituido por el
domingo, porque éste es el día de la Resurrección de Cristo. Como
«primer día de la semana» (Mc 16, 2), recuerda la primera
creación; como «octavo día», que sigue al sábado, significa la nueva
creación inaugurada con la Resurrección de Cristo. Es considerado, así,
por los cristianos como el primero de todos los días y de todas las
fiestas: el día del Señor, en el que Jesús, con su Pascua, lleva
a cumplimiento la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el
descanso eterno del hombre en Dios.
453. ¿Cómo se santifica el domingo?
2177-2185
2192-2193
Los cristianos santifican el domingo y las demás fiestas
de precepto participando en la Eucaristía del Señor y absteniéndose de
las actividades que les impidan rendir culto a Dios, o perturben la
alegría propia del día del Señor o el descanso necesario del alma y del
cuerpo. Se permiten las actividades relacionadas con las necesidades
familiares o los servicios de gran utilidad social, siempre que no
introduzcan hábitos perjudiciales a la santificación del domingo, a la
vida de familia y a la salud.
454. ¿Por qué es importante reconocer civilmente el
domingo como día festivo?
2186-2188
2194-2195
Es importante que el domingo sea reconocido civilmente
como día festivo, a fin de que todos tengan la posibilidad real de
disfrutar del suficiente descanso y del tiempo libre que les permitan
cuidar la vida religiosa, familiar, cultural y social; de disponer de
tiempo propicio para la meditación, la reflexión, el silencio y el
estudio, y de dedicarse a hacer el bien, en particular en favor de los
enfermos y de los ancianos.
CAPÍTULO SEGUNDO
«AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO»
CUARTO MANDAMIENTO:
HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
455. ¿Qué manda el cuarto mandamiento?
2196-2200
2247-2248
El cuarto mandamiento ordena honrar y respetar a
nuestros padres, y a todos aquellos a quienes Dios ha investido de
autoridad para nuestro bien.
456. ¿Cuál es la naturaleza de la familia en el plan
de Dios?
2201-2205
2249
En el plan de Dios, un hombre y una mujer, unidos en
matrimonio, forman, por sí mismos y con sus hijos, una familia. Dios ha
instituido la familia y le ha dotado de su constitución fundamental. El
matrimonio y la familia están ordenados al bien de los esposos y a la
procreación y educación de los hijos. Entre los miembros de una misma
familia se establecen relaciones personales y responsabilidades
primarias. En Cristo la familia se convierte en Iglesia doméstica,
porque es una comunidad de fe, de esperanza y de amor.
457. ¿Qué lugar ocupa la familia en la sociedad?
2207-2208
La familia es la célula original de la sociedad humana,
y precede a cualquier reconocimiento por parte de la autoridad pública.
Los principios y valores familiares constituyen el fundamento de la vida
social. La vida de familia es una iniciación a la vida de la sociedad.
458. ¿Qué deberes tiene la sociedad en relación con
la familia?
2209-2213
2250
La sociedad tiene el deber de sostener y consolidar el
matrimonio y la familia, en constante el respeto del principio de
subsidiaridad. Los poderes públicos deben respetar, proteger y favorecer
la verdadera naturaleza del matrimonio y de la familia, la moral
pública, los derechos de los padres, y el bienestar doméstico.
459. ¿Cuáles son los deberes de los hijos hacia sus
padres?
2214-2220
2251
Los hijos deben a sus padres respeto (piedad filial),
reconocimiento, docilidad y obediencia, contribuyendo así, junto a las
buenas relaciones entre hermanos y hermanas, al crecimiento de la
armonía y de la santidad de toda la vida familiar. En caso de que los
padres se encuentren en situación de pobreza, de enfermedad, de soledad
o de ancianidad, los hijos adultos deben prestarles ayuda moral y
material.
460. ¿Cuáles son los deberes de los padres hacia los
hijos?
2221-2231
Los padres, partícipes de la paternidad divina, son los
primeros responsables de la educación de sus hijos y los primeros
anunciadores de la fe. Tienen el deber de amar y de respetar a sus hijos
como personas y como hijos de Dios, y proveer, en cuanto
sea posible, a sus necesidades materiales y espirituales, eligiendo para
ellos una escuela adecuada, y ayudándoles con prudentes consejos en la
elección de la profesión y del estado de vida. En especial, tienen la
misión de educarlos en la fe cristiana.
461. ¿Cómo educan los padres a sus hijos en la fe
cristiana?
2252-2253
Los padres educan a sus hijos en la fe cristiana
principalmente con el ejemplo, la oración, la catequesis familiar y la
participación en la vida de la Iglesia.
462. ¿Son un bien absoluto los vínculos familiares?
2232-2233
Los vínculos familiares, aunque sean importantes, no son
absolutos, porque la primera vocación del cristiano es seguir a Jesús,
amándolo: «El que ama su padre o a su madre más que a mí no es digno de
mí» (Mt 10, 37). Los padres deben favorecer gozosamente el
seguimiento de Jesús por parte de sus hijos en todo estado de vida,
también en la vida consagrada y en el ministerio sacerdotal.
463. ¿Cómo se ejerce la autoridad en los distintos
ámbitos de la sociedad civil?
2234-2237
2254
En los distintos ámbitos de la sociedad civil, la
autoridad se ejerce siempre como un servicio, respetando los derechos
fundamentales del hombre, una justa jerarquía de valores, las leyes, la
justicia distributiva y el principio de subsidiaridad. Cada cual, en el
ejercicio de la autoridad, debe buscar el interés de la comunidad antes
que el propio, y debe inspirar sus decisiones en la verdad sobre Dios,
sobre el hombre y sobre el mundo.
464. ¿Cuáles son los deberes de los ciudadanos
respecto a las autoridades civiles?
2238-2241
2255
Quienes están sometidos a las autoridades deben
considerarlas como representantes de Dios, ofreciéndoles una
colaboración leal para el buen funcionamiento de la vida pública y
social. Esto exige el amor y servicio de la patria, el derecho y el
deber del voto, el pago de los impuestos, la defensa del país y el
derecho a una crítica constructiva.
465. ¿Cuándo el ciudadano no debe obedecer a las
autoridades civiles?
2238-2241
2255
El ciudadano no debe en conciencia obedecer cuando las
prescripciones de la autoridad civil se opongan a las exigencias del
orden moral: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hch
5, 29).
QUINTO MANDAMIENTO:
NO MATARÁS
466. ¿Por qué ha de ser respetada la vida humana?
2242-2262
2318-2320
La vida humana ha de ser respetada porque es sagrada.
Desde el comienzo supone la acción creadora de Dios y permanece para
siempre en una relación especial con el Creador, su único fin. A nadie
le es lícito destruir directamente a un ser humano inocente, porque es
gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del
Creador. «No quites la vida del inocente y justo» (Ex 23, 7).
467. ¿Por qué la legítima defensa de la persona y de
la sociedad no va contra esta norma?
2263-2265
Con la legítima defensa se toma la opción de defenderse
y se valora el derecho a la vida, propia o del otro, pero no la opción
de matar. La legítima defensa, para quien tiene la responsabilidad de la
vida de otro, puede también ser un grave deber. Y no debe suponer un uso
de la violencia mayor que el necesario.
468. ¿Para qué sirve una pena?
2266
Una pena impuesta por la autoridad pública, tiene como
objetivo reparar el desorden introducido por la culpa, defender el orden
público y la seguridad de las personas y contribuir a la corrección del
culpable.
469. ¿Qué pena se puede imponer?
2267
La pena impuesta debe ser proporcionada a la gravedad
del delito. Hoy, como consecuencia de las posibilidades que tiene el
Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquél
que lo ha cometido, los casos de absoluta necesidad de pena de muerte
«suceden muy rara vez, si es que ya en realidad se dan algunos» (Juan
Pablo II, Carta Encíclica
Evangelium
vitae). Cuando los medios incruentos son suficientes, la
autoridad debe limitarse a estos medios, porque corresponden mejor a las
condiciones concretas del bien común, son más conformes a la dignidad de
la persona y no privan definitivamente al culpable de la posibilidad de
rehabilitarse.
470. ¿Qué prohíbe el quinto mandamiento?
2268-2283
2321-2326
El quinto mandamiento prohíbe, como gravemente
contrarios a la ley moral:
1) El homicidio directo y voluntario y la
cooperación al mismo.
2) El aborto directo, querido como fin o como medio, así como
la cooperación al mismo, bajo pena de excomunión, porque el ser
humano, desde el instante de su concepción, ha de ser respetado y
protegido de modo absoluto en su integridad.
3) La eutanasia directa, que consiste en poner término, con
una acción o una omisión de lo necesario, a la vida de las personas
discapacitadas, gravemente enfermas o próximas a la muerte.
4) El suicidio y la cooperación voluntaria al mismo, en
cuanto es una ofensa grave al justo amor de Dios, de sí mismo y del
prójimo; por lo que se refiere a la responsabilidad, ésta puede
quedar agravada en razón del escándalo o atenuada por particulares
trastornos psíquicos o graves temores.
471. ¿Qué tratamientos médicos se permiten cuando la
muerte se considera inminente?
2278-2279
Los cuidados que se deben de ordinario a una persona
enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos; son legítimos, sin
embargo, el uso de analgésicos, no destinados a causar la muerte, y la
renuncia al «encarnizamiento terapéutico», esto es, a la utilización de
tratamientos médicos desproporcionados y sin esperanza razonable de
resultado positivo.
472. ¿Por qué la sociedad debe proteger a todo
embrión?
2274
La sociedad debe proteger a todo embrión, porque el
derecho inalienable a la vida de todo individuo humano desde su
concepción es un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su
legislación. Cuando el Estado no pone su fuerza al servicio de los
derechos de todos, y en particular de los más débiles, entre los que se
encuentran los concebidos y aún no nacidos, quedan amenazados los
fundamentos mismos de un Estado de derecho.
473. ¿Cómo se evita el escándalo?
2284-2287
El escándalo, que consiste en inducir a otro a obrar el
mal, se evita respetando el alma y el cuerpo de la persona. Pero si se
induce deliberadamente a otros a pecar gravemente, se comete una culpa
grave.
474. ¿Qué deberes tenemos hacia nuestro cuerpo?
2288-2291
Debemos tener un razonable cuidado de la salud física,
la propia y la de los demás, evitando siempre el culto al cuerpo
y toda suerte de excesos. Ha de evitarse, además, el uso de
estupefacientes, que causan gravísimos daños a la salud y a la vida
humana, y también el abuso de los alimentos, del alcohol, del tabaco y
de los medicamentos.
475. ¿Cuándo son moralmente legítimas las
experimentaciones científicas, médicas o psicológicas sobre las personas
o sobre grupos humanos?
2292-2295
Las experimentaciones científicas, médicas o
psicológicas sobre las personas o sobre grupos humanos son moralmente
legítimas si están al servicio del bien integral de la persona y de la
sociedad, sin riesgos desproporcionados para la vida y la integridad
física y psíquica de los sujetos, oportunamente informados y contando
con su consentimiento.
476. ¿Se permiten el trasplante y la donación de
órganos antes y después de la muerte?
2296
El trasplante de órganos es moralmente aceptable con el
consentimiento del donante y sin riesgos excesivos para él. Para el
noble acto de la donación de órganos después de la muerte, hay que
contar con la plena certeza de la muerte real del donante.
477. ¿Qué prácticas son contrarias al respeto a la
integridad corporal de la persona humana?
2297-2298
Prácticas contrarias al respeto a la integridad corporal
de la persona humana son las siguientes: los secuestros de personas y la
toma de rehenes, el terrorismo, la tortura, la violencia y la
esterilización directa. Las amputaciones y mutilaciones de una persona
están moralmente permitidas sólo por los indispensables fines
terapéuticos de las mismas.
478. ¿Qué cuidados deben procurarse a los moribundos?
2299
Los moribundos tienen derecho a vivir con dignidad los
últimos momentos de su vida terrena, sobre todo con la ayuda de la
oración y de los sacramentos, que preparan al encuentro con el Dios
vivo.
479. ¿Cómo deben ser tratados los cuerpos de los
difuntos?
2300-2301
Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con
respeto y caridad. La cremación de los mismos está permitida, si se hace
sin poner en cuestión la fe en la resurrección de los cuerpos.
480. ¿Qué exige el Señor a toda persona para la defensa de la paz?
2302-2303
El Señor que proclama «bienaventurados los que
construyen la paz» (Mt 5, 9), exige la paz del corazón y denuncia
la inmoralidad de la ira, que es el deseo de venganza por el mal recibido, y del
odio, que lleva a desear el mal al prójimo. Estos comportamientos, si son
voluntarios y consentidos en cosas de gran importancia, son pecados graves
contra la caridad.
481. ¿En qué consiste la paz en el mundo?
2304-2305
La paz en el mundo, que es la búsqueda del respeto y del
desarrollo de la vida humana, no es simplemente ausencia de guerra o
equilibrio de fuerzas contrarias, sino que es «la tranquilidad del
orden» (San Agustín), «fruto de la justicia» (Is 32, 17) y efecto
de la caridad. La paz en la tierra es imagen y fruto de la paz de
Cristo.
482. ¿Qué se requiere para la paz en el mundo?
2304
2307-2308
Para la paz en el mundo se requiere la justa
distribución y la tutela de los bienes de las personas, la libre
comunicación entre los seres humanos, el respeto a la dignidad de las
personas humanas y de los pueblos, y la constante práctica de la
justicia y de la fraternidad.
483. ¿Cuándo está moralmente permitido el uso de la
fuerza militar?
2307-2310
El uso de la fuerza militar está moralmente justificado
cuando se dan simultáneamente las siguientes condiciones: certeza de que
el daño infringido es duradero y grave; la ineficacia de toda
alternativa pacífica; fundadas posibilidades de éxito en la acción
defensiva y ausencia de males aún peores, dado el poder de los medios
modernos de destrucción.
484. En caso de amenaza de guerra, ¿a quién
corresponde determinar si se dan las anteriores condiciones?
2309
Determinar si se dan las condiciones para un uso moral
de la fuerza militar compete al prudente juicio de los gobernantes, a
quienes corresponde también el derecho de imponer a los ciudadanos la
obligación de la defensa nacional, dejando a salvo el derecho personal a
la objeción de conciencia y a servir de otra forma a la comunidad
humana.
485. ¿Qué exige la ley moral en caso de guerra?
2312-2314
2328
La ley moral permanece siempre válida, aún en caso de
guerra. Exige que sean tratados con humanidad los no combatientes, los
soldados heridos y los prisioneros. Las acciones deliberadamente
contrarias al derecho de gentes, como también las disposiciones que las
ordenan, son crímenes que la obediencia ciega no basta para excusar. Se
deben condenar las destrucciones masivas así como el exterminio de un
pueblo o de una minoría étnica, que son pecados gravísimos; y hay
obligación moral de oponerse a la voluntad de quienes los ordenan.
486. ¿Qué es necesario hacer para evitar la guerra?
2315-2317
2327-2330
Se debe hacer todo lo razonablemente posible para evitar
a toda costa la guerra, teniendo en cuenta los males e injusticias que
ella misma provoca. En particular, es necesario evitar la acumulación y
el comercio de armas no debidamente reglamentadas por los poderes
legítimos; las injusticias, sobre todo económicas y sociales; las
discriminaciones étnicas o religiosas; la envidia, la desconfianza, el
orgullo y el espíritu de venganza. Cuanto se haga por eliminar estos u
otros desórdenes ayuda a construir la paz y a evitar la guerra.
SEXTO MANDAMIENTO:
NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS
487. ¿Qué corresponde a la persona humana frente a la
propia identidad sexual?
2331-2336
2392-2393
Dios ha creado al hombre como varón y mujer, con igual
dignidad personal, y ha inscrito en él la vocación del amor y de la
comunión. Corresponde a cada uno aceptar la propia identidad sexual,
reconociendo la importancia de la misma para toda la persona, su
especificidad y complementariedad.
488. ¿Qué es la castidad?
2337-2338
La castidad es la positiva integración de la sexualidad
en la persona. La sexualidad es verdaderamente humana cuando está
integrada de manera justa en la relación de persona a persona. La
castidad es una virtud moral, un don de Dios, una gracia y un fruto del
Espíritu.
489. ¿Qué supone la virtud de la castidad?
2339-2341
La virtud de la castidad supone la adquisición del
dominio de sí mismo, como expresión de libertad humana destinada al don
de uno mismo. Para este fin, es necesaria una integral y permanente
educación, que se realiza en etapas graduales de crecimiento.
490. ¿De qué medios disponemos para ayudarnos a vivir
la castidad?
2340-2347
Son numerosos los medios de que disponemos para vivir la
castidad: la gracia de Dios, la ayuda de los sacramentos, la oración, el
conocimiento de uno mismo, la práctica de una ascesis adaptada a las
diversas situaciones y el ejercicio de las virtudes morales, en
particular de la virtud de la templanza, que busca que la razón sea la
guía de las pasiones.
491. ¿De qué modos todos están llamados a vivir la
castidad?
2348-2350
2394
Todos, siguiendo a Cristo modelo de castidad, están
llamados a llevar una vida casta según el propio estado de vida: unos
viviendo en la virginidad o en el celibato consagrado, modo eminente de
dedicarse más fácilmente a Dios, con corazón indiviso; otros, si están
casados, viviendo la castidad conyugal; los no casados, practicando la
castidad en la continencia.
492. ¿Cuáles son los principales pecados contra la
castidad?
2351-2359
2396
Son pecados gravemente contrarios a la castidad, cada
uno según la naturaleza del propio objeto: el adulterio, la
masturbación, la fornicación, la pornografía, la prostitución, el
estupro y los actos homosexuales. Estos pecados son expresión del vicio
de la lujuria. Si se cometen con menores, estos actos son un atentado
aún más grave contra su integridad física y moral.
493. ¿Por qué el sexto mandamiento prohíbe todos los
pecados contra la castidad?
2336
Aunque en el texto bíblico del Decálogo se dice «no
cometerás adulterio» (Ex 20, 14), la Tradición de la Iglesia
tiene en cuenta todas las enseñanzas morales del Antiguo y del Nuevo
Testamento, y considera el sexto mandamiento como referido al conjunto
de todos los pecados contra la castidad.
494. ¿Cuáles son los deberes de las autoridades
civiles respecto a la castidad?
2354
Las autoridades civiles, en cuanto obligadas a promover
el respeto a la dignidad de la persona humana, deben contribuir a crear
un ambiente favorable a la castidad, impidiendo inclusive, mediante
leyes adecuadas, algunas de las graves ofensas a la castidad antes
mencionadas, en orden sobre todo a proteger a los menores y a los más
débiles.
495. ¿Cuáles son los bienes del amor conyugal, al que
está ordenada la sexualidad?
2360-2361
2397-2398
Los bienes del amor conyugal, que para los bautizados
está santificado por el sacramento del matrimonio, son: la unidad, la
fidelidad, la indisolubilidad y la apertura a la fecundidad.
496. ¿Cuál es el significado del acto conyugal?
2362-2367
El acto conyugal tiene un doble significado: de unión
(la mutua donación de los cónyuges), y de procreación (apertura a la
transmisión de la vida). Nadie puede romper la conexión inseparable que
Dios ha querido entre los dos significados del acto conyugal, excluyendo
de la relación el uno o el otro.
497. ¿Cuándo es moral la regulación de la natalidad?
2368-2369
2399
La regulación de la natalidad, que representa uno de los
aspectos de la paternidad y de la maternidad responsables, es
objetivamente conforme a la moralidad cuando se lleva a cabo por los
esposos sin imposiciones externas; no por egoísmo, sino por motivos
serios; y con métodos conformes a los criterios objetivos de la
moralidad, esto es, mediante la continencia periódica y el recurso a los
períodos de infecundidad.
498. ¿Cuáles son los medios inmorales para la
regulación de la natalidad?
2370-2372
Es intrínsecamente inmoral toda acción –como, por
ejemplo, la esterilización directa o la contracepción–, que, bien en
previsión del acto conyugal o en su realización, o bien en el desarrollo
de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio,
impedir la procreación.
499. ¿Por qué son inmorales la inseminación y la
fecundación artificial?
2373-2377
La inseminación y la fecundación artificial son
inmorales, porque disocian la procreación del acto conyugal con el que
los esposos se entregan mutuamente, instaurando así un dominio de la
técnica sobre el origen y sobre el destino de la persona humana. Además,
la inseminación y la fecundación heterólogas, mediante el recurso a
técnicas que implican a una persona extraña a la pareja conyugal,
lesionan el derecho del hijo a nacer de un padre y de una madre
conocidos por él, ligados entre sí por matrimonio y poseedores
exclusivos del derecho a llegar a ser padre y madre solamente el uno a
través del otro.
500. ¿Cómo ha de ser considerado un hijo?
2378
El hijo es un don de Dios, el don más grande
dentro del matrimonio. No existe el derecho a tener hijos («tener un
hijo, sea como sea»). Sí existe, en cambio, el derecho del hijo a ser
fruto del acto conyugal de sus padres, y también el derecho a ser
respetado como persona desde el momento de su concepción.
501. ¿Qué pueden hacer los esposos cuando no tienen
hijos?
2379
Cuando el don del hijo no les es concedido, los esposos,
después de haber agotado todos los legítimos recursos de la medicina,
pueden mostrar su generosidad mediante la tutela o la adopción, o bien
realizando servicios significativos en beneficio del prójimo. Así
ejercen una preciosa fecundidad espiritual.
502. ¿Cuáles son las ofensas a la dignidad del
matrimonio?
2380-2391
2400
Las ofensas a la dignidad del matrimonio son las
siguientes: el adulterio, el divorcio, la poligamia, el incesto, la
unión libre (convivencia, concubinato) y el acto sexual antes o fuera
del matrimonio.
SÉPTIMO MANDAMIENTO:
NO ROBARÁS
503. ¿Qué declara el séptimo mandamiento?
2401-2402
El séptimo mandamiento declara el destino y distribución
universal de los bienes; el derecho a la propiedad privada; el respeto a
las personas, a sus bienes y a la integridad de la creación. La Iglesia
encuentra también en este mandamiento el fundamento de su doctrina
social, que comprende la recta gestión en la actividad económica y en la
vida social y política; el derecho y el deber del trabajo humano; la
justicia y la solidaridad entre las naciones y el amor a los pobres.
504. ¿Qué condiciones se requieren para el derecho a
la propiedad privada?
2403
Existe el derecho a la propiedad privada cuando se ha
adquirido o recibido de modo justo, y prevalezca el destino universal de
los bienes, para satisfacer las necesidades fundamentales de todos los
hombres.
505. ¿Cuál es la finalidad de la propiedad privada?
2404-2406
La finalidad de la propiedad privada es garantizar la
libertad y la dignidad de cada persona, ayudándole a satisfacer las
necesidades fundamentales propias, las de aquellos sobre los que tiene
responsabilidad, y también las de otros que viven en necesidad.
506. ¿Qué otras cosas prescribe el séptimo
mandamiento?
2407-2415
2450-2451
El séptimo mandamiento prescribe el respeto a los bienes
ajenos mediante la práctica de la justicia y de la caridad, de la
templanza y de la solidaridad. En particular, exige el respeto a las
promesas y a los contratos estipulados; la reparación de la
injusticia cometida y la restitución del bien robado; el respeto a
la integridad de la creación, mediante el uso prudente y moderado
de los recursos minerales, vegetales y animales del universo, con
singular atención a las especies amenazadas de extinción.
507. ¿Cuál debe ser el comportamiento del hombre para
con los animales?
2416-2418
2457
El hombre debe tratar a los animales, criaturas de Dios,
con benevolencia, evitando tanto el desmedido amor hacia ellos, como su
utilización indiscriminada, sobre todo en experimentos científicos,
efectuados al margen de los límites razonables y con inútiles
sufrimientos para los animales mismos.
508. ¿Qué prohíbe el séptimo mandamiento?
2408-2413
2453-2455
El séptimo mandamiento prohíbe ante todo el robo, que es
la usurpación del bien ajeno contra la razonable voluntad de su dueño.
Esto sucede también cuando se pagan salarios injustos, cuando se
especula haciendo variar artificialmente el valor de los bienes para
obtener beneficio en detrimento ajeno y cuando se falsifican cheques y
facturas. Prohíbe además cometer fraudes fiscales o comerciales y
ocasionar voluntariamente un daño a las propiedades privadas o públicas.
Prohíbe igualmente la usura, la corrupción, el abuso privado de bienes
sociales, los trabajos culpablemente mal realizados y el despilfarro.
509. ¿Cuál es el contenido de la doctrina social de
la Iglesia?
2419-2423
La doctrina social de la Iglesia, como desarrollo
orgánico de la verdad del Evangelio acerca de la dignidad de la persona
humana y sus dimensiones sociales, contiene principios de reflexión,
formula criterios de juicio y ofrece normas y orientaciones para la
acción
510. ¿Cuándo interviene la Iglesia en materia social?
2420
2458
La Iglesia interviene emitiendo un juicio moral en
materia económica y social, cuando lo exigen los derechos fundamentales
de la persona, el bien común o la salvación de las almas.
511. ¿Cómo ha de ejercerse la vida social y
económica?
2459
La vida social y económica ha de ejercerse según los
propios métodos, en el ámbito del orden moral, al servicio del hombre en
su integridad y de toda la comunidad humana, en el respeto a la justicia
social. La vida social y económica debe tener al hombre como autor,
centro y fin.
512. ¿Qué se opone a la doctrina social de la
Iglesia?
2424-2425
Se oponen a la doctrina social de la Iglesia los
sistemas económicos y sociales que sacrifican los derechos fundamentales
de las personas, o que hacen del lucro su regla exclusiva y fin último.
Por eso la Iglesia rechaza las ideologías asociadas, en los tiempos
modernos, al «comunismo» u otras formas ateas y totalitarias de
«socialismo». Rechaza también, en la práctica del «capitalismo», el
individualismo y la primacía absoluta de las leyes del mercado sobre el
trabajo humano.
513. ¿Qué significado tiene el trabajo para el
hombre?
2426-2428
2460-2461
Para el hombre, el trabajo es un deber y un derecho,
mediante el cual colabora con Dios Creador. En efecto, trabajando con
empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades inscritas en
su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos recibidos;
procura su sustento y el de su familia y sirve a la comunidad humana.
Por otra parte, con la gracia de Dios, el trabajo puede ser un medio de
santificación y de colaboración con Cristo para la salvación de los
demás.
514. ¿A qué tipo de trabajo tiene derecho toda
persona?
2429,
2433-2434
El acceso a un trabajo seguro y honesto debe estar
abierto a todos, sin discriminación injusta, dentro del respeto a la
libre iniciativa económica y a una equitativa distribución.
515. ¿Cuál es la responsabilidad del Estado con
respecto al trabajo?
2431
Compete al Estado procurar la seguridad sobre las
garantías de las libertades individuales y de la propiedad, además de un
sistema monetario estable y de unos servicios públicos eficientes; y
vigilar y encauzar el ejercicio de los derechos humanos en el sector
económico. Teniendo en cuenta las circunstancias, la sociedad debe
ayudar a los ciudadanos a encontrar trabajo.
516. ¿Qué compete a los dirigentes de empresa?
2432
Los dirigentes de las empresas tienen la responsabilidad
económica y ecológica de sus operaciones. Están obligados a considerar
el bien de las personas y no solamente el aumento de las ganancias,
aunque éstas son necesarias para asegurar las inversiones, el futuro de
las empresas, los puestos de trabajo y el buen funcionamiento de la vida
económica.
517. ¿Qué deberes tienen los trabajadores?
2435
Los trabajadores deben cumplir con su trabajo en
conciencia, con competencia y dedicación, tratando de resolver los
eventuales conflictos mediante el diálogo. El recurso a la huelga no
violenta es moralmente legítimo cuando se presenta como el instrumento
necesario, en vistas a unas mejoras proporcionadas y teniendo en cuenta
el bien común.
518. ¿Cómo se realiza la justicia y la solidaridad
entre las naciones?
2437-2441
En el plano internacional, todas las naciones e
instituciones deben obrar con solidaridad y subsidiaridad, a fin de
eliminar, o al menos reducir, la miseria, la desigualdad de los recursos
y de los medios económicos, las injusticias económicas y sociales, la
explotación de las personas, la acumulación de las deudas de los países
pobres y los mecanismos perversos que obstaculizan el desarrollo de los
países menos desarrollados.
519. ¿De qué modo participan los cristianos en la
vida política y social?
2442
Los fieles cristianos laicos intervienen directamente en
la vida política y social, animando con espíritu cristiano las
realidades temporales, y colaborando con todos como auténticos testigos
del Evangelio y constructores de la paz y de la justicia.
520. ¿En qué se inspira el amor a los pobres?
2443-2449
2462-2463
El amor a los pobres se inspira en el Evangelio de las
bienaventuranzas y en el ejemplo de Jesús en su constante atención a los
pobres. Jesús dijo: «Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más
pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25, 40). El amor a los pobres
se realiza mediante la lucha contra la pobreza material, y también
contra las numerosas formas de pobreza cultural, moral y religiosa. Las
obras de misericordia espirituales y corporales, así como las numerosas
instituciones benéficas a lo largo de los siglos, son un testimonio
concreto del amor preferencial por los pobres que caracteriza a los
discípulos de Jesús.
OCTAVO MANDAMIENTO:
NO DARÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS
521. ¿Qué deberes tiene el hombre hacia la verdad?
2462-2470
2504
Toda persona está llamada a la sinceridad y a la
veracidad en el hacer y en el hablar. Cada uno tiene el deber de buscar
la verdad y adherirse a ella, ordenando la propia vida según las
exigencias de la verdad. En Jesucristo, la verdad de Dios se ha
manifestado íntegramente: Él es la Verdad. Quien le sigue vive en
el Espíritu de la verdad, y rechaza la doblez, la simulación y la
hipocresía.
522. ¿Cómo se da testimonio de la verdad?
2471-2474
2505-2506
El cristiano debe dar testimonio de la verdad evangélica
en todos los campos de su actividad pública y privada; incluso con el
sacrificio, si es necesario, de la propia vida. El martirio es el
testimonio supremo de la verdad de la fe.
523.¿Qué prohíbe el octavo mandamiento?
2475-2487
2507-2509
El octavo mandamiento prohíbe:
1) El falso testimonio, el perjurio y la mentira,
cuya gravedad se mide según la naturaleza de la verdad que deforma,
de las circunstancias, de las intenciones del mentiroso y de los
daños ocasionados a las víctimas.
2) El juicio temerario, la maledicencia, la
difamación y la calumnia, que perjudican o destruyen la
buena reputación y el honor, a los que tiene derecho toda persona.
3) El halago, la adulación o la complacencia,
sobre todo si están orientados a pecar gravemente o para lograr
ventajas ilícitas.
Una culpa cometida contra la verdad debe ser reparada, si ha causado
daño a otro.
524. ¿Qué exige el octavo mandamiento?
2488-2492
2510-2511
El octavo mandamiento exige el respeto a la verdad,
acompañado de la discreción de la caridad: en la comunicación y
en la información, que deben valorar el bien personal y común, la
defensa de la vida privada y el peligro del escándalo; en la reserva de
los secretos profesionales, que han de ser siempre guardados,
salvo en casos excepcionales y por motivos graves y proporcionados.
También se requiere el respeto a las confidencias hechas bajo la
exigencia de secreto.
525. ¿Cuál debe ser el uso de los medios de
comunicación social?
2493-2499
2512
La información a través de los medios de comunicación
social debe estar al servicio del bien común, y debe ser siempre veraz
en su contenido e íntegra, salvando la justicia y la caridad. Debe
también expresarse de manera honesta y conveniente, respetando
escrupulosamente las leyes morales, los legítimos derechos y la dignidad
de las personas.
526. ¿Qué relación existe entre la verdad, la belleza
y el arte sacro?
2500-2503
2513
La verdad es bella por sí misma. Supone el esplendor de
la belleza espiritual. Existen, más allá de la palabra, numerosas formas
de expresión de la verdad, en particular en las obras de arte. Son fruto
de un talento donado por Dios y del esfuerzo del hombre. El arte
sacro, para ser bello y verdadero, debe evocar y glorificar el
Misterio del Dios manifestado en Cristo, y llevar a la adoración y al
amor de Dios Creador y Salvador, excelsa Belleza de Verdad y Amor.
NOVENO MANDAMIENTO:
NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS
527. ¿Qué exige el noveno mandamiento?
2514-2516
2528-2530
El noveno mandamiento exige vencer la concupiscencia
carnal en los pensamientos y en los deseos. La lucha contra esta
concupiscencia supone la purificación del corazón y la práctica de la
virtud de la templanza.
528. ¿Qué prohíbe el noveno mandamiento?
2517-2519
2531-2532
El noveno mandamiento prohíbe consentir pensamientos y
deseos relativos a acciones prohibidas por el sexto mandamiento.
529. ¿Cómo se llega a la pureza del corazón?
2520
El bautizado, con la gracia de Dios y luchando contra
los deseos desordenados, alcanza la pureza del corazón mediante la
virtud y el don de la castidad, la pureza de intención, la pureza de la
mirada exterior e interior, la disciplina de los sentimientos y de la
imaginación, y con la oración.
530.¿Qué otras cosas exige la pureza?
2521-2527
2533
La pureza exige el pudor, que, preservando la
intimidad de la persona, expresa la delicadeza de la castidad y regula
las miradas y gestos, en conformidad con la dignidad de las personas y
con la relación que existe entre ellas. El pudor libera del difundido
erotismo y mantiene alejado de cuanto favorece la curiosidad morbosa.
Requiere también una purificación del ambiente social, mediante
la lucha constante contra la permisividad de las costumbres, basada en
un erróneo concepto de la libertad humana.
DÉCIMO MANDAMIENTO:
NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS
531. ¿Qué manda y qué prohíbe el décimo mandamiento?
2534-2540
2551-2554
Este mandamiento, que complementa al precedente, exige
una actitud interior de respeto en relación con la propiedad ajena, y
prohíbe la avaricia, el deseo desordenado de los bienes de
otros y la envidia, que consiste en la tristeza experimentada
ante los bienes del prójimo y en el deseo desordenado de apropiarse de
los mismos.
532. ¿Qué exige Jesús con la pobreza del corazón?
2544-2547
2556
Jesús exige a sus discípulos que le antepongan a Él
respecto a todo y a todos. El desprendimiento de las riquezas –según el
espíritu de la pobreza evangélica– y el abandono a la providencia de
Dios, que nos libera de la preocupación por el mañana, nos preparan para
la bienaventuranza de «los pobres de espíritu, porque de ellos es el
Reino de los Cielos» (Mt 5, 3).
533. ¿Cuál es el mayor deseo del hombre?
2548-2550
2557
El mayor deseo del hombre es ver a Dios. Éste es el
grito de todo su ser: «¡Quiero ver a Dios!». El hombre, en efecto,
realiza su verdadera y plena felicidad en la visión y en la
bienaventuranza de Aquel que lo ha creado por amor, y lo atrae hacia sí
en su infinito amor.
«El que ve a Dios obtiene todos los bienes que se
pueden concebir» (San Gregorio de Nisa).
CUARTA PARTE
LA ORACIÓN CRISTIANA
PRIMERA SECCIÓN
LA ORACIÓN
EN LA VIDA CRISTIANA
534. ¿Qué es la oración?
2558-2565
2590
La oración es la elevación del alma a Dios o la petición
a Éste de bienes conformes a su voluntad. La oración es siempre un don
de Dios que sale al encuentro del hombre. La oración cristiana es
relación personal y viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente
bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo, que habita en sus
corazones.
CAPÍTULO PRIMERO
LA REVELACIÓN DE
LA ORACIÓN
535. ¿Por qué existe una vocación universal a la
oración?
2566-2567
2591
Existe una vocación universal a la oración, porque Dios,
por medio de la creación, llama a todo ser desde la nada; e incluso
después de la caída, el hombre sigue siendo capaz de reconocer a su
Creador, conservando el deseo de Aquel que le ha llamado a la
existencia. Todas las religiones y, de modo particular, toda la historia
de la salvación, dan testimonio de este deseo de Dios por parte del
hombre; pero es Dios quien primero e incesantemente atrae a todos al
encuentro misterioso de la oración.
LA REVELACIÓN DE LA ORACIÓN
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
536. ¿En qué sentido Abraham es un modelo de oración?
2570-2573
2592
Abraham es un modelo de oración porque camina en la
presencia de Dios, le escucha y obedece. Su oración es un combate de la
fe porque, aún en los momentos de prueba, él continúa creyendo que Dios
es fiel. Aún más, después de recibir en su propia tienda la visita del
Señor que le confía sus designios, Abraham se atreve a interceder con
audaz confianza por los pecadores.
537. ¿Cómo oraba Moisés?
2574-2577
2593
La oración de Moisés es modelo de la oración
contemplativa: Dios, que llama a Moisés desde la zarza ardiente,
conversa frecuente y largamente con él «cara a cara, como habla un
hombre con su amigo» (Ex 33, 11). De esta intimidad con Dios,
Moisés saca la fuerza para interceder con tenacidad a favor del pueblo;
su oración prefigura así la intercesión del único mediador, Cristo
Jesús.
538. ¿Qué relaciones tienen en el Antiguo Testamento
el templo y el rey con la oración?
2578-2580
2594
A la sombra de la morada de Dios –el Arca de la Alianza
y más tarde el Templo– se desarrolla la oración del Pueblo de Dios bajo
la guía de sus pastores. Entre ellos, David es el rey «según el corazón
de Dios» (cf Hch 13, 22), el pastor que ora por su pueblo. Su
oración es un modelo para la oración del pueblo, puesto que es adhesión
a la promesa divina, y confianza plena de amor, en Aquél que es el solo
Rey y Señor.
539. ¿Qué papel desempeña la oración en la misión de
los profetas?
2581-2584
Los profetas sacan de la oración luz y fuerza para
exhortar al pueblo a la fe y a la conversión del corazón: entran en una
gran intimidad con Dios e interceden por los hermanos, a quienes
anuncian cuanto han visto y oído del Señor. Elías es el padre de los
profetas, de aquellos que buscan el Rostro de Dios. En el monte Carmelo,
obtiene el retorno del pueblo a la fe gracias a la intervención de Dios,
al que Elías suplicó así: «¡Respóndeme, Señor, respóndeme!» (1R
18, 37).
540. ¿Cuál es la importancia de los Salmos en la
oración?
2579
2585-2589
2596-2597
Los Salmos son el vértice de la oración en el Antiguo
Testamento: la Palabra de Dios se convierte en oración del hombre.
Indisociablemente individual y comunitaria, esta oración, inspirada por
el Espíritu Santo, canta las maravillas de Dios en la creación y en la
historia de la salvación. Cristo ha orado con los Salmos y los ha
llevado a su cumplimiento. Por esto, siguen siendo un elemento esencial
y permanente de la oración de la Iglesia, que se adaptan a los hombres
de toda condición y tiempo.
LA ORACIÓN ES PLENAMENTE
REVELADA
Y REALIZADA EN JESÚS
541. ¿De quién aprendió Jesús a orar?
2599
2620
Conforme a su corazón de hombre, Jesús aprendió a orar
de su madre y de la tradición judía. Pero su oración brota de una fuente
más secreta, puesto que es el Hijo de Dios que, en su humanidad santa,
dirige a su Padre la oración filial perfecta.
542. ¿Cuándo oraba Jesús?
2600-2604
2620
El Evangelio muestra frecuentemente a Jesús en oración.
Lo vemos retirarse en soledad, con preferencia durante la noche; ora
antes de los momentos decisivos de su misión o de la misión de sus
apóstoles. De hecho toda la vida de Jesús es oración, pues está en
constante comunión de amor con el Padre.
543. ¿Cómo oró Jesús en su pasión?
2605-2606
2620
La oración de Jesús durante su agonía en el huerto de
Getsemaní y sus últimas palabras en la cruz revelan la profundidad de su
oración filial: Jesús lleva a cumplimiento el designio amoroso del
Padre, y toma sobre sí todas las angustias de la humanidad, todas las
súplicas e intercesiones de la historia de la salvación; las presenta al
Padre, quien las acoge y escucha, más allá de toda esperanza,
resucitándolo de entre los muertos.
544. ¿Cómo nos enseña Jesús a orar?
2607-2614
2621
Jesús nos enseña a orar no sólo con la oración del
Padre nuestro, sino también cuando Él mismo ora. Así, además del
contenido, nos enseña las disposiciones requeridas por una verdadera
oración: la pureza del corazón, que busca el Reino y perdona a los
enemigos; la confianza audaz y filial, que va más allá de lo que
sentimos y comprendemos; la vigilancia, que protege al discípulo de la
tentación.
545. ¿Porqué es eficaz nuestra oración?
2615-2616
Nuestra oración es eficaz porque está unida mediante la
fe a la oración de Jesús. En Él la oración cristiana se convierte en
comunión de amor con el Padre; podemos presentar nuestras peticiones a
Dios y ser escuchados: «Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea
colmado» (Jn 16, 24).
546. ¿Cómo oraba la Virgen María?
2617;2622
2618;2674
2679
La oración de María se caracteriza por su fe y por la
ofrenda generosa de todo su ser a Dios. La Madre de Jesús es también la
Nueva Eva, la «Madre de los vivientes» (cf Gn 3, 20): Ella ruega
a Jesús, su Hijo, por las necesidades de los hombres.
547. ¿Existe en el Evangelio una oración de María?
2619
Además de la intercesión de María en Caná de Galilea, el
Evangelio nos entrega el Magnificat (Lc 1, 46-55), que es
el cántico de la Madre de Dios y el de la Iglesia, la acción de gracias
gozosa, que sube desde el corazón de los pobres porque su esperanza se
realiza en el cumplimiento de las promesas divinas.
LA ORACIÓN EN EL TIEMPO DE LA
IGLESIA
548. ¿Cómo oraba la primera comunidad cristiana de
Jerusalén?
2623-2624
Al comienzo del libro de los Hechos de los Apóstoles, se
narra que en la primera comunidad de Jerusalén, educada por el Espíritu
Santo en la vida de oración, los creyentes «acudían asiduamente a las
enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a
las oraciones» (Hch 2, 42).
549. ¿Cómo interviene el Espíritu Santo en la oración
de la Iglesia?
2623. 2625
El Espíritu Santo, Maestro interior de la oración
cristiana, educa a la Iglesia en la vida de oración, y le hace entrar
cada vez con mayor profundidad en la contemplación y en la unión con el
insondable misterio de Cristo. Las formas de oración, tal como las
revelan los escritos apostólicos y canónicos, siguen siendo normativas
para la oración cristiana.
550. ¿Cuáles son las formas esenciales de oración
cristiana?
2643-2644
Las formas esenciales de oración cristiana son la
bendición y la adoración, la oración de petición y de intercesión, la
acción de gracias y la alabanza. La Eucaristía contiene y expresa todas
las formas de oración.
551. ¿Qué es la bendición?
2626-2627
2645
La bendición es la respuesta agradecida del hombre a los
dones de Dios: nosotros bendecimos al Todopoderoso, quien primeramente
nos bendice y colma con sus dones.
552. ¿Cómo se puede definir la adoración?
2628
La adoración es la prosternación del hombre, que
se reconoce criatura ante su Creador tres veces santo.
553. ¿Cuáles son las diversas formas de la oración de
petición?
2629-2633
2646
La oración de petición puede adoptar diversas formas:
petición de perdón o también súplica humilde y confiada por todas
nuestras necesidades espirituales y materiales; pero la primera realidad
que debemos desear es la llegada del Reino de Dios.
554. ¿En qué consiste la intercesión?
2634-2636
2647
La intercesión consiste en pedir en favor de otro. Esta
oración nos une y conforma con la oración de Jesús, que intercede ante
el Padre por todos los hombres, en particular por los pecadores. La
intercesión debe extenderse también a los enemigos.
555. ¿Cuándo se da gracias a Dios?
2637-2638
2648
La Iglesia da gracias a Dios incesantemente, sobre todo
cuando celebra la Eucaristía, en la cual Cristo hace partícipe a la
Iglesia de su acción de gracias al Padre. Todo acontecimiento se
convierte para el cristiano en motivo de acción de gracias.
556. ¿Qué es la oración de alabanza?
2639-2643
2649
La alabanza es la forma de oración que, de manera más
directa, reconoce que Dios es Dios; es totalmente desinteresada: canta a
Dios por sí mismo y le da gloria por lo que Él es.
CAPÍTULO SEGUNDO
LA TRADICIÓN DE
LA ORACIÓN
557. ¿Cuál es la importancia de la Tradición respecto
a la oración?
2650-2651
A través de la Tradición viva, es como en la Iglesia el
Espíritu Santo enseña a orar a los hijos de Dios. En efecto, la oración
no se reduce a la manifestación espontánea de un impulso interior, sino
que implica contemplación, estudio y comprensión de las realidades
espirituales que se experimentan.
FUENTES DE LA ORACIÓN
558. ¿Cuáles son las fuentes de la oración cristiana?
2652-2662
2658
Las fuentes de la oración cristiana son: la Palabra
de Dios, que nos transmite «la ciencia suprema de Cristo» (Flp
3, 8); la Liturgia de la Iglesia, que anuncia, actualiza y
comunica el misterio de la salvación; las virtudes teologales;
las situaciones cotidianas, porque en ellas podemos encontrar a
Dios.
«Te amo, Señor, y la única gracia que te pido es
amarte eternamente. Dios mío, si mi lengua no puede decir en todos
los momentos que te amo, quiero que mi corazón te lo repita cada vez
que respiro» (San Juan María Vianney).
EL CAMINO DE LA ORACIÓN
559. ¿Hay en la Iglesia diversos caminos de oración?
2663
En la Iglesia hay diversos caminos de oración, según los
diversos contextos históricos, sociales y culturales. Corresponde al
Magisterio discernir la fidelidad de estos caminos a la tradición de la
fe apostólica, y compete a los pastores y catequistas explicar su
sentido, que se refiere siempre a Jesucristo.
560. ¿Cuál es el camino de nuestra oración?
2664
2680-2681
El camino de nuestra oración es Cristo, porque ésta se
dirige a Dios nuestro Padre pero llega a Él sólo si, al menos
implícitamente, oramos en el Nombre de Jesús. Su humanidad es, pues, la
única vía por la que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro
Padre. Por esto las oraciones litúrgicas concluyen con la fórmula: «Por
Jesucristo nuestro Señor».
561. ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en la
oración?
2670-2672
2680-2681
Puesto que el Espíritu Santo es el Maestro interior de
la oración cristiana y «nosotros no sabemos pedir como conviene» (Rm
8, 26), la Iglesia nos exhorta a invocarlo e implorarlo en toda ocasión:
«¡Ven, Espíritu Santo!».
562. ¿En qué sentido es mariana la oración cristiana?
2673-2679
2682
En virtud de la singular cooperación de María con la
acción del Espíritu Santo, la Iglesia ama rezar a María y orar con
María, la orante perfecta, para alabar e invocar con Ella al Señor. Pues
María, en efecto, nos «muestra el camino» que es su Hijo, el único
Mediador.
563. ¿Cómo reza la Iglesia a María?
2676-2678
2682
La Iglesia reza a María, ante todo, con el Ave María,
oración con la que la Iglesia pide la intercesión de la Virgen. Otras
oraciones marianas son el Rosario, el himno Acáthistos, la
Paraclisis, los himnos y cánticos de las diversas tradiciones
cristianas.
MAESTROS DE ORACIÓN
564. ¿De qué modo los santos son maestros de la
oración?
2683-2684
2692-2693
Los santos son para los cristianos modelos de oración, y
a ellos les pedimos también que intercedan, ante la Santísima Trinidad,
por nosotros y por el mundo entero; su intercesión es el más alto
servicio que prestan al designio de Dios. En la comunión de los santos,
a lo largo de la historia de la Iglesia, se han desarrollado diversos
tipos de espiritualidad, que enseñan a vivir y a practicar la
oración.
565. ¿Quién puede enseñar a rezar?
2685-2690
2694-2695
La familia cristiana constituye el primer ámbito de
educación a la oración. Hay que recomendar de manera particular la
oración cotidiana en familia, pues es el primer testimonio de vida de
oración de la Iglesia. La catequesis, los grupos de oración, la
«dirección espiritual» son una escuela y una ayuda para la oración.
566. ¿Cuáles son los lugares favorables para la
oración?
2691
2696
Se puede orar en cualquier sitio, pero elegir bien el
lugar tiene importancia para la oración. El templo es el lugar propio de
la oración litúrgica y de la adoración eucarística; también otros
lugares ayudan a orar, como «un rincón de oración» en la casa familiar,
un monasterio, un santuario.
CAPÍTULO TERCERO
LA VIDA DE ORACIÓN
567. ¿Qué momentos son los más indicados para la
oración?
2697-2698
2720
Todos los momentos son indicados para la oración, pero
la Iglesia propone a los fieles ritmos destinados a alimentar la oración
continua: oración de la mañana y del atardecer, antes y después de las
comidas, la Liturgia de la Horas, la Eucaristía dominical, el Santo
Rosario, las fiestas del año litúrgico.
«Es necesario acordarse de Dios más a menudo que
de respirar» (San Gregorio Nacianceno).
568. ¿Cuáles son las expresiones de la vida de
oración?
2697-2699
La tradición cristiana ha conservado tres modos
principales de expresar y vivir la oración: la oración vocal, la
meditación y la oración contemplativa. Su rasgo común es el recogimiento
del corazón.
LAS EXPRESIONES DE LA ORACIÓN
569. ¿En qué se caracteriza la oración vocal?
2700-2704
2722
La oración vocal asocia el cuerpo a la oración interior
del corazón; incluso quien practica la más interior de las oraciones no
podría prescindir del todo en su vida cristiana de la oración vocal. En
cualquier caso, ésta debe brotar siempre de una fe personal. Con el
Padre nuestro, Jesús nos ha enseñado una fórmula perfecta de oración
vocal.
570. ¿Qué es la meditación?
2705-2708
2723
La meditación es una reflexión orante, que parte sobre
todo de la Palabra de Dios en la Biblia; hace intervenir a la
inteligencia, la imaginación, la emoción, el deseo, para profundizar
nuestra fe, convertir el corazón y fortalecer la voluntad de seguir a
Cristo; es una etapa preliminar hacia la unión de amor con el Señor.
571. ¿Qué es la oración contemplativa?
2709-2719
2724
2739-2741
La oración contemplativa es una mirada sencilla a Dios
en el silencio y el amor. Es un don de Dios, un momento de fe pura,
durante el cual el que ora busca a Cristo, se entrega a la voluntad
amorosa del Padre y recoge su ser bajo la acción del Espíritu. Santa
Teresa de Jesús la define como una íntima relación de amistad: «estando
muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama».
EL COMBATE DE LA ORACIÓN
572. ¿Por qué la oración es un combate?
2725
La oración es un don de la gracia, pero presupone
siempre una respuesta decidida por nuestra parte, pues el que ora
combate contra sí mismo, contra el ambiente y, sobre todo, contra el
Tentador, que hace todo lo posible para apartarlo de la oración. El
combate de la oración es inseparable del progreso en la vida espiritual:
se ora como se vive, porque se vive como se ora.
573. ¿Cuáles son las objeciones a la oración?
2726-2728
2752-2753
Además de los conceptos erróneos sobre la oración,
muchos piensan que no tienen tiempo para orar o que es inútil orar.
Quienes oran pueden desalentarse frente a las dificultades o los
aparentes fracasos. Para vencer estos obstáculos son necesarias la
humildad, la confianza y la perseverancia.
574. ¿Cuáles son las dificultades para la oración?
2729-2733
2754-2755
La dificultad habitual para la oración es la
distracción, que separa de la atención a Dios, y puede incluso
descubrir aquello a lo que realmente estamos apegados. Nuestro corazón
debe entonces volverse a Dios con humildad. A menudo la oración se ve
dificultada por la sequedad, cuya superación permite adherirse en
la fe al Señor incluso sin consuelo sensible. La acedía es una
forma de pereza espiritual, debida al relajamiento de la vigilancia y al
descuido de la custodia del corazón.
575. ¿Cómo fortalecer nuestra confianza filial?
2734-2741
2756
La confianza filial se pone a prueba cuando pensamos que
no somos escuchados. Debemos preguntarnos, entonces, si Dios es para
nosotros un Padre cuya voluntad deseamos cumplir, o más bien un simple
medio para obtener lo que queremos. Si nuestra oración se une a la de
Jesús, sabemos que Él nos concede mucho más que este o aquel don, pues
recibimos al Espíritu Santo, que transforma nuestro corazón.
576. ¿Es posible orar en todo momento?
2742-2745
2757
Orar es siempre posible, pues el tiempo del cristiano es
el tiempo de Cristo resucitado, que está con nosotros «todos los días» (Mt
28, 20). Oración y vida cristiana son, por ello, inseparables.
«Es posible, incluso en el mercado o en un paseo
solitario, hacer una frecuente y fervorosa oración. Sentados en
vuestra tienda, comprando o vendiendo, o incluso haciendo la cocina»
(San Juan Crisóstomo).
577. ¿Cuál es la oración de la Hora de Jesús?
2604
2746-2751
2758
Se llama la oración de la Hora de Jesús a la
oración sacerdotal de Éste en la Última Cena. Jesús, Sumo Sacerdote de
la Nueva Alianza, dirige su oración al Padre cuando llega la Hora
de su «paso» a Dios, la Hora de su sacrificio.
SEGUNDA SECCIÓN
LA ORACIÓN
DEL SEÑOR:
PADRE NUESTRO
Padre
nuestro
Padre nuestro que estás en el
cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén. |
Pater
Noster
Pater noster qui es in caelis:
sanctificetur Nomen Tuum;
advéniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum
quotidianum da nobis hodie;
et dimite nobis debita nostra,
sicut et nos
dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amen |
578. ¿Cuál es el origen de la oración del Padre
nuestro?
2759-2760
2773
Jesús nos enseñó esta insustituible oración cristiana,
el Padre nuestro, un día en el que un discípulo, al verle orar,
le rogó: «Maestro, enséñanos a orar» (Lc 11, 1). La tradición
litúrgica de la Iglesia siempre ha usado el texto de San Mateo (6,
9-13).
«LA SÍNTESIS DE TODO EL
EVANGELIO»
579. ¿Qué lugar ocupa el Padre nuestro en las
Escrituras?
2761-2764
2774
El Padre nuestro es «el resumen de todo el
Evangelio» (Tertuliano); «es la más perfecta de todas las oraciones»
(Santo Tomás de Aquino). Situado en el centro del Sermón de la Montaña (Mt
5-7), recoge en forma de oración el contenido esencial del Evangelio.
580. ¿Por qué se le llama «la oración del Señor»?
2765-2766
2775
Al Padre nuestro se le llama «Oración dominical»,
es decir «la oración del Señor», porque nos la enseñó el mismo Jesús,
nuestro Señor.
581. ¿Qué lugar ocupa el Padre Nuestro en la oración
de la Iglesia?
2767-2772
2776
Oración por excelencia de la Iglesia, el Padre
nuestro es «entregado» en el Bautismo, para manifestar el nacimiento
nuevo a la vida divina de los hijos de Dios. La Eucaristía revela el
sentido pleno del Padre nuestro, puesto que sus peticiones,
fundándose en el misterio de la salvación ya realizado, serán plenamente
atendidas con la Segunda venida del Señor. El Padre nuestro es
parte integrante de la Liturgia de las Horas.
«PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN
EL CIELO»
582. ¿Por qué podemos acercarnos al Padre con plena
confianza?
2777-2778
2797
Podemos acercarnos al Padre con plena confianza, porque
Jesús, nuestro Redentor, nos introduce en la presencia del Padre, y su
Espíritu hace de nosotros hijos de Dios. Por ello, podemos rezar el
Padre nuestro con confianza sencilla y filial, gozosa seguridad y
humilde audacia, con la certeza de ser amados y escuchados.
583. ¿Cómo es posible invocar a Dios como «Padre»?
2779-2785
2789
2798-2800
Podemos invocar a Dios como «Padre», porque el Hijo de
Dios hecho hombre nos lo ha revelado, y su Espíritu nos lo hace conocer.
La invocación del Padre nos hace entrar en su misterio con asombro
siempre nuevo, y despierta en nosotros el deseo de un comportamiento
filial. Por consiguiente, con la oración del Señor, somos conscientes de
ser hijos del Padre en el Hijo.
584. ¿Por qué decimos Padre «nuestro»?
2786-2790
2801
«Nuestro» expresa una relación con Dios
totalmente nueva. Cuando oramos al Padre, lo adoramos y lo glorificamos
con el Hijo y el Espíritu. En Cristo, nosotros somos su pueblo, y Él es
nuestro Dios, ahora y por siempre. Decimos, de hecho, Padre
«nuestro», porque la Iglesia de Cristo es la comunión de una multitud de
hermanos, que tienen «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4,
32).
585. ¿Con qué espíritu de comunión y de misión nos
dirigimos a Dios como Padre «nuestro»?
2791-2793
2801
Dado que el Padre nuestro es un bien común de los
bautizados, éstos sienten la urgente llamada a participar en la oración
de Jesús por la unidad de sus discípulos. Rezar el Padre nuestro
es orar con todos los hombres y en favor de la entera humanidad, a fin
de que todos conozcan al único y verdadero Dios y se reúnan en la
unidad.
586 ¿Qué significa la expresión «que estás en el
cielo»?
2794-2796
2802
La expresión bíblica «cielo» no indica un lugar sino un
modo de ser: Dios está más allá y por encima de todo; la expresión
designa la majestad, la santidad de Dios, y también su presencia en el
corazón de los justos. El cielo, o la casa del Padre, constituye la
verdadera patria hacia la que tendemos en la esperanza, mientras nos
encontramos aún en la tierra. Vivimos ya en esta patria, donde nuestra
«vida está oculta con Cristo en Dios» (Col 3, 3).
LAS SIETE PETICIONES
587. ¿Cómo está compuesta la oración del Señor?
2803-2806
2857
La oración del Señor contiene siete peticiones a Dios
Padre. Las tres primeras, más teologales, nos atraen hacia Él, para su
gloria, pues lo propio del amor es pensar primeramente en Aquel que
amamos. Estas tres súplicas sugieren lo que, en particular, debemos
pedirle: la santificación de su Nombre, la venida de su Reino y la
realización de su voluntad. Las cuatro últimas peticiones presentan al
Padre de misericordia nuestras miserias y nuestras esperanzas: le piden
que nos alimente, que nos perdone, que nos defienda ante la tentación y
nos libre del Maligno.
588. ¿Qué significa «Santificado sea tu Nombre»?
2807-2812
2858
Santificar el Nombre de Dios es, ante todo, una alabanza
que reconoce a Dios como Santo. En efecto, Dios ha revelado su santo
Nombre a Moisés, y ha querido que su pueblo le fuese consagrado como una
nación santa en la que Él habita.
589. ¿Cómo se santifica el Nombre de Dios en nosotros
y en el mundo?
2813-2815
Santificar el Nombre de Dios, que «nos llama a la
santidad» (1Ts 4, 7), es desear que la consagración bautismal
vivifique toda nuestra vida. Asimismo, es pedir que, con nuestra vida y
nuestra oración, el Nombre de Dios sea conocido y bendecido por todos
los hombres.
590. ¿Qué pide la Iglesia cuando suplica «Venga a
nosotros tu Reino»?
2816-2821
2859
La Iglesia invoca la venida final del Reino de Dios,
mediante el retorno de Cristo en la gloria. Pero la Iglesia ora también
para que el Reino de Dios crezca aquí ya desde ahora, gracias a la
santificación de los hombres en el Espíritu y al compromiso de éstos al
servicio de la justicia y de la paz, según las Bienaventuranzas. Esta
petición es el grito del Espíritu y de la Esposa: «Ven, Señor Jesús» (Ap
22, 20).
591. ¿Por qué pedimos «Hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo»?
2822-2827
2860
La voluntad del Padre es que «todos los hombres se
salven» (1Tm 2, 4). Para esto ha venido Jesús: para cumplir
perfectamente la Voluntad salvífica del Padre. Nosotros pedimos a Dios
Padre que una nuestra voluntad a la de su Hijo, a ejemplo de María
Santísima y de los santos. Le pedimos que su benevolente designio se
realice plenamente sobre la tierra, como se ha realizado en el cielo.
Por la oración, podemos «distinguir cuál es la voluntad de Dios» (Rm
12, 2), y obtener «constancia para cumplirla» (Hb 10, 36).
592. ¿Cuál es el sentido de la petición «Danos hoy
nuestro pan de cada día»?
2828-2834
2861
Al pedir a Dios, con el confiado abandono de los hijos,
el alimento cotidiano necesario a cada cual para su subsistencia,
reconocemos hasta qué punto Dios Padre es bueno, más allá de toda
bondad. Le pedimos también la gracia de saber obrar, de modo que la
justicia y la solidaridad permitan que la abundancia de los unos cubra
las necesidades de los otros.
593. ¿Cuál es el sentido específicamente cristiano de
esta petición?
2835-2837
2861
Puesto que «no sólo de pan vive el hombre, sino de todo
lo que sale de la boca de Dios» (Mt 4, 4), la petición sobre el
pan cotidiano se refiere igualmente al hambre de la Palabra de Dios
y del Cuerpo de Cristo, recibido en la Eucaristía, así como al
hambre del Espíritu Santo. Lo pedimos, con una confianza
absoluta, para hoy, el hoy de Dios: y esto se nos concede, sobre
todo, en la Eucaristía, que anticipa el banquete del Reino venidero.
594. ¿Por qué decimos «Perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden»?
2838-2839
2862
Al pedir a Dios Padre que nos perdone, nos reconocemos
ante Él pecadores; pero confesamos, al mismo tiempo, su misericordia,
porque, en su Hijo y mediante los sacramentos, «obtenemos la redención,
la remisión de nuestros pecados» (Col 1, 14). Ahora bien, nuestra
petición será atendida a condición de que nosotros, antes, hayamos, por
nuestra parte, perdonado.
595. ¿Cómo es posible el perdón?
2840-2845
2862
La misericordia penetra en nuestros corazones solamente
si también nosotros sabemos perdonar, incluso a nuestros enemigos.
Aunque para el hombre parece imposible cumplir con esta exigencia, el
corazón que se entrega al Espíritu Santo puede, a ejemplo de Cristo,
amar hasta el extremo de la caridad, cambiar la herida en compasión,
transformar la ofensa en intercesión. El perdón participa de la
misericordia divina, y es una cumbre de la oración cristiana.
596. ¿Qué significa «No nos dejes caer en la
tentación»?
2846-2849
2863
Pedimos a Dios Padre que no nos deje solos y a merced de
la tentación. Pedimos al Espíritu saber discernir, por una parte, entre
la prueba, que nos hace crecer en el bien, y la tentación,
que conduce al pecado y a la muerte; y, por otra parte, entre ser
tentado y consentir en la tentación. Esta petición nos une a
Jesús, que ha vencido la tentación con su oración. Pedimos la gracia de
la vigilancia y de la perseverancia final.
597. ¿Por qué concluimos suplicando «Y líbranos del
mal»?
2850-2854
2864
El mal designa la persona de Satanás, que se opone a
Dios y que es «el seductor del mundo entero» (Ap 12, 9). La
victoria sobre el diablo ya fue alcanzada por Cristo; pero nosotros
oramos a fin de que la familia humana sea liberada de Satanás y de sus
obras. Pedimos también el don precioso de la paz y la gracia de la
espera perseverante en el retorno de Cristo, que nos librará
definitivamente del Maligno.
598. ¿Qué significa el Amén final?
2855-2856
2865
«Después, terminada la oración, dices: Amén,
refrendando por medio de este Amén, que significa “Así sea”, lo que
contiene la oración que Dios nos enseñó» (San Cirilo de
Jerusalén).
APÉNDICE
ORACIONES COMUNES
FÓRMULAS
DE DOCTRINA CATÓLICA
ORACIONES COMUNES
Señal de la
Cruz
En el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén. |
Signum
Crucis
In nómine Patris,
et Fílii,
et Spíritus Sancti. Amen |
Gloria al Padre
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
|
Gloria Patri
Glória Patri,
et Fílio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper
et in saecula saeculórum. Amen |
Padre
nuestro
Padre nuestro que estás en el
cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
|
Pater
Noster
Pater noster qui es in caelis:
sanctificetur Nomen Tuum;
advéniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum
quotidianum da nobis hodie;
et dimite nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus
debitoribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amen
|
Ave María
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
|
Ave, Maríæ
Ave, María,
grátia plena,
Dóminus tecum.
Benedícta tu
in muliéribus,
et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta María, Mater Dei,
ora pro nobis peccatóribus,
nunc et in hora mortis nostræ.
Amen. |
Ángel de Dios
Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, defiéndeme
y gobiérname.
Amén.
|
Angele Dei
Ángele Dei,
qui custos es mei,
me, tibi commíssum
pietáte supérna,
illúmina, custódi, rege
et gubérna.
Amen. |
El eterno reposo
Dale Señor el descanso eterno.
Brille para él la luz perpetua.
Descanse en paz. Amén |
Requiem
Æternam
Réquiem aetérnam dona eis, Dómine,
et lux perpétua lúceat eis.
Requiéscant in pace. Amen |
Ángelus
El ángel del Señor anunció a María.
Y concibió
por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
Y el Verbo de Dios se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...
Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo.
Oremos
Infunde, Señor,
tu gracia en nuestras almas,
para que, los que hemos conocido,
por el anuncio del Ángel,
la Encarnación de tu Hijo Jesucristo,
lleguemos por los Méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Gloria al Padre... |
Angelus Domini
Ángelus Dómini nuntiávit María.
Et concépit
de Spíritu Sancto.
Ave, María...
Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave, María...
Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave, María...
Ora pro nobis,
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.
Orémus
Grátiam tuam, quasumus,
Dómine, méntibus nostris infúnde;
ut qui, Angelo nuntiánte,
Christi Fílii tui incarnatiónem
cognóvimus,
per passiónem eius et crucem,
ad resurrectiónis glóriam perducámur.
Per eúndem Christum Dóminum nostrum. Amen.
Glória Patri... |
Regina
Caeli
(en tiempo pascual)
Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar;
aleluya.
Ha resucitado según su palabra;
aleluya.
Ruega al Señor por nosotros;
aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María;
aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor;
aleluya.
Oremos
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría,
concédenos, por intercesión de su Madre,
la Virgen María,
llegar a alcanzar los gozos eterno.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén. |
Regina Caeli
Regina caeli laetáre, allelúia.
Quia quem meruísti portáre,
allelúia.
Resurréxit, sicut dixit,
allelúia.
Ora pro nobis Deum,
allelúia.
Gaude et laetáre, Virgo María,
allelúia.
Quia surréxit Dóminus vere,
allelúia.
Orémus
Deus, qui per resurrectiónem Fílii tui
Dómini nostri Iesu Christi
mundum laetificáre dignátus es,
praesta, quaesumus, ut per eius Genetrícem Vírgínem Maríam perpétuae
capiámus gáudia vitae.
Per Christum Dóminum nostrum.
Amen.
|
Salve Regina
Dios te salve, Reina
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
|
Salve, Regina
Salve, Regina,
Mater misericórdiae,
vita, dulcédo et spes nostra,
salve.
Ad te clamámus,
éxsules fílii Eva.
Ad te suspirámus geméntes
et flentes in hac lacrimárum valle.
Eia ergo, advocáta nostra,
illos tuos misericórdes óculos
ad nos convérte.
Et Iesum benedíctum fructum
ventris tui,
nobis, post hoc exsílium, osténde.
O clemens, o pia,
o dulcis Virgo Maríae!
|
Magnificat
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén. |
Magnificat
Magníficat
ánima mea Dóminum,
et exsultávit spíritus meus
in Deo salvatóre meo,
quia respéxit humilitátem
ancíllae suae.
Ecce enim ex hoc beátam me dicent
omnes generatiónes,
quia fecit mihi magna,
qui potens est,
et sanctum nomen eius,
et misericórdia eius in progénies
et progénies timéntibus eum.
Fecit poténtiam in bráchio suo,
dispérsit supérbos mente cordis sui;
depósuit poténtes de sede
et exaltávit húmiles,
esuriéntes implévit bonis
et dívites dimísit inánes.
Suscépit Ísrael púerum suum,
recordátus misericórdiae,
sicut locútus est ad patres nostros,
Abraham et sémini
eius in sæcula
Glória Patri, et Filio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in principio,
et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum.
Amen.
|
Bajo tu protección
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre
de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
|
Sub tuum
præsidium
Sub tuum præsídium confúgimus,
sancta Dei Génetrix;
nostras deprecatiónes
ne despícias
in necessitátibus;
sed a perículis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriósa et benedícta. |
Benedictus
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza
de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho
desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos
los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que,
libres de temor,
arrancados de la mano
de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia
de nuestro Dios,
nos visitará el sol
que nace de lo alto,
para iluminar
a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén. |
Benedictus
Benedíctus Dóminus, Deus Ísrael,
quia visitávit
et fecit redemptiónem plebi suæ,
et eréxit cornu
salútis nobis
in domo David púeri sui,
sicut locútus
est per os sanctórum,
qui a sæcula sunt,
prophetárum eius,
salútem ex inimícis nostris
et de manu ónmium,
qui odérunt nos;
ad faciéndam misericórdiam
cum pátribus nostris
et memorári testaménti
sui sancti,
iusiurándum, quod iurávit
ad Abraham patrem nostrum,
datúrum se nobis,
ut sine timóre,
de manu inimicórum liberáti,
serviámus illi
in sanctitáte et iustítia coram ipso
ómnibus diébus nostris.
Et tu, puer,
prophéta Altíssimi vocáberis:
praeíbis enim ante fáciem Dómini
paráre vias eius,
ad dandam sciéntiam salútis plebi eius
in remissiónem peccatórum eórum,
Per víscera misericórdiae
Dei nostri,
in quibus visitábit
nos óriens ex alto,
illumináre his,
qui in ténebris
et in umbra mortis sedent,
ad dirigéndos pedes nostros
in viam pacis.
Glória Patri, et Filio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in principio,
et nunc et semper,
eet in sæcula sæculórum.
Amen.
|
Te Deum
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.
|
Te Deum
Te Deum laudámus:
te Dóminum confitémur.
Te aetérnum Patrem,
omnis tema venerátur.
tibi omnes ángeli, tibi caeli
et univérse potestátes:
tibi chérubim et séraphim
incessábili voce proclámant:
Sanctus, Sanctus, Sanctus,
Dóminus Deus Sábaoth.
Pleni sunt caeli et tema
maiestátis glóriae tuae.
Te gloriósus
apostolórum chorus,
te prophetárum laudábilis númerus,
te mártyrum candidátus laudat exércitus.
Te per orbem terrárum
sancta confitétur Ecclésia,
Patrem imménsae maiestátis;
venerándum tuum verum et únicum Fílium; Sanctum quoque Paráclitum Spíritum.
Tu rex glóriae, Christe.
Tu Patris sempitérnus es Fílius.
Tu, ad liberándum susceptúrus
hóminem,
non horruísti Vírginis úterum.
Tu, devícto mortis acúleo,
aperuísti credéntibus regna caelórum.
Tu ad déxteram Dei sedes,
in glória Patris.
Iudex créderis
esse ventúrus.
Te ergo quaésumus,
tuis fámulis súbveni, quos pretióso
sánguine redemísti.
Ætérna fac cum sanctis tuis
in glória numerári.
Salvum fac pópulum tuum, Dómine,
et bénedic hereditáti tuae.
Et rege eos, et extólle illos
usque in aetérnum.
Per síngulos dies benedícimus te;
et laudámus nomen tuum
in sæculum, et in sæculum sæculi.
Dignáre, Dómine,
die isto sine peccáto nos custodíre.
Miserére nostri, Dómine,
miserére nostri.
Fiat misericórdia tua,
Dómine, super nos,
quemádmodum sperávimus in te.
In te, Dómine, sperávi:
non confúndar in aetérnum.
|
Veni Creator
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
llena con tu divina gracia,
los corazones que creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, dedo de la diestra del Padre;
Tú, fiel promesa del Padre;
que inspiras nuestras palabras.
Ilumina nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre,
al Hijo revélanos también;
Creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén. |
Veni,
Creator Spiritus
Veni, Creátor Spíritus,
mentes tuórum vísita,
imple supérna grátia,
quæ tu creásti péctora.
Qui díceris Paráclitus,
altíssimi donum Dei,
fons vivus, ignis, cáritas,
et spiritális únctio.
Tu septifórmis múnere,
dígitus patérnae déxterae,
tu rite promíssum Patris,
sermóne ditans gúttura.
Accénde lumen sénsibus,
infúnde amórem córdibus,
infírma nostri córporis
virtúte firmans pérpeti.
Hostem repéllas lóngius
pacémque dones prótinus;
ductóre sic te praévio
vitémus omne nóxium.
Per Te sciámus da Patrem
noscámus atque Fílium,
teque utriúsque Spíritum
Credámus omni témpore.
Deo Patri sit glória,
et Fílio, qui a mórtuis surréxit,
ac Paráclito,
in sæculórum sæcula.
Amen.
|
Ven Santo Espíritu
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
|
Veni,
Sancte Spiritus
Veni, Sancte Spíritus,
et emítte cælitus lucis
tuæ rádium.
Veni, pater páuperum,
veni, dator múnerum,
veni, lumen córdium.
Consolátor óptime,
dulcis hospes ánimæ,
dulce refrigérium.
In labóre réquies,
in æstu tempéries,
in fletu solácium.
O lux beatíssima,
reple cordis íntima
tuórum fidélium.
Sine tuo númine,
nihil est in hómine
nihil est innóxium.
Lava quod est sórdidum,
riga quod est áridum,
sana quod est sáucium.
Flecte quod est rígidum,
fove quod est frígidum,
rege quod est dévium.
Da tuis fidélibus,
in te confidéntibus,
sacrum septenárium.
Da virtútis méritum,
da salútis éxitum,
da perénne gáudium. Amen.
|
Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén
|
Anima Christi
Ánima Christi, sanctífica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me.
Aqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me.
O bone Iesu, exáudi me.
Intra tua vúlnera abscónde me.
Ne permíttas me separári a te.
Ab hoste maligno defénde me.
In hora mortis meæ voca me.
Et iube me veníre ad te,
ut cum Sanctis tuis laudem te
in sæcula sæculórum.
Amen |
Acordaos
Acordaos,
oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza,
a ti también acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas
y acógelas benignamente. Amén
|
Memorare
Memoráre,
o piíssima Virgo María,
non esse audítum a sæculo,
quemquam ad tua curréntem
præsídia,
tua implorántem auxilia,
tua peténtem suffrágia,
esse derelíctum.
Ego tali animátus confidéntia,
ad te, Virgo Vírginum, Mater,
curro, ad te vénio,
coram te gemens
peccátor assísto.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despícere;
sed áudi propítia et exáudi.
Amen. |
Rosario
Misterios gozosos
(lunes y sábado)
1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación de Jesús en el templo.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.
Misterios luminosos (jueves)
1. El Bautismo de Jesús en el
Jordán.
2. La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La Institución de la Eucaristía.
Misterios dolorosos
(martes y viernes)
1. La Oración de Jesús en el Huerto.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
Misterios gloriosos
(miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Hijo de Dios.
2. La Ascensión del Señor a los Cielos.
3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen como Reina de Cielos y
Tierra.
Oración tras el rosario
Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos
Oh Dios,
cuyo Hijo por medio de su vida,
muerte y resurrección,
nos otorgó los premios
de la vida eterna,
te rogamos que
venerando humildemente
los misterios del Rosario
de la Santísima Virgen María,
imitemos lo que contienen
y consigamos lo que nos prometen.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Oremos (tradición española)
Te pedimos Señor,
nos concedas a nosotros tus siervos,
gozar de perpetua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes
y gocemos de la eterna alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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Rosarium
Mystéria gaudiósa
(in feria secunda et sabbato)
Annuntiátio.
Visitátio.
Natívitas.
Praesentátio.
Invéntio in Templo.
Mystéria lurninósa (in feria quinta)
Baptísma apud Iordánem.
Autorevelátio apud Cananénse
matrimónium.
Regni Dei proclamátio coniúncta
cum invitaménto ad conversiónem.
Transfigurátio.
Eucharístiae Institútio.
Mystéria dolorósa
(in feria tertia et feria sexta)
Agonía in Hortu.
Flagellátio.
Coronátio Spinis.
Baiulátio Crucis.
Crucifixio et Mors.
Mystéria gloriósa
(in feria quanta et Dominica)
Resurréctio.
Ascénsio.
Descénsus Spíritus Sancti.
Assúmptio.
Coronátio in Cælo.
Oratio ad finem Rosarii dicenda
Ora pro nobis,
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.
Orémus
Deus,
cuius Unigénitus per vitam,
mortem et resurrectiónem suam
nobis salútis ætérnx
præmia comparávit,
concéde, quaésumus:
ut hæc mystéria sacratíssimo
beátæ Maríx Vírginis
Rosário recoléntes,
et imitémur quod cóntinent,
et quod promíttunt assequámur.
Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
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Oración del incienso
(Tradición copta)
Oh Rey de la Paz, danos tu Paz
y perdona nuestros pecados.
Aleja a los enemigos de la Iglesia
y guárdala, para que no desfallezca.
Emmanuel, Dios con nosotros,
está entre nosotros
en la gloria del Padre
y del Espíritu Santo
Bendícenos
y purifica nuestro corazón
y sana las enfermedades
del alma y del cuerpo.
Te adoramos, oh Cristo,
con el Padre de bondad
y con el Espíritu Santo,
porque has venido, nos has salvado.
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Oración de «Adiós al Altar», antes de salir del templo después de la litrugia
(Tradición siro-maronita)
Queda en paz, oh Altar de Dios.
La oblación que hoy he ofrecido sobre ti,
sea para la remisión de las culpas
y el perdón de los pecados
y me alcance estar
ante el tribunal de Cristo
sin condena y sin confusión.
No sé si se me concederá
volver a ofrecer sobre ti
otro Sacrificio.
Protégeme, Señor,
y conserva a tu Santa Iglesia,
que es camino de verdad
y de salvación. Amén
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Oración por los difuntos
(Tradición bizantina)
Dios de los espíritus y de toda carne,
que sepultaste la muerte,
venciste al demonio
y diste la vida al mundo.
Tú, Señor, concede al alma
de tu difunto siervo N.,
el descanso en un lugar luminoso,
en un oasis, en un lugar de frescura,
lejos de todo sufrimiento,
dolor o lamento.
Perdona las culpas por él cometidas
de pensamiento, palabra y obra,
Dios de bondad y misericordia;
puesto que no hay hombre
que viva y no peque,
ya que Tú sólo eres Perfecto
y tu Justicia es justicia eterna
y tu Palabra es la Verdad.
Tú eres la Resurrección,
la Vida y el descanso del difunto,
tu siervo N.
Oh Cristo Dios nuestro.
Te glorificamos junto con el Padre
no engendrado
y con tu santísimo, bueno
y vivificante Espíritu.
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Acto de Fe
Señor Dios, creo firmemente
y confieso todas y cada una de las verdades
que la Santa Iglesia Católica propone,
porque tú las revelaste,
oh Dios, que eres la eterna Verdad y Sabiduría, que ni se engaña
ni nos puede engañar.
Quiero vivir y morir en esta fe.
Amén
Acto de Fe
(tradición española)
Creo en Dios Padre;
Creo en Dios Hijo;
Creo en Dios Espíritu Santo;
Creo en la Santísima Trinidad;
Creo en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
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Actus Fidei
Dómine Deus, firma fide credo
et confíteor ómnia et síngula quae
sancta Ecclésia Cathólica propónit
quia tu, Deus, ea ómnia revelásti,
qui es aetérna véritas et sapiéntia
quæ nec fállere
nec fallí potest.
In hac fide vívere et mori státuo.
Amen. |
Acto de Esperanza
Señor Dios mío, espero por tu gracia
la remisión de todos mis pecados;
y después de esta vida,
alcanzar la eterna felicidad,
porque tú lo prometiste que eres
infinitamente poderoso,
fiel, benigno y lleno de misericordia.
Quiero vivir y morir en esta esperanza. Amén.
Acto de Esperanza
(tradición española)
Espero en Dios Padre;
Espero en Dios Hijo;
Espero en Dios Espíritu Santo;
Espero en la Santísima Trinidad;
Espero en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
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Actus Spei
Dómine Deus, spero per grátiam
tuam remissiónem
ómnium peccatórum,
et post hanc vitam ætérnam
felicitátem me esse consecutúrum:
quia tu promisísti, qui es infiníte
potens, fidélis, benígnus, et miséricors.
In hac spe vívere et moristátuo. Amen. |
Acto de caridad
Dios mío, te amo sobre todas las cosas
y al prójimo por ti,
porque Tú eres el infinito,
sumo y perfecto Bien,
digno de todo amor.
Quiero vivir y morir en este amor. Amén
Acto de Caridad
(tradición española)
Amo a Dios Padre;
Amo a Dios Hijo;
Amo a Dios Espíritu Santo;
Amo a la Santísima Trinidad;
Amo a mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Amo a María santísima, madre de Dios
y madre nuestra y amo a mi prójimo
como a mí mismo.
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Actus caritatis
Dómine Deus, amo te super ómnia
et próximum meum propter te,
quia tu es summum, infinítum,
et perfectíssimum bonum,
omni dilectióne dignum.
In hac caritáte vívere et mori státuo. Amen. |
Acto de Contrición
Dios mío,
me arrepiento de todo corazón
de todos mis pecados
y los aborrezco,
porque al pecar, no sólo merezco
las penas establecidas por ti
justamente,
sino principalmente porque te ofendí,
a ti sumo Bien y digno de amor
por encima de todas las cosas.
Por eso propongo firmemente,
con ayuda de tu gracia,
no pecar más en adelante
y huir de toda ocasión de pecado.
Amén.
Acto de Contrición
(tradición española)
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser tú quien eres, Bondad infinita,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén
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Actus Contritionis
Deus meus,
ex toto corde pænitet me ómnium
meórum peccatórum,
éaque detéstor,
quia peccándo,
non solum poenas a te iuste
statútas proméritus sum,
sed præsértim quia offéndi te,
summum bonum,
ac dignum qui super ómnia diligáris.
Ideo fírmiter propóno,
adiuvánte grátia tua,
de cétero me non peccatúrum
peccandíque occasiónes próximas fugitúrum.
Amen. |
FÓRMULAS
DE DOCTRINA CATÓLICA
EL DOBLE MANDAMIENTO DEL AMOR
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente.
Amarás al prójimo como a ti mismo.
REGLA DE ORO (Mt
7, 12)
Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros.
BIENAVENTURANZAS
— Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos
— Bienaventurados los mansos, porque poseerán la tierra
— Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados
— Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados
— Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia
— Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios
— Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios
— Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos
— Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
LAS TRES VIRTUDES TEOLOGALES
1. Fe
2. Esperanza
3. Caridad
LAS CUATRO VIRTUDES CARDINALES
1. Prudencia
2. Justicia
3. Fortaleza
4. Templanza
LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO
1. Sabiduría
2. Entendimiento
3. Consejo
4. Fortaleza
5. Ciencia
6. Piedad
7. Temor de Dios
DOCE FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
1. Amor
2. Alegría
3. Paz
4. Paciencia
5. Longanimidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fe
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad
LOS CINCO MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
1. Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
LAS SIETE OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES
1. Visitar y cuidar a los enfermos.
2. Dar de comer al hambriento.
3. Dar de beber al sediento.
4. Dar posada al peregrino.
5. Vestir al desnudo.
6. Redimir al cautivo.
7. Enterrar a los muertos.
SIETE OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
1. Enseñar al que no sabe.
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que yerra.
4. Perdonar las injurias.
5. Consolar al triste.
6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás.
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos.
LOS SIETE PECADOS CAPITALES
1. Soberbia
2. Avaricia
3. Lujuria
4. Ira
5. Gula
6. Envidia
7. Pereza
LOS NOVÍSIMOS
1. Muerte
2. Juicio
3. Infierno
4. Gloria
ABREVIATURAS BÍBLICAS
(en orden alfabético)
Ap |
Apocalipsis |
1 Co |
1 Corintios |
2 Co |
2 Corintios |
Col |
Colosenses |
Dt |
Deuteronomio |
Ef |
Efesios |
Ex |
Éxodo |
Ez |
Ezequiel |
Flp |
Filipenses |
Ga |
Gálatas |
Gn |
Génesis |
Hb |
Hebreos |
Hch |
Hechos |
Is |
Isaías |
Jn |
Juan |
1 Jn |
1 Juan |
Lc |
Lucas |
2 M |
2 Macabeos |
Mc |
Marcos |
Mt |
Mateo |
1 P |
1 Pedro |
2 P |
2 Pedro |
1 R |
1 Reyes |
Rm |
Romanos |
Sal |
Salmos |
St |
Santiago |
1 Tm |
1 Timoteo |
2 Tm |
2 Timoteo |
1 Ts |
1 Tesalonicenses |
Tt |
Tito |